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Sudáfrica, la ultraderecha y la emigración negra, preocupaciones de los liberales británicos

Juan Cruz

Los grandes temas del Partido Liberal británico -la libertad, la situación de las minorías y los problemas internacionales graves, como el de Sudáfrica- parecen haber cobrado un nuevo vuelo en el congreso que el sector impulsado por Gladstone en el siglo pasado, hoy tercera fuerza política del país, está realizando en Gales. En las últimas sesiones de la reunión ha intervenido el ex líder del partido, Jeremy Thorpe, que recientemente se vio obligado a renunciar a la dirección liberal.

Jeremy Thorpe dijo ayer ante los liberales británicos que si los poderes mundiales no le hacen ver a lan Smith los peligros en que coloca a Rodesia, una conflagración violenta en Africa del Sur sería inevitable y podría producirse, además, muy pronto.Thorpe es ahora portavoz liberal para Asuntos Exteriores. Hasta mayo fue líder del partido y tuvo que dimitir a raíz de la revelación de un escándalo homosexual en el que se le implicó. La dimisión de Thorpe se produjo sobre todo ante la presión de sus compañeros liberales, que le exigieron que se marchara.

En otra parte de su intervención ante el congreso, el ex líder explicó la posición liberal en relación con las elecciones para componer el Parlamento europeo, que según él debían hacerse de acuerdo con el sistema de representación proporcional. Hoy hablará ante los delegados del partido el nuevo jefe liberal, David Steel, al que el grupo de los jóvenes liberales ha amenazado con boicotear si se refiere en su discurso al tema de la coalición, cuya perspectiva ellos rechazan de plano, sobre todo si se plantea como un acuerdo con un posible Gobierno conservador.

El Partido Liberal parece haber vuelto en los asuntos sociales de relevancia la más inmediata, al lugar donde estuvo hace un siglo, cuando Gladstone era su gran figura.

En ese sentido, entre las resoluciones más importantes de este congreso figura la que se refiere a los emigrantes y a los partidos de extrema derecha. Los liberales, que están decididos a gastar todos sus esfuerzos en la defensa de los derechos individuales como sistema para atraer el apoyo de los ciudadanos de este país, piensan que deben levantarse las restricciones que se imponen a la emigración de aquellos que de una forma u otra tienen conexiones con Gran Bretaña.

Al apoyar a la emigración, los liberales quieren anular las campañas que los partidos de extrema derecha han venido sosteniendo en este país contra los extranjeros que vienen a trabajar a Inglaterra y, ante todo, contra aquellos extranjeros de color, sean o no poseedores de pasaporte británico.

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