Posibilidad de que el Gobierno reduzca el voto de los emigrantes
La llegada a España, anteayer, de una comisión de parlamentarios franceses, al frente de la cual viene el diputado gaullista señor Berger, causó cierta sorpresa en algunos medios de la emigración española. Según las noticias hechas públicas en Francia, dicha comisión, que será recibida por el Rey, ha ido a España para estudiar los problemas de la educación y de la emigración de los trabajadores españoles hacia Francia.
Según los medios aludidos hubiera sido más lógico que una comisión de parlamentarios o de procuradores españoles viniese a Francia para estudiar sobre el terreno los diversos problemas de la emigración.Se nos ha asegurado que el viaje de la comisión de los diputados franceses fue organizado por la agregaduría laboral, con fondos que se sospecha proceden de Sindicatos.
Las mismas fuentes creen poder pensar en el carácter posiblemente publicitario de la visita. En los informes facilitados a la prensa, en París, se destaca que es la primera vez, después de la guerra civil, que una misión parlamentaria firancesa va a España.
En tales condiciones, algunos se han preguntado si no existe complicidad entre las autoridades francesas y españolas, con fines políticos. Esta alusión apunta a la intención más o menos concreta, del Gobierno de Madrid, de reducir al mínimo el voto de los emigrantes cuando llegue el momento de las elecciones que se proyectan.
Según han podido saber algunos centros de la emigración, la futura ley electoral no eliminaría de las urnas, de manera explícita, a los trabajadores españoles en el extranjero, pero se les condicionaría. En este sentido, según hemos sabido a través de fuentes oficiales, que algunos de los representantes diplomáticos del Gobierno español en las capitales europeas, ya han enviado sugerencias, aunque de manera informal por ahora. Por ejemplo, sólo se podría votar en algún consulado importante de cada uno de los países en los que residen emigrantes españoles.
También se piensa que, contando con la colaboración del Gobierno francés, que puede prohibir las manifestaciones políticas de partidos políticos extranjeros, la oposición española se vería privada de una clientela electoral que, dada su politización, no favorecería al Régimen.
El señor Magariños, agregado laboral español en París, declaró a EL PAIS, a propósito del viaje de la delegación parlamentaria francesa a Madrid: No. Nosotros no hemos organizado este viaje. Fue cosa del señor De Lojendio, el embajador de España en Francia, reemplazado el mes último de agosto, después de su entrevista con Santiago Carrillo, secretario general del PCE.
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