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La huelga de la construcción, en La Coruña permanece estacionaria

Pocos cambios durante el fin de semana con respecto al conflicto de la construcción planteado en la provincia de La Coruña. El número de huelguistas se mantiene estacionario, tanto en la capital como en El Ferrol y en algunos pueblos de los contornos de ambas ciudades.

Las posibilidades de negociación no acaban de definirse. El sábado podría verse el comienzo de esta semana como fecha supuestamente propicia para que se produjese algún desenlace del conflicto, pero el desarrollo de los hechos hasta la última hora de la tarde de ayer no prodigó tal pronóstico. Tanto en La Coruña como en El Ferrol, los trabajadores en huelga mantuvieron reuniones para discutir la situación. En la iglesia de San Pedro de Mezonzo, en La Coruña, más de 4.000 huelguistas se concentraron para ratificar, entre otros acuerdos, el de pedir la dimisión de los cargos directivos de la UTT provincial de la construcción. Este deseo va dirigido fundamentalmente contra su presidente provincial, señor Raso, y contra el presidente de dicha UTT en Ferrol, señor Guerrero. Todo indica que ambos presidentes no están dispuestos a atender las peticiones de los trabajadores ya que, en repetidas ocasiones, mostraron su voluntad de mantenerse en sus puestos. Cuando a las 10.30 de la mañana de ayer los trabajadores abandonaron la iglesia a petición del párroco, que requirió el local para la práctica del culto, apareció la fuerza pública que, en número mayor al de los días anteriores, se limitó a ordenar a los huelguistas que no se concentrasen en el lugar. Por la mañana se celebró también en sindicatos una asamblea de los enlaces sindicales de la Construcción, en la que votaron a favor del cese de los directivos sindicales de la UTT 126 enlaces, mientras que otros 26 no se pronunciaron. En El Ferrol, la situación permanece igualmente estacionaria. También allí se celebró una asamblea en una iglesia del barrio de Caranza y se apoyó una vez más la plataforma reivindicativa conjunta cuya única novedad con la que anteriormente presentaban los huelguistas ferrolanos radica en que la reivindicación económica se sitúa ahora en las 8.000 pesetas de aumento lineal sobre el sueldo base. Se trata, en realidad, de una nueva aplicación del aumento que no significa sustancial variación con respecto a la anterior petición de las 5.500 pesetas. Hay que señalar, por otra parte, que la constitución de un sindicato obrero de la construcción a raíz de esta huelga, como en su día adelantó EL PAIS, es ahora más factible que nunca. Todo hace suponer que esto es precisamente lo que enfrenta las opiniones de algunos grupos políticos encuadrados en Comisiones Obreras. Por un lado, estaría la postura del Partido Comunista Galego que defiende el fortalecimiento del conflicto a partir de las Comisiones Obreras. Por otro, el Partido do Traballo y el Movemento Comunista de Galicia estarían, llevando a cabo algunos esfuerzos para propiciar la aparición de un sindicato de la construcción. Son matices de la huelga cuyas consecuencias no pueden preverse por el momento. En cuanto a las posibilidades reales para la negociación, parece ser que las grandes empresas están mostrando interés de entrar en contacto con la comisión de la huelga para estudiar una futura solución al conflicto. Por el contrario, las pequeñas constructoras se están mostrando más intransigentes. Por su parte, los trabajadores no dudan en hacer notar que pierden claramente y cada día la poca fe que, según ellos, les va quedando en la defensa de sus intereses desde los despachos de la Organización Sindical.

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