López Rodó
Todos esperábamos un octubre caliente, pero parece que primero vamos a tener un septiembre cachondo. Y no lo digo sólo por Bárbara Rey, que se ha desnudado para Castellví y para Carlos Abras (fotógrafos de lo fino) en una misma semana. Lo digo también por don Laureano López Rodó.López Rodó le ha dicho el otro día a un periodista:
-Yo soy, monárquico hasta las cachas.
Hombre, don Laureano, qué modales son esos. Nos parece muy bien que sea usted monárquico. Todo el país es una Monarquía. Pero tampoco hay que ponerse ordinarios, que cuando andaba usted de ministro era más fino.
Porque lo que yo no podía sospechar es que el señor López Rodó tuviese cachas. ¿Qué cachas son esas? ¿Cuáles y cómo son las cachas de López Rodó? En este país tienen cachas, a saber, la citada Bárbara Rey, además de las Estrada (Blanca y Susana, que suman varias cachas entre las dos), Pilar Velázquez, Carmen Platero y Nadiuska. Se sabe que tienen cachas porque las enseñan en la prensa del eurodestape. Yo me acuso de haber pensado con insistencia en las cachas de estas jais, mayormente en la pasada soñarrera de agosto, pero prometo (en Serrano decimos prometo) que no se me había ocurrido pensar jamás en las cachas de López Rodó, si él no me lo dice. Ni siquiera se me había ocurrido que este señor pudiera tener cachas.
Por otra parte, no sé lo que son las cachas. De allí su fascinación erótica (en Bárbara Rey, no en López Rodó). Mejor que ir al diccionario, prefiero quedarme en una vaga nebulosa sexual e imaginativa. Tampoco sé a ciencia cierta dónde están las Bermudas, en la geografía. Por eso son más poéticas. Cuando las localice en el mapa para ir allí de vacaciones, perderán mucho encanto. Imagino que las cachas deben estar entre el glúteo y la cadera, en una zona de nadie femenina, en una tierra incógnita e inexplorada del cuerpo de la mujer.
Pero pensaba yo que los señores del Opus no tenían cachas, del mismo modo que los ángeles no tienen sexo. Don Laureano López Rodó, embajador y soltero, economista y ex ministro, era para mí un espíritu puro. Puro espíritu. Pero con el destape y la democracia, con la reformagradual y el referéndum se nos están viniendo abajo muchos mitos. EI otro día ví en una revista que Brigitte Bardot tiene ya sus cosas bastante caídas y hoy me entero de que López Rodó tiene cachas. Y a lo mejor también las tiene caídas.
Esto estará atado también atado, pero la gente anda desatada y bien desatada. Bárbara Rey, el rostro dulce y doméstico de los sábados por la noche, la sonrisa limpia de la tele en los hogares españoles, va y, se desencuera luego en las revistas del género. En otro tiempo, una señorita, antes de salir por la tele, tenía que ponerse un chal. Ahora. después de salir por la tele se quita hasta las tiritas, si llevare.
Y López Rodó, que cuando estaba en Presidencia era sutil e incorpóreo, vano fantasma de niebla y número, ahora resulta que saca las cachas en las entrevistas. Para que el presidente Suárez en París-Match que el Opus es una cosa meramente espiritual.¿Y las cachas, qué?
En vida de Carrero Blanco no enseñaba usted las cachas, don Laureano, ni hablaba de ellas para nada. ¿Será que se nos quiere casar el soltero más enigmático de Europa? Ya me llevé yo un sofoco cuando don Laureano se lanzó por Estocolmo en bicieleta, como un adolescente, anunciando un champú. Luego salió con que él era falangista. Y ahora dice que es monárquico hasta las cachas. Quizá estamos asistiendo al nacimiento del nuevo López Rodó, como cuando nació la nueva Carmen Sevilla, que durante treinta años de franquismo tampoco había tenido cachas, o las disimulaba muy bien con el faralae, como López Rodó con el voto. A lo mejor lo que quiere don Laureano es sustituirme en el corazón de Nadiuska.
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