Cinco métodos de tortura aplicó la policía británica en el Ulster

El informe sobre la tortura que las fuerzas de seguridad británicas usaron para interrogar a prisioneros en el Ulster, hace cinco años, fue publicado ayer en Londres, Dublín y Estrasburgo. El documento, del que ya se ha publicado abundante información, ha sido realizado por la Comisión Europea de los Derechos Humanos, a requerimiento del Gobierno del Eire.La Comisión describe en este documento los cinco métodos de tortura usados en el Ulster en 1971, por el Ejército británico. Los detenidos, casi todos afectos al IRA, eran encapuchados, colocados contra las paredes durante largos períodos, sometidos a ruidos poderosos y continuos, y privados de comida, agua y sueño.

Las torturas tuvieron efecto una vez introducida la ley de internamiento sin juicio previo. Según el Gobierno irlandés, que hizo las acusaciones, las fuerzas de seguridad británicas discriminaron a la hora de detener a sospechosos entre activistas del IRA católico y representantes de las organizaciones terroristas protestantes, en favor de estos últimos: La Comisión Europea dice: que esta denuncia no tiene base real.

Polémica Londres-Dublin

El Comité que ha llevado a cabo la investigación decide también que la ley de internamiento que dio paso a aquellos sistemas de interrogación era necesaria en vista de la situación de violencia que vivía entonces, y vive ahora, la provincia del Ulster.Una vez publicado el informe, el Gobierno británico ha mostrado su desagrado ante la actitud de las autoridades de Dublín, que han persistido en sus denuncias y que, de acuerdo con Londres, han puesto en manos de los terroristas un arma propagandística muy poderosa.

El Gobierno británico también ha dicho, a través del ministro responsable de los asuntos del Ulster, que ni las conclusiones de la investigación, ni las denuncias que la hicieron posible, tienen ahora relevancia alguna. Hace cinco años, dijo Merlyn Rees ayer, el Gobierno conservador prohibió las torturas durante los interrogatorios y arbitró medidas para compensar a los que habían sufrido por culpa de tal tratamiento. Por otro lado, el internamiento sin juicio previo ya no rige.

Gran Bretaña hubiera querido alcanzar un acuerdo amistoso con el Eire para evitar que este asunto saliera a la luz y para impedir lo que ahora ya parece que no se puede detener: la corte de justicia de Estrasburgo dictaminará en enero del próximo año sobre el informe de la comisión. Será la primera vez que tan alta magistratura resuelva un litigio entre dos Estados.

Merlyn Rees, el ministro para el Ulster, insistió en sus declaraciones de ayer, «los únicos -dijo- que se pueden sentir satisfechos con este documento son los terroristas» y los que pueden sentirse más desamparados son los soldados, «cientos de los cuales han muerto ya en el Ulster».

En la República de Irlanda, se ha señalado que ni este informe ni sus consecuencias van a dañar para nada el sentido de la colaboración antiterrorista que el Eire está dispuesto a prestarle al Gobierno británico. De hecho, el documento se ha publicado sólo horas después de que el Parlamento irlandés aprobará una ley de emergencia que le dará posibilidades al Gabinete de Cosgrave para introducir medidas legales que hagan más difícil la existencia de miembros del IRA provisional en Irlanda del Sur.

Mediación de Amnesty

Una organización, Amnesty international, ha mediado en la controversia creada por la publicación de este informe. El director de Amnesty, la entidad dedicada a la lucha por los derechos humanos, dijo ayer en Londres, que era verdad que el Ejército inglés ya no aplicaba tortura contra los detenidos, aunque estos se seguían quejando de ser maltratados en las cárceles.Sin embargo, explicó el representante de Amnesty, los soldados se siguen entrenando en el uso de estas prácticas, supuestamente, por si caen en manos de organizaciones terroristas. «Para tales entrenamientos si que no veo justificación de ninguna clase ».

En cuanto a la tortura como sistema, el director de Amnesty, dijo que evidentemente no podía compararse la que se ha usado en Gran Bretaña con la que todavía se aplica en Uruguay. «Lo que es preocupante es que se torture, que se maltrate y que se olviden los derechos de los prisioneros. Da la impresión de que la tortura ya forma parte de la sociedad corno uno de sus males endémicos».

Fin del motín de Hull

Mientras Dublín, Londres y Amnesty discuten sobre la tortura, que se aplicó en el Ulster hace cinco años, cerca de 160 presos amotinados de la prisión de Hull abandonarán su actitud -hoy-, según prometieron ayer a un representante del Ministerio británico del Interior. Hoy mismo se entrevistarán con los oficiales de la prisión, con sus guardianes y con otras autoridades, ante testigos que confirmen que los 160 amotinados no son objeto de represalia alguna. Esas son las condiciones que han puesto para rendirse, después de pasar más de dos días protagonizando la protesta más espectacular que se haya producido en las cárceles de Gran Bretaña en muchos años.Entre los amotinados hay algunos activistas del IRA, varios de los cuales cumplen condena perpetua como culpables de actos de terrorismo.