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Entrevista:

Martínez-Mediero intenta el teatro popular

« Lo que necesita el teatro es libertad, por lo menos para que el condicionante económico no sea aplastante. Teniendo libertad surgirían los off, como en Londres. Es decir, se podrían estrenar muchas más obras aunque fuese en los barrios periféricos. Algunas llegarían al centro, otras no, pero se estrenarían mayor cantidad de obras», declaró a EL PAIS Manuel Martínez-Mediero, autor teatral que mañana estrena la obra Mientras la gallina duerme.El caso de Martínez-Mediero es ejemplar de la situación teatral española. Tras numerosos años sin acceder a los teatros comerciales, en poco tiempo ha estrenado cuatro obras; El bebé furioso, Las hermanas de Búfalo Bill, El día que se descubrió el pastel y la que ahora comentamos.

-¿Qué es Mientras la gallina duerme?

-Bueno yo siempre he dicho que contar Hamlet es algo tremendo, es decir, el teatro hay que verlo y oírlo. Intentaré sintetizar la obra. Es un texto sobre la represión religiosa llevado a un plano político. Creo que plantea también una reflexión sobre la crueldad. Es decir trata de un tinglado montado sobre la frustración de unos seres que no tienen más ambiciones que las cotidianas de tornarse unos vinos y que en un momento dado deben basarse en la crueldad para dar salida a sus instintos.

Pienso también que Mientras la gallina duerme es una tragicomedia con una gran carga de realismo, aunque el suceso concreto, la anécdota, que se desarrolla en la obra no tiene por qué haber sucedido. Lo cierto es que la realidad palpable de la vida va muy por delante de la imaginación del autor; al menos eso creo.

-¿Se puede, pues, enclavar la obra en el realismo?

-Todo mi teatro, hasta la fecha, ha tenido unas raíces muy hondas, basadas en ciertos símbolos. Por razones de censura uno ha tenido esa tendencia de darle la vuelta a las cosas, como desrealizadas del contexto en que vivimos. Por eso esta última obra que ahora se estrena, es una historia sencilla, tremendamente humana y que se acerca a unos hechos concretos, como un intento de aproximación a un teatro popular, matizando que si varias personas, con ideologías distintas, nos sentáramos a una mesa para intentar definir el concepto de «teatro popular». al poco tiempo nos tiraríamos los trastos a la cabeza.

-¿Cuándo escribió la obra?

-Es una de las primeras. Creo que la escribí en el año 68 y fue aceptada por la censura en el mes de junio de este año.

-¿Tiene obras sin estrenar?

-Sí, sí. Creo que son 6 ó 7, dos de ellas totalmente prohibidas, Las Planchadoras Y Perdido paraíso. El último gallinero la aprobaron recientemente, pero, al parecer, tiene demasiados personajes por lo que resulta costoso su estreno.

-Ello supone que además de las dificultades administrativas existen las dificultades comerciales, empresariales, ¿Cuál de las dos trabas resulta más importante a la hora de acceder a una sala?

-Creo que las dos censuras, la administrativa y la comercial son perjudiciales al 50 por 100. De ahí la necesidad de la libertad y los teatros en los barrios periféricos de que hablábamos al comienzo. Una obra que pasa la censura del Ministerio tiene que pasar después la barrera de los empresarios.

Mientras la gallina duerme, dirigida por Angel García Moreno e interpretada por José Sazatornil Saza. Elisenda Rivas y Aurora Redondo, en sus principales papeles, es la cuarta obra de un autor español que se reveló con El bebé furioso y que trata de consolidarse en el difícil mundo de la farándula.

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