Doce muertos durante los tres días de huelga, en Soweto
Doce muertos y cientos de heridos es el balance de los incidentes registrados en las últimas 48 horas en la ciudad sudafricana de Soweto.Según la policía, 10 de las víctimas se produjeron en enfrentamientos entre grupos rivales de trabajadores negros. Unos, pertenecientes a la comunidad zulú de Soweto, querían acudir al trabajo, los demás trataban de impedírselo, en la última jornada de la huelga de tres días que ha mantenido alejados de sus puestos de trabajo a miles de empleados de color.
Grupos de zulúes. en venganza contra la acción de los piquetes de huelga, se lanzaron a la calle en la noche del martes, enarbolando estacas, lanzas y cuchillos, y destruyendo las casas de los que consideraban responsables de la huelga.
Posteriormente, la policía intervino para separar a los grupos rivales, y como consecuencia de esta acción, se registraron las otras des muertes. Durante las primeras horas de ayer, los incidentes continuaron, pero no se dieron nuevas cifras de víctimas.
Repercusión económica
El balance sangriento de la huelga no ha quitado a ésta su importancia económica. Los empresarios están muy preocupados porque la producción ha descendido en estos tres últimos meses a niveles anormales. La fuerza trabajadora negra ocupa la mayor parte de los puestos de la industria de Johannesburgo y una ausencia prolongada de esta mano de obra ocasionaría un caos ,insalvable. Esta es la amenaza; es Ja que han querido lanzar los organizadores de la huelga, que se muestran satisfechos de los resultados.
sin hacerlos aún más graves. Pero los representantes de la comunidad negra se han lanzado. paralelamente, a organizar una lucha más ambiciosa, cuyas características han desorientado al propio Gobierno.
Kruger. el ministro de la Policía, dijo hace unos días que «el hombre negro conocía muy bien su sitio, y si no lo conoce, nosotros se lo enseñaremos». Después de trescientos años de convivencia con los negros, los blancos de Sudáfrica, decía Kruger, tenían poder suficiente como para poner las cosas en su sitio.
La respuesta que la frase de Kruger tuvo, ha sido dramática. Aparentemente, el sitio al que se refería el ministro era el puesto de trabajo. Una vez desafiada «la ley y el orden» en las ciudadelas negras, los ciudadanos de color no tenían por qué dejar de desafiar el orden natural en el que vivían. No ir al trabajo, para miles de negros, debió parecer un milagro, que en definitiva no se ha producido por arte de magia.
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