El sastre de Carrillo
El sastre de Carrillo, de Santiago Carrillo, no es exactamente el sastre Campillo, que cosía de balde y ponía el hilo aunque la rima lo favorezca- porque Carrillo paga a su sastre puntualmente.-¿Con el oro de moscú?
-Ah, mire usted, yo en eso ya no, me meto. Lo primero es pagar al sastre, aunque sea con oro de Moscú- Por- más que los- sastíes no suelen cobrar en oro.
A don Santiago Carrillo, parece que se le alarga lo del pasaporte, ya que, como ustedes saben, estamos otra vez en el paso atrás. Tengo dicho que España avanza con un paso adelante y cuarenta años atrás. Pero Carrillo, con o sin pasaporte, sigue viniendo a España a hacerse los trajes, tomarse medidas y elegirla tela.
-Será una coartada para venir a la conspiración masónica-
No creo. Me consta que muchos exiliádos, lo que más añoran de España es la Giralda y el sastre. Conservar la tarjeta del sastre que tenían en Madrid es para el exiliado político como para el sefardita conservar la llave de su casa de Granada, que ya no existe.
Es tan español el comunismo español que necesita hacerse los traJes en Madrid- Mientras don Santiago Carrillo siga teniendo sastre madrileno, yo pienso que podemos creer en eso del latinocomunismo y en que el PCE es diferente. Porque puede que a Carrillo le hayan tornado las medidas ideológicas Marx y Lenin, pero las medidas del traje se las, sigue tomando un sastre madrileño, y el hábito hace al monje y el sastre hace al cliente.
- Los sastres de Carrillo están en Moscú como los de Camacho que ha ido a ponerle flores a Lenin
Puede ser, pero vivir toda la vida en París, que hay tan buena costura, y conservar el sastre en España, me parece de una fidelidad conmovedora. El que se corta los trajes en Madrid, aun teniendo que pasar a gatas el Pirineo, no puede ser un internacionalista fanáfico.
- No se fíe usted. ¿Por qué ha salido Camacho por la televisión rusa?
-Lo que yo me pregunto es por qué no sale por la televisión española-
El sastre madrileño de Carrillo nos atestigua, sin querer y sin saberlo, dos grandes evidencias políticas: que es posible un comunismo español y que es posible un comunismo, con trajes a la medida. Porque, como advirtió Caplus, el comunismo no supone piojos. para todos sino que, como acaba de decir un dirigente de Comisiones, el socialismo no es quitarles a los obreros lo que ya han conseguido.
Pero iba yo a comprar el pan y me encontré al profesor Aranguren:
-El intelectual pierde su libertad al adscribirse a un partido político.
De acuerdo. E incluso puede que sea más efectivo al margen del partido- Yo no es que sea exactamente un intelectual, pero sí me siento en libertad de decir que esa es la dosis de comunismo que toleraría España: un comunismo al que pueda tomarle las medidas cualquier sastre de barrio, o sea el pueblo:
-Apunta, niño, tanto de manga.
Claro que en estos tiempos de ropa hecha y grandes almacenes parece un poco suntuario eso de tener sastre propio- La otra noche me contaba un artista famoso que su padre, hombre liberal y republicano, iba a hacerse los zapatos a Alicante- Tenía la inocente coquetería de los zapatos, porque la coquetería masculina, en este país de machos, empezá por los pies. Más que -un signo suntuario, el sastre de Carrillo me parece a mí un síntoma melancólico: la adhesión sentimental de los hombre-, de otra generación al metro del sastre la doctrina del partido y el periódico de la causa. Ya que no le dejan venir a hacer la Revolución, que le dejen venir a hacerse un traje.
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