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Corridas generales de Bilbao (cuarta de abono)

Sobreros y sustos

Anunciados toros del marqués de Domeq, hubo de recurrirse a un parcheo de dos sobreros de Pérez Angoso para sustituir a dos reses jerezanas inutilizadas por la mañana en los corrales. Los toros del marqués no han descubierto nada que no vengan proclamando en las últimas temporadas. Solamente el lidiado en segundo lugar aceptó sin regateos la muleta de su matador, después de una irregular pelea en varas. El primero, boyante, con mucho gas, ancho y bajo como un charolés, cumplió con los del castoreño, pero anunció cogidas por el pitón izquierdo. El tercero, manso, claudicante, probón y peligroso. El sexto, pésimamente lidiado, peligroso también. Los sobreros de Pérez Angoso -dos enchiquerados desde la mañana- y un tercero que sustituyó al corrido en tercer lugar por cojo, mansos sin paliativos.Ha sido ésta una tarde de sobreros y sustos. La primera circunstancia quedó ya apuntada. Los sustos vinieron cuando Luis Francisco Esplá, con síntomas claros de disminución física, fue entablerado y cogido al prender banderillas a su primero. Fueron dos cogidas imputables al torero, que no midió las distancias, ni buscó la salida por el lado apropiado. La angustia de una tragedia que milagrosamente no se produjo invadió de nuevo los tendidos cuando Esplá fue violentamente zarandeado por el sexto, en dos instancias, otra vez, aunque eso ocurría mientras pasaba de muleta. Afortunadamente no hubo que lamentar ingreso en la enfermería, pero la reincidencia y la reiterancia de unas zapatillas levantadas del suelo son índice del agobio que encuentra Esplá en el toro hecho. Se le ve animoso, pero aquella cabeza intuitiva y sabia que dejó entrever de novillero se ha vaciado con el paso a un escalafón superior que obviamente le viene grande.

Alvaro Domeq, en el toro de rejones, buen toreo a caballo y ejecución de suertes al estribo y a grupas pasadas

Rejoneo de alta escuela, académico, pero poco emotivo. Vuelta al ruedo.Paquirri. Una entera caída (palmas). Dos pinchazos arriba y estocada (palmas). Manzanares. Cinco pinchazos en todo lo alto y media estocada (ovación). Media baja (palmas). Luis Francisco Esplá. Cogido dos veces en banderillas. Media atravesada y dos descabellos (ovación). Cogido dos veces en el último tercio; un pinchazo y estocada desprendida (palmas).

A su paisano Manzanares le ha brotado otra vez el veneno del arte en su primero. Colocado a la distancia justa, ha templado primorosamente las embestidas más claras de la tarde. Hoy, como ayer, el temple le latía en los pulsos al alicantino. Su faena, sobre todo por el lado derecho, ha sido precisa y preciosa. Tal vez le faltó esa pizca de vibración que le hurtaba el toro. Con el de Pérez Angoso, se enfrentaba Manzanares a una desordenada violencia. Ya dijimos ayer que el de Alicante es un poeta del toreo y ya se sabe, a los poetas los temas violentos no les van.

A Paquirri, no le han faltado ánimos para alcanzar el triunfo. Su tono ha sido el del lidiador con buena técnica para meter a sus enemigos en la muleta. Si todo hubo de quedarse en buenos propósitos, no ha de culparse al gaditano, que puso empeño y hasta banderilleó mejor de lo que en él es normal.

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