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Reportaje:

El mundo no cambía en la medida de nuestros deseos, pero cambia

Las conversaciones de ministros de Asuntos Exteriores de los países no alineados, que precedieron a la V Cumbre de Jefes de Estado que se inicia mañana, terminaron con el clásico forcejeo por la introducción de una frase, una palabra, o un matiz, en la redacción del documento que habrán de refrendar los máximos mandatarios en los tres próximos días.Si en el terreno económico los no alineados pueden entenderse con una relativa facilidad, en lo político -que de todas maneras está íntimamente ligado, al menos, con las opciones económicas- la concordia parece más difícil.

De las discusiones y proyectos esbozados en el primer campo, resalta, en esencia, una doble voluntad de presionar con los medios a su alcance por una mayor justicia internacional en las relaciones comerciales sobre todo, y la insistencia -expresada en un documento sometido a la conferencia por la delegación de Sri Lanka- en la ayuda mútua y cooperación.

Las bases extranjeras

La eliminación de las bases extranjeras, reivindicada desde inicios del movimiento no alineado, la desnuclearización de detenninadas regiones, la eliminación de tensiones de áreas como el Pacífico, el Indico y el Mediterráneo, la vigorización del Consejo de Seguridad de la ONU a través de la limitación del privilegio de cinco países que ostentan el derecho a voto, son declaraciones de principlo que no representan una mayor dificultad; la dificultad viene a la hora de llevar a la práctica los propósitos.

Frente a los dos grandes, URSS y Estados Unidos, la actitud es compleja. El Gobierno norteamericano, se ha visto acusado en Asia, por la permanencia de sus tropas en Corea del Sur, en América Latina, por Panamá y Puerto Rico, fundamentalmente, y en Africa, por su creciente intervención diplomática y militar.

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La URSS, como era de esperar en un contexto como el no alineado, ha salido más favorecida, aunque la delegación cubana no logró aún hacer aprobar una moción que pretendía se hiciera constar en el documento final de la conferencia la «estrecha solidaridad del no alineamiento con aquellos países que luchan por la paz y el progreso», entendiendo por ellos, evidentemente a la Unión Soviética.

Existen en lo político, sin embargo, temas en los cuales se ha logrado un importante consenso: la necesidad de eliminar definitivamente de Africa las secuelas de la etapa colonizadora, manifiestas aún en su forma más primitiva en el Africa Austral, Rodesia, Sudáfrica y Namibia, y la condena de la negativa israelí a cumplir las resoluciones de la ONU, sobre todo aquéllas que disponen una retirada total e incondicional de los territorios árabes ocupados en 1967, y la garantía del derecho a la autodeterminación para el pueblo palestino.

Medios transformadores

Hoy ya no se puede uno interrogar sobre los medios con que cuentan estos países para transformar en realidades sus resoluciones: la independencia de las colonias portuguesas de Angola y Mozambique, y la presencia de un importante contingente militar cubano fuertemente respaldado por la URSS, por un lado, y la potencia financiera y diplomática de los productos árabes de petróleo, por el otro, son factores de los cuales es imposible prescindir.

La unanimidad sobre estos dos temas, está lejos de ser extensible a otras cuestiones. El problema del Sahara occidental, en particular, pudiera abrir una importante brecha en la conferencia de jefes de Estado. Una delegación del Frente Polisario se encuentra en Colombo y despliega una gran actividad. Marruecos y Mauritania han amenazadojsin embargocon retirarse de los debates si se plantea el problema del Sahara, que, para ellos, no existe.

En Madrid, la «Asociación de Amigos del Sahara» envió un memorándum a las delegaciones de los países no alineados, en el que después de estigmatizar el «Acuerdo de Madrid del 14 de octubre de 1975», concluido entre España, Marruecos y Mauritania, y denunciar «la agresión armada» de estos dos últimos países contra la población saharaui, invita a los jefes de Estado no alineados a que «respondan a la voluntad de libertad y exigencia de justicia del pueblo saharaui».

Los presidentes de Libia, Gadafi, y Egipto, Sadat, pueden protagonizar en Colombo, adonde los dos piensan asistir, una de sus clásicas escenas «domésticas». Los recientes preparativos militares decididos por Egipto en las fronteras libias, han creado una situación de beligerancia entre dos países triplemente unidos por el no alineamiento, el arabismo y el islam.

Preocupación

La admisión de Pakistán ha sido nuevamente postergada al oponerse a ello India, mientras que por el contrario han sido admitidos como invitados Portugal, que pertenece a la OTAN, y Filipinas a la SEATO (Pacto Militar del Sudeste Asiático).

El fantástico «shopping» armamentístico de Irán en Estados Unidos, no deja de ser motivo de preocupación para los países de la región, que ven convertirse en un plazo relativamente mediato a Teherán en el sustituto del poderío militar occidental en la zona.

No hay grandes perspectivas de acuerdo sobre la cuestión de Chipre, un país dividido en dos desde el golpe de julio de 1974. El arzobispo Makarios expondrá personalmente en Colombo los problemas de este país dividido. Entre los árabes ha surgido un cierto acercamiento hacia el Gobierno turco que puede convertir en controversia el debate.

Siria y la OLP ya se han enfrentado en las sesiones preparatorias. Damasco se ha visto acusada por su intervención en el Líbano, que ha favorecido a los cristianos, y la permanencia de sus tropas en aquel país, perpetúa el riesgo de, división y guerra.

Estados Unidos, es la principal diana de los países latinoamericanos. El presidente de Panamá, Ornar Torrijos, reiterará ante los jefes de Estado su ya vieja exigencia de que el Canal retorne a la soberanía panameña. Por otra parte se ha exigido que cese el bloqueo económico contra Cuba, y que Inglaterra devuelva las islas Malvinas a Argentina.

Situación chilena

La mayoría de estos países no alineados apoya la independencia de Puerto Rico y Bélice, dos cuestiones que serán también planteadas en la V Cumbre a partir del lunes. Asimismo, la conferencia preparatoria de ministros de Asuntos Exteriores ha expresado su preocupación por la situación existente en Chile, en particular en lo que concierne a los derechos humianos.

¿Es posible que un conjunto tan vasto de países, con problemáticas políticas tan diferentes, pueda encontrar la unidad necesaria para la acción, como proclama precisamente el documento elaborado por los ministros de Asuntos Exteriores? Sería demasiado apresurado cencluir que las diferencias que oponen a los no alineados les condenan a la parálisis.

Parallzante, sí, es la carencia de medios coercitivos para imponer sus decisiones, en un mundo cada vez más inclinado a las relaciones internacionales basadas en la fuerza. Entre los 25 países independientes que asistieron en 1961 a la primera Cumbre de Belgrado y los 85 de hoy, se ha operado un gran salto. En un mundo dividido en zonas de influencia, compartido por el hegemonismo de las dos grarides potencias, el no alineamiento necesariamente se convierte en proselitista.

«El mundo, decía uno de los ministros de Asuntos Exteriores no alineados, no cambia en la medida de nuestros deseos, pero de todas maneras cambia».

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