Cartelera londinense / y 2

La cartelera teatral londinense no sufre, como es sabido, las variaciones estacionales que caracterizan la programación madrileña. Estudiada ya -en EL PAIS, del pasado domingo- la primera mitad de la densa cartelera de este momento, vamos a analizar el resto de los espectáculos, ordenados alfabéticamente. Como se indicó en la primera parte de esta revisión, las observaciones sí o no se refieren a la posibilidad de que la obra sea vista en España. Apreciación tan subjetiva tiene en cuenta los gustos de nuestro público, el coste de la producción y la existencia de la censura. Este repaso se cierra con los estrenos de la última decena de lulio.

Othello, de Shakespeare. Se trata de la producción dirigida por Mervyn Willis para la New Shakespeare Company. La protagoniza Robert Stephens, acompañado por Lorna Heilbron en el papel de Desdémona, y Edward Foxen el de Yago (Sí). En el Open Air Theatre.

The pleasure of his company, de Samuel Taylor. Una reposición que celebra el regreso a la vida teatral londinense de Douglas Fairbanks, hijo, cuarenta años después de su aventura americana. Lo acompañan Wilfred Hyde, Belinda Carroly Dinah Sheridan. (No.) En el teatro Phoenix.

¡Ride, Ride!, musical curioso, inventado y dirigido por Peter Coe, perteneciente a la serie de biografías musicalizadas. En este caso, la de John Wesley. (No.) En el teatro Westminster.

Rip off, de Paul Raymond. Experiencias eróticas de nuestro tiempo. Verdaderamente malo. (No.) En el Windmill.

The rocky horror show, de Richard O'Brien, dirigido por Jim Sharman. Transexualidad rock'n roll, ciencia ficción y fantasía terrorífica en torno al tema de Frankestein. Espectáculo ya viejo, pero muy hábilmente renovado. Algunas versiones son conocidas en España. (Sí.) En el Kings Road Theatre.

Salad days, viejo musical de Julian Slade y Dorothy Reynolds. Buena música. Encantadora interpretacl ón de Elizabeth Seal, Sheila Steafel y Bill Kern. (No.) En el teatro Duke of York's.

Side by side by sondheim Montaje musical basado en la obra de Stepfen Sondhelm autor de A'liltle night music, Gypsy y West side story, por ejemplo. Reparto encabezado por Millicent Martin. (No.) En el Wyndham.,

Signed & Sealed, de Feydeau, dirigido por Patrick Garland. Muy brillante reparto, con Kenneth Willianis, Peggy Mount y Brian Pringle. Se trata de la comedia traducida hace bastantes años al español con el título de El casamiento de Barillon. (Sí.) En el teatro Comedy.

Small changes, de Peter Gill, dirigida por el autor. Curioso análisis de las relaciones entre dos madres y sus hijos. La producción busca un público más joven, al terminar con las representaciones de homenaje a Samuel Beckett. (Sí.) En el Royal Court.

Some of my best friend are husbands, comedia de Hugh Leonard. Por enésima vez, el tema del hombre maduro que se casa con una jovencita. El hallazgo está en situar la comedia en mil novecientos. Contactos estilísticos con el teatro de Miguel Miura. Espléndido Patrick Cargill. (Sí, por supuesto.) En el teatro Mermaid.

Troilus and Cressida, de W1lliam Shakespeare. Protagonistas, Simon Ward y Diana Quick, arropados por la espléndida compañía nacional. (Sí, pero mejor no intentarlo.) En el Young Vic.

Three sisters, de Chejov. Espléndida dirección de Jonathan Miller y apasionante interpretación de Janet Suzman en la temperamental Mischa. Salvamento admirable del difícil escollo de esta comedia -la sentimentalización de las historias y la idealización de las hermanas- y portentosa clarificación del tema: la falta de coraje personal. Uno de los poquísimos Chejovs convincentes que he visto a compañías no rusas. (Sí, pero ...) En el Cambridge.

Very good, Eddie, musical americano de Jerome Kern, trasplantado casi directamente de Broadway. Mary Barrett en el reparto, para refrescar la vieja farsa de Philip Bartholomae, que inspiró la producción. (No.) En el Piccadilly.

We come to the river, ópera de Hans Werner Henze, con texto de Edward Bond. Una admirable revolución operistica. En el Covent Garden. .

Weapons oh happiness, de Howard Brenton. Primera obra del autor. Alarde de interpretación de Frank Finlay. Mediocre texto pretencioso. (No.) En el teatro Lyttelton.

What's a nice country like U.S. doing in a state like this, de Ira Gasman, con música de Cary Hoffman. Delicioso musical americano tomando en broma a los años setenta, con el tratamiento de lás habituales revistas nostáigicas. (Sí, pero buen...) En el Mayfair.

The white devil, de John Webster, en adaptación de Edward Bond. Mejor que no la hubiese adaptado. Diez espléndidos minutos de Glenda Jackson. (No.) En el Old Vic.

White Hars y Black comedy, de Peter Shaffer. La segunda es una obra,conocida en España.

La primera es una nueva versión de un texto anterior muy infortunado. La cosa no mejora. El neopirandelismo de Shaffer se embrolla al grado máximo. Brillante interpretación de Magie Fitzgibbon, en una con fusa adivinadora. (No). En el teatro Shaw.

Aplicada al teatro la expresión londinense lunchtime corresponde, en cierta manera, a lo que los españoles llamamos género chico y delimita una serie de espectáculos, de una hora de duración aproximada, que, preferentemente, se representan a las horas de mediodía. Los más interesantes, en este momento, son:

Do a dance for Daddy, de Gilly Frazer, dirigido por Verity largate. Tres cortos análísis de las relaciones entre hombres y mujeres. En las tres obras son devorados los hombres. (Sí.) En el teatro Soho Poly.

The zoo story, de Edward Albee, en un espléndido ejercicio de clarificación. (Conocida en España.) En el teatro Kings Head.

Noah y The shepherds play, dirigidas por Howard Curtis. Se trata de dos textos medievales de carácter bíblico, procedentes del famoso círculo de Wakefield. (No.) En el Littie Theatre.

Fuera del centro teatral se representan algunas espectáculos excelentes, entre los cuales conviene retener:

The bitter tears of Petra von Kant, de Rainer Werner Fassbinder, dirigido por Robert Walker. El Papel protagónico corre a cargo de Delphine Seyrig. Es una limpia adaptación de un original cinematográfico y examina un caso de dominación y sometimiento, curiosamente asumido por el autor. En el teatro New End, de Hampstead.

Karno's army, de John Turner, dirigido por Mike St Ledger. Confusa biografía de un hombre que merecía más. Karno fue el famoso empresario que lanzó a Chaplin y a Stan Laurel, pero fracasó en su intentona cinematográfica. (No.) En el Albany Empire, en Deptford.

Rashomon, la curiosa obra japonesa, tan conocida por su adaptación cinematográfica. (Sí.) En el teatro Royal, en Stradford.

The winters tale, Much ado about nothing, Romeo and Juliet y, sobre todo, Hamlet, rotando, con la Royal Shakespeare Company, en Stratford-upon-Avon.

Por la rica variabilidad de la programación vale la pena seguir la presentación y experimentación continuada de los grupos de teatro club, teatro infantil y aficionados. A señalar, en especial, un nuevo texto de Tom Stoppard -Dirty linen- y cualquier espectáculo de laescuela Guildhall.