El Ayuntamiento de Bilbao, a favor de la foralidad

El Ayuntamiento de Bilbao se decidió ayer, por primera vez, aunque fuera tímidamente, acerca del tema de la autonomía vasca. Cuando el movimiento en favor de la foralidad perdida hace 100 años ha ganado para su causa a numerosas corporaciones municipales de las cuatro provincias vascas, incluyendo a Pamplona, Vitoria y San Sebastián, he aquí que la capital vizcaína sólo se ha atrevido a manifestar que vería con agrado la constitución de un organismo para estudiar el tema de la descentralización.

Resulta sintomático constatar que en las cuatro provincias vascas, los pequeños ayuntamientos han ido por delante de sus respectivas capitales -tal vez con la única excepción de Pamplona- a la hora de reclamar el reconocimiento de las instituciones tradicionales vascas, siguiendo la bandera levantada por el Ayuntamiento de Vergara meses atrás. A esta petición han añadido numerosos municipios guipuzcoanos su convicción de que el sistema foral debería traducirse hoy en un Estatuto de Autonomía, basado en el que se aprobó en Estella el año 1931. Los concejales bilbaínos ni siquiera se han atrevido con una petición, aceptada hoy por los círculos vascos más conservadores: la restauración foral. Se han limitado a aprobar una propuesta ambigua del señor Gorricho, en la que ni una sola vez se hace mención expresa del tema vasco, para reducirse a una declaración genérica sobre la autonomía administrativa. Los acuerdos, adoptados por unanimidad, hacen referencia al siguiente texto: «A) Que por medio del gobernador civil de Vizcaya se eleve al Gobierno de la nación la felicitación del Ayuntamiento por su declaración programática, con respecto a la mayor autonomía de las regiones en la gestión y administración de sus intereses y en el desarrollo de los valores peculiares de cada una de ellas, y la adhesión y el aliento de la Corporación para recorrer el camino y llegar a la meta prometida.

B) Que el Ayuntamiento de Bilbao vería con agrado que a los efectos de estudio y de elaboración de proyectos para el planteamiento y encauzamiento de una amplia autonomía económico-administrativa y descentralización, se crease un organismo de la mayor altura, integrado por las inteligencias más preclaras y por las personalidades y entidades de mayor representatividad y relevancia.»

En su exposición de motivos, el concejal señor Gorricho, ya había reconocido la inhibición del Ayuntamiento de Bilbao en torno a este importante tema, sobre el cual aceptó que han tenido iniciativas otras corporaciones municipales. Añadió a continuación que los vascos han dado pruebas de saber administrarse a sí mismos, contribuyendo al propio tiempo a los intereses de España sin ningún tipo de privilegios.

Aunque de forma tardía y harto tímida, también el Ayuntamiento de Bilbao parece querer incorporarse a la corriente popular vasca que desde hace meses reclama, cada vez con mayor fuerza, un régimen de autonomía.