Un comunista, elegido presidente del Parlamento siciliano

Un comunista, Pancrazio Pasquele, de 51 años de edad, fue elegido el pasado viernes por la noche, presidente de la Junta Regional de Sicilia por votación casi unánime.Setenta componentes de esta Junta, que equivale a decir un parlamento regional, votaron a favor de Pasquele, de un total de 81 asambleístas. Votaron en blanco dos democristianos y los nueve fascistas del MSI.

Todos los asambleístas estuvieron de acuerdo en la elección de Pasquele, salvo los de extrema derecha y los dos democristianos, que pertenecen al grupo de Fanfani.

El órgano del PCI, L'Unita, recoge la noticia y le da la importancia por cuanto es la primera vez en 30 años que un comunista asume la presidencia de la Asamblea Regional italiana.

Pancrazio Pasquele fue elegido parlamentario en 1958. En 1963 presentó su dimisión en el Parlamento para presentar su candidatura en las elecciones sicilianas, siendo elegido por la circunscripción de Mesina.

Mientras tanto, en el centro político del país, en Roma, Giulio Andreotti sigue encontrando dificultades para dar a conocer su Gobierno y el carácter político del mismo. Ocurre como si todos los partidos consultados por Andreotti estuvieran dispuestos a hacer pagar a la Democracia Cristiana las arrogancias del pasado.

La paciencia de Andreotti está culminando y se baraja la posibilidad de que presente su Gobierno sin haber llegado a un total consenso con los partidos de la oposición, lo que está mal visto por no pocos prohombres de la DC.

El nominado presidente del Consejo de Ministros italiano tan sólo cuenta por el momento con la abstención de republicanos y socialdemócratas, mientras los socialistas esperan la decisión de los comunistas. En definitiva, el PS italiano esperará el discurso de Andreotti ante las Cámaras y los puntos renovadores que pueda presentar.

La Democracia Cristiana está embarcada en una especie de aventura política y tiene ante sí el problema de contravenir en parte los términos en que se basó su campaña electoral, esto es, la distinción entre mayoría y oposición. Si cuando se celebre la votación en las Cámaras para aprobar al nuevo Gobierno, los comunistas se abstienen y no rechazan un Gobierno monocolor, es sin duda un precio que la DC debe pagar, es una nueva etapa política.