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Entrevista:

"Dictadura del proletariado y estalinismo no son en absoluto sinónimos"

El filósofo francés Louis Althusser habla para EL PAIS

Hemos comenzado por solicitar del filósofo que nos exponga sus criterios sobre la situación actual de lo que se ha convenido en llamar el eurocomunismo y, muy particularmente, respecto a la reciente conferencia de los partidos comunistas del viejo continente, celebrada en Berlín-Este.«Opino -responde el profesor- que la conferencia de Berlín representa una victoria de los partidos comunistas occidentales sobre el de la Unión Soviética. Creo que se trata del primer paso positivo -unitario y público- que éstos llevan a cabo después de la invasión de Checoslovaquia, en agosto de 1968. El resultado de esta recién terminada conferencia va a permitir un desarrollo de la autonomía política de los partidos comunistas occidentales, los cuales dejan de estar sometidos a la Unión Soviética. Ello permitirá, en la práctica, el incremento de la unidad de acción con los partidos socialistas y populares de sus respectivos países. También servirá para acelerar la lucha de clases, tanto en el plano económico como político.»

Matices de la pugna chino-soviética

En esta situación tan positiva, según Althusser, el propio profesor ve una leve mancha.

«Esta derrota del Partido Comunista de la Unión Soviética ha sido disimulada en el comunicado final, previo acuerdo al respecto entre los partidos victoriosos y el vencido. Pero esta disimulación no engaña a nadie. Sin embargo, hubiese sido de desear que los militantes fuesen informados del auténtico significado del comunicado final.»

Es bien sabido que la República Popular de China y la Unión Soviética tienen criterios absolutamente diferenciados respecto al papel mundial a jugar por Europa. Preguntamos a Althusser cuál de los dos criterios le parece el más afin a sus convicciones.

«China tiene razón, en principio -responde-, al preconizar una Europa fuerte y políticamente independiente, pero se equivoca en los hechos, ya que la Unión Soviética tiene la intención de controlar toda Europa a través del Mercado Común y de una eventual organización política europea. China también se equivoca al subestimar, por un lado, el potencial de la Unión Soviética y, por otro, el del imperialismo.»

La dictadura del proletariado

Recientemente Louls Althusser criticó severamente el abandono por parte de partidos comunistas europeos del concepto de dictadura del proletariado. La dirección de su partido condenó su postura y afirmó que era la propia de una franja de intelectuales, criterio y definición que Althusser manifiesta no entender. En cambio, cree saber la razón por la cual se abandonó el mencionado concepto.

«Los partidos comunistas que han revisado este punto -dice al respecto- han cedido al chantaje de la ideología burguesa. Los grupos burgueses dijeron a los partidos comunistas: o bien estáis a favor de la democracia y de la libertad, o bien a favor de la dictadura y del estalinismo. La respuesta fue ,estamos contra el estalinismo y, por tanto, contra la dictadura del proletariado". Con esta respuesta, las direcciones de los partidos comunistas se equivocaron: dictadura del proletariado y estalinismo no son en absoluto sinónimos. Incluso puede decirse que se trata de conceptos opuestos. El eslialinismo es una forma monstruosa de la dictadura del proletariado. »

Poco después Althusser explica lo que él entiende por dictadura del proletariado.

«La dictadura del proletariado, según la teoría marxista, designa algo muy preciso: la dictadura de la clase dominante en una sociedad de clases. Su poder se ejerce mediante fórmulas más amplias que las estrictamente políticas. Cuando una clase ejerce su dictadura puede hacerlo bajo fórmulas políticas muy variadas. Así, por ejemplo, la burguesía ejerce su dictadura, en casos, bajo fórmulas de la democracia parlamentaria, más libre, más liberal. Es una paradoja, pero es así. Marx y Lenin demostraron que cuando esta dictadura de clase de la burguesía fuese sustituida por la dictadura del proletariado, esta última adoptaría fórmulas infinitamente más libres, más liberales que las propias de la democracia parlamentaria burguesa. En consecuencia, identificar la dictadura del proletariado, que es una ley propia de la misma naturaleza de las relaciones sociales -Marx la llama una ley natural- a la monstruosidad histórica que es el estalinismo, es un contrasentido, o peor: un crimen teórico. Rechazar el estalinismo es una cosa -con la que estoy de acuerdo-, pero renunciar al mismo tiempo a lo que permite comprender las perspectivas de democracia real es algo muy diferente. Sólo pueden hacer tal cosa los que desconocen la teoría marxista.»

Otro concepto político en relación al cual los conceptos teóricosde Althusser son muy claros es el de centralismo democrático, fórmula de organización interna de todos los partidos comunistas. Althusser expone al respecto criterios innovadores, aquí y ahora.

«En el seno de los partidos comunistas -dice- existen tendencias que son el reflejo de diferentes posiciones de clase. Creer que los partidos comunistas están al margen de la lucha de clases es un absurdo. Por ello creo que hay que conceder todo tipo de libertades a las tendencias internas de los partidos comunistas. Deben poder expresar sus criterios, no solamente en los congresos, sino también de forma sistemática, con, incluso, órganos de difusión específicos. La reconsideración de las fórmulas de centralismo democrático es una cuestión capital y que se encuentra en la actualidad en el orden del día de todos los partidos comunistas. Debe compaginarse la unidad con la existencia de tendencias.»

Preguntamos, finalmente, a Louis Althusser cuál es su opinión sobre el Partido Comunista de España.

«Lo conozco muy poco. Conozco mejor el Partit Socialista Unificat de Catalunya y espero que, un día, el Partido Comunista de España será parecido a este último. Sin embargo, creo que ya ahora el partido español es más liberal y más democrático que el francés e, incluso, que el Partido Comunista Italiano.

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