Fallece Gustav Heinemann, ex presidente de la República Federal Alemana
Gustav Heinemann, ex presidente de la República Federal Alemana, falleció en la noche de ayer en la ciudad de Essen a los 76 años de edad.El ex presidente fue internado hace unos días en un hospital de esa localidad alemana aquejado de graves complicaciones circulatorias que le causaron en la noche de ayer la muerte.
Heinemann pertenecía al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y desde 1969 a 1974 desempeñó la presidencia de la República Federal, cargo en que fue sustituido por el político liberal y ministro de Asuntos Exteriores en el Gabinete de coalición socialista-liberal, Walter Scheel.
Un hombre de la ley
Heinemann fue uno de los fundadores de la Unión Cristiano Demócrata tras la segunda guerra mundial y durante el periodo hitleriano se distinguió por su lucha contra el nazismo.Formó parte del primer Gabinete de la República Federal presidido por el canciller Adenauer con el Ministerio del Interior. De nuevo volvería al Gobierno el año 1966 al crearse la «gran coalición» de la CDU y el SPD (cristiano-demócratas y socialistas) presididos por Georg Kiesinger.
Nació el 23 de julio de 1899 en Schwelm, hijo de un médico asistente a los empleados de la Krupp. Estudió Derecho y amplió sus estudios en las universidades de Münster, Munich, Gottingen y Berlín. En 1922 obtuvo el doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad de Marburg.
Como miembro activo de la Iglesia Evangelista se opuso desde el principio al nazismo. La «gran guerra» la pasó como director de minas en el Reinische Stahlwerke y tras la caída del nazismo entra a formar parte de la Cristianodemocracia alemana.
Desde el mismo año en que se pasa a las filas de la socialdemocracia (SPD), en 1957, obtiene un escaño en el Bundestag (Cámara baja) que conservaría hasta 1969.
Siempre fue partidario de la entrada de Alemania occidental en la OTAN y aseguró siendo presidente que «la entrada de la República Federal en el organismo atlántico no merma la independencia de nuestra política».
Si bien siempre estuvo interesado por las cuestiones de política exterior, lo que proporcionó más de un ataque de la oposición conservadora, Heinemann basó su campaña presidencial y más tarde su meta como presidente en proporcionar una vida cómoda a los alemanes.
Por encima de sus saltos políticos, de una tendencia política a otra, Heinemann fue, ante todo, un hombre sabedor de las leyes y que siempre intentó buscar la mejor legislación para consolidar y fortalecer la democracia en la República Federal Alemana.
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