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Entrevista

Jesús Hermida: “Hay un divorcio total entre TVE y España”

Ángel S. Harguindey

Jesús Hermida, corresponsal de Televisión Española en Nueva York, vino a Madrid para asistir a la audiencia especial que ha concedido el Rey Juan Carlos I a quienes intervinieron en las transmisiones especiales de su viaje a los Estados Unidos. Con tal motivo, Angel Sánchez Harguindey ha mantenido con él una breve entrevista en la que USA y TVE, sus dos medios de trabajo y convivencia, tenían que ser necesariamente temas obligados.

¿Cuál ha sido el resultado global del viaje de los Reyes?-Desde el punto de vista político, creo que ha sido sin duda la mejor inversión que España ha podido hacer en Estados Unidos.

¿Podemos entender la mejor inversión como la menos mala?

-Si a España le interesa de alguna manera el apoyo, no sólo del Gobierno norteamericano, sino también del Congreso y, en general, de todas las fuerzas de peso de aquel país, creo que el viaje lo ha conseguido. Se podría hasta medir matemáticamente el grado de beneficios del viaje. La actitud entre el 1 de junio y el 6, cambia notablemente y lo hace en torno a un punto muy concreto: el discurso político del Rey ante el Congreso, en el que expuso su creencia absoluta en la democracia. Sin lo que dijo allí, el viaje hubiera sido positivo para las revistas del corazón, pero nada más.

Parece ser que el Gobierno norteamericano, y más concretamente su Secretario de Estado, apoyan el intento reformista del Gobierno español, y lo apoyan en función de la no legalización del partido comunista.

-¿Cree que esta táctica es acertada?

-Bueno, eso lo tendrían que juzgar los politólogos...

-Pero ¿cuál es su impresión sobre el tema?

-Es evidente que el Gobierno USA prefiere sin duda una España sin partido comunista, que con partido comunista, lo que por otra parte no tiene por qué coincidir con lo que quieran los españoles. Todo entra de lleno en la célebre teoría del dominó, de Kissinger, el cual había enviado antes del viaje de los Reyes, un memorándum a sus embajadores en el que, entre otras cosas, apuntaba la conveniencia de la no legalización de los comunistas.

-¿Qué opinan los grandes diarios norteamericanos sobre este punto concreto?

-La opinión de los grandes, es decir del New York Times, el Washington Post, o incluso Newsweek, es claramente contraria a la del secretario de Estado. Prefieren una democracia total, sin exclusiones apriorísticas por lo que respecta a España. Hay que señalar que esa misma prensa que recelaba en alguna medida de los deseos reformistas del Gobierno español, cambió radicalmente en base al discurso del Rey, ante el Congreso. El New York Times publicó un editorial, el mismo día en que llegó a la ciudad el Rey, en el que apoyaban indiscriminadamente al Gobierno español.

-Sin embargo, el New York Times no tiene una línea coherente y constante en sus editoriales, o dicho con otras palabras, admite las diferencias de criterios y enfoques sobre un mismo tema...

-Creo que el sí por el sí del diario no cabe considerarlo de manera definitiva. Hay que matizar que el apoyo no era tanto a una situación general española como a las concretas palabras del discurso del Rey.

-¿Qué ocurriría si los anhelos teóricos del discurso no se concretaran en la práctica?

-Habría un pragmatismo norteamericano, Kissinger es un gran pragmático. Habría reticencias muy notables en el Congreso y una protesta clara, inequívoca y absoluta en la opinión que pesa en los Estados Unidos.

La visita a la sinagoga

-¿Hasta qué punto no influyó en el tratamiento periodístico del viaje de los Reyes, la visita que efectuó en Madrid, días antes de emprenderlo, la reina Doña Sofía a una Sinagoga?

-La noticia anticipada del viaje que más se difundió, y en lugares más destacados de la prensa norteamericana fue sin duda la visita de la Reina a la sinagoga. No me extrañaría nada que dicha visita y unos contactos del Rey, ya en los Estados Unidos, con algún representante del pensamiento judío norteamericano, hubiesen sido importantes en el talante y tratamiento informativo de la prensa USA.

-¿Se notó un cambio cualitativo en la información sobre España tras la muerte de Franco?

-El primer cambio absoluto fue en la cantidad. Antes te podías pasar años como si España no existiese. Se publicaban pequeñas notas o las consabidas críticas al régimen. A partir del año 73 empezaron a incrementarse las informaciones son en la prensa. El período de la enfermedad y muerte de Franco fue cubierto ampliamente y ahora las informaciones son más serias, más profundas y más abundantes Podríamos decir que tenemos un trato similar al que le dan a Italia, inferior a Francia, naturalmente pero por lo menos no estamos equiparados a los kurdos.

Crítica a TVE

-¿Cuál es su impresión sobre la televisión española actual?

-Lo cierto es que tengo pasión por la televisión, por el medio, al que considero como el idóneo de nuestro tiempo, y siempre convencido de que la prensa es la biblia del periodismo, y precisamente por esa pasión estoy preocupado, porque observo que nuestra TVE va muy por detrás del país. Existe un divorcio total entre el medio y el país. Como profesional de la información veo que los diarios y revistas van por su propio camino, lo que no ocurre con televisión. Me preocupa de una manera hiriente desde hace años y francamente desearía que se pusiera a tono con el ritmo del país, un país que en un año y medio, con todo lo que ha ocurrido, ha cambiado notablemente, más en sus gentes, en la mentalidad de sus ciudadanos que en sus cosas, y televisión sigue igual. Creo que la sustancia de televisión no es que se ponga éste u otro programa, a éste o a aquél presentador, sino que responda.a las necesidades informativas que exige el país. Para mi el peligro real es que llegue el día en el que el más perfecto periodista del mundo, con la información más rigurosa y objetiva que se pueda poseer sobre un tema, salga en TVE y la gente se encoja de hombros, no por él, sino por la falta de credibilidad en el medio.

-¿Y esta preocupación puede llegar al extremo de interrumpir tu colaboración con el medio?

-Puede llegar al punto en que reconozca mi inhabilidad para cumplir esos deberes informativos.

Jesús Hermida vino para ser recibido por el Rey, en compañía de quienes cubrieron informativamente su viaje a los Estados Unidos. Su estancia permitió conocer sus impresiones sobre aquel país y sobre el medio informativo en el que se desenvuelve. En resumen: una de cal y otra de arena.

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