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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las elecciones portuguesas

PORTUGAL ELIGE hoy nuevo presidente de la República. Estas elecciones, caracterizadas desde el principio por el muy limitado interés con que fueron acogidas por la opinión pública, lo han perdido casi completamente tras la grave enfermedad de uno de los candidatos -el actual primer ministro, almirante Pinheiro de Azevedo-, que convierte en virtual vencedor al general Ramalho Eanes, sostenido por los tres partidos mayoritarios.Tres candidatos militares y uno civil, el comunista Octavio Pato, se disputarán los votos de un electorado un tanto ahito de política y cada día más alejado de los planteamientos retóricos de partidos y líderes.

Fueron los militares quienes, mediante un golpe de Estado incruento, derribaron a la dictadura del doctor Marcelo Caetano, continuador del profesor Oliveira Salazar. En principio, los capitanes que encabezaban el Movimiento de las Fuerzas Armadas deseaban entregar cuanto antes el poder a los civiles y retirarse a sus cuarteles. Pero semejantes propósitos, por múltiples razones, no pudieron concretarse. La presencia en la escena política de fuerzas totalitarias, de izquierda, y de derecha, la impreparación y ambición de algunos políticos recién regresados del exilio, la inestabilidad económica y política, las huelgas salvajes, el interés progresivo de ciertos oficiales por el poder y el establecimiento de un período constituyente demasiado largo, hicieron que los propósitos expresados el 25 de abril por los oficiales rebeldes terminaran convirtiéndose en agua de borrajas. Tras el intento de golpe de Estado del 11 de marzo de 1975 la situación se radicalizó y los militares izquierdistas impusieron a los partidos políticos un «pacto» por el que aseguraban su permanencia en el poder durante por lo menos cinco años.

La catastrófica gestión económica de estos dos años de experiencia política, por una parte, y el intento de sectores totalitarios para hacerse con el poder, por otra, fueron deteriorando hasta tal punto la situación, que el 25 de noviembre de 1975, aprovechando un supuesto golpe militar de izquierda, el grupo moderado de las Fuerzas Armadas replanteó el papel del Ejército y de las otras Armas en la vida política. Era ya demasiado tarde para iniciar una retirada. La joven democracia portuguesa no podía sobrevivir sin el apoyo y la protección de los militares.

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El proyecto del general Ramalho Eanes, el candidato a presidente con más posibilidades, es «normalizar» la vida portuguesa: reintegrar a los militares a los cuarteles, ordenar la convivencia, arreglar en lo posible la economía y hacer de Portugal un país moderno, democrático, europeo e independiente. Semejantes propósitos están apoyados por la gran mayoría,de la población. Pero no son fáciles de llevar a la práctica.

El pueblo portugués se encuentra ante la triste realidad de una economía destruida, una convivencia social deteriorada y unas perspectivas de futuro un tanto inciertas. Tras la «revancha democrática» los portugueses se han dado cuenta de que las palabras apenas arreglaban nada y de que las grandes frustraciones nacionales no iban a resolverse solamente con fuerza de voluntad. Agobiados por los problemas cotidianos (paro, inflación, caos administrativo, violencia, etc.) y por, el insistente ejercicio democrático (dos elecciones en dos meses), ahora asistimos a un fenómeno de apolitización progresiva que podrá conducir en estas elecciones a un grado considerable de abstencionismo.

Con una Asamblea Legislativa (elegida el 25 de abril pasado) y un nuevo presidente de la República, también elegido según la Constitución, Portugal termina con la interinidad que ha caracterizado estos dos últimos años. Están puestas, pues, las bases jurídicas que permitirán una convivencia democrática. Pero con eso no llega. Sólo el sacrificio, el trabajo, el patriotismo, la tolerancia y la generosidad de todos pueden convertir en realidades los proyectos de reconstrucción nacional.

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