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No parece posible el "pacto social" a nivel comunitario

Ministros, empresarios y sindicatos, representantes de los nueve países de las Comunidades Europeas, llegaron a última hora de la noche del miércoles a un «compromiso» final en el marco, de la segunda conferencia tripartita social europea.El comunicado oficial de doce, puntos, ambiguo y sin pretensiones de «pacto social», define tan sólo las orientaciones de tipo general que poderes públicos, empresarios trabajadores esperan lograr, para absorber el desempleo en la CEE actualmente afecta a cinco millones de trabajadores), limitar la inflación al 5 por 100 y mantener un crecimiento anual del PNB entre y 5 por 100, de aquí a 1980.

Hablando a título de la agrupación de empresarios italianos, Giovani Aenelli, de la Fiat, aprovechó su presencia en Luxemburgo ira solicitar una ayuda financiera masiva para la economía italiana, una especie de segundo «Plan Marshall», controlado por las Comunidades Europeas.

Representantes de los empresarios y de las, organizaciones sindicales (agrupadas en la «Confederación Europea de Sindicatos») tropezaron en más de una ocasión, lo largo de una sesión de doce horas de diálogo, sobre sus criterios de entender la reactivación económica.

Para los empresarios, apoyados por los expertos de la Comisión, está claro que la frágil reactivación ,económica europea sólo podrá sostenerse si hay una moderación de las reivindicaciones salariales y activa la demanda a fin de permitir nuevas inversiones creadoras puestos de trabajo.

Los sindicalistas no quieren seguir apretándose el cinturón, después de la crisis, y no desean un impromiso sobre salarios.

De todo ello se deduce el pobre comunicado final Como hecho positivo hay que precisar que nadie quiere romper la baraja de la máquinaria económica, aunque si mejor repartir el pastel. En el futuro se celebran otras conferencias tripartitas, a nivel de la CEE.

¿En qué medida afecta a España a nueva fórmula de diálogo social europeo? Directamente, en nada. Indirectamente, hay que recordar que en Luxemburgo se definieron líneas generales que imondrán el ritmo social en la Europa capitalista y, en consecuencia, en España. A nivel de contactos y vinculaciones, hay que recordar también que dos sindicatos clandestínos españoles, la «Unión General de Trabajadores» y la «Solidaridad de Trabajadores Vascos» están adheridos a la CES, que agrupa a más de 35 millones de trabajadores en 17 países europeos A escala empresarial, hay contactos más o menos formales entre las Cámaras de Comercio, Industria y Navegación de España y el Consejo Nacional de Empresarios con la «Unión de Industrias de las Comunidades Europeas» (Unice). Sólo hay divorcio total a nivel de sindicatos oficiales y de poderes públicos entre organismos españoles y participantes europeos en este diálogo social a escala del Mercado Común.

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