Cautela de las Iglesias de Francia sobre el "llamamiento" comunista

El episcopado francés responde con una cierta prudencia al «llamamiento a los cristianos» de los comunistas, que tuvo lugar el pasado día 10, en Lyon, con el discurso de su secretario general, Georges Marchais.Ayer, el Consejo Permanente del Episcopado hizo público un comunicado en tal sentido.

«El contexto actual -dicen los obispos- se presta a iniciativas y solicitudes de orden político, pero la Iglesia no se sitúa en el campo político como un partido, ni sus miembros como una fuerza de apoyo católico, si deben escoger en función de diversos análisis y proyectos de sociedad, lo harán siempre coherentemente con su fe.» Parece que a lajerarquía eclesiástica no le ha gustado que el PC se dirija a sus fieles como si fueran una clase aparte entre todos los ciudadanos.

El mismo reproche lo resaltan otras reacciones de los últimos días, tanto por parte de los protestantes como de algunos medios políticos. Entre estos últirnos se encuentran los socialistas, que no consideran a los cristianos, comq, línea divisoria entre los miembros de la sociedad. Un portavoz de la Iglesia protestante, por su lado, añade: «Quiero esperar, que, dada la rápida evolución sociopolítica del mundo actu.al, el PC francés, como el italiano, evolucionarán, no hacia el rechazo del marxismo, sino hacia unreal respeto de quienes no piensan como ellos y hacia una auténtica libertad democrática. »

Por el contrario, el representante del Observatore Romano en París, opina que el histórico discurso de Marchais no es más que «una manifestación de propaganda, destinada a hacer creer que algunos partidos comunistas europeos están dispuestos a garantizar todas las libertades, incluso las religiosas».

A pesar de las críticas o reservas y de las supuestas intenciones electoralistas de la operación -cristianos, los dirigentes del PCF se disponen a editar un folleto con el discurso de Marchais, a seguir dialogando a todos los niveles con la Iglesia y el propio secretario general acaba de repetir que está dispuesto, en cualquier momento, a entrevistarse con los representantes de las Iglesias de Francia.