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Protección especial al barrio Del Antiguo, en San Sebastián

El alcalde de San Sebastián, Francisco Lasa, recibió ayer al presidente de la Asociación de Vecinos del Antiguo, Valentín Anguiozar, a quien prometió que a partir de este momento la policía municipal establecerá un servicio especial de vigilancia en la citada barriada, para impedir que se sigan cometiendo nuevos atentados en esta zona de la capital guipuzcoana

Para protestar contra las amenazas y atentados que llevan a cabo desde hace varios meses elementos de extrema derecha, se manifestaron a última hora del lunes en el Antiguo varios centenares de personas. La Policía Armada intervino para disolver a los manifestantes y detuvo a la joven Carmen Melgarez, estudiante, que ayer por la manana sería puesta en libertad. Esta particular atención que los grupos de extrema derecha vienen prestando a este barrio donostiarra, se inició hace aproximadamente seis meses y los autores acostumbran a autoidentificarse con el grito de «Viva Cristo Rey» o las siglas VCR.«Aunque estas acciones delictivas -dice un amplio informe, elaborado por la Asociación- han recaído últimamente en personas jurídicas y físicas concretas, es todo el barrio del Antiguo el que se siente, en última instancia, directa o indirectamente amenazado por estos grupos que, además de actuar impunemente, parece que alardean de cierta seguridad de que nunca se va a poder ejercer ninguna acción legal contra ellos.»

Entre los atentados más graves, se señalan los siguientes:

-Un fuerte artefacto explosivo destruyó completamente, hace hoy seis meses -el 16 de diciembre del pasado año- el bar Alaia. La onda expansiva causó también algunos daños en viviendas próximas. Los hechos fueron denunciados, sin que hasta el momento se sepa nada acerca de los autores. Los destrozos fueron de tal cuantía que el establecimiento no pudo abrir sus puertas hasta el pasado domingo.

-Una botella de líquido inflamable fue arrojada contra el bar Echevarría cuando se encontraba cerrado y, asimismo, se colocó un artefacto bajo el coche de José Ramón Antero, que regenta este bar.

-La agrupación cultural Jakintza ha sufrido diversos allanamientos acompañados de destrozos en sus instalaciones y en el material didáctico.

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-Un «coktel Molotov» fue arrojado dentro de una de las dependencias parroquiales, sin que por fortuna el incendio produjera mayores consecuencias al no sobrepasar la zona de los servicios.

-Una bomba incendiaria ha destruido la carnicería Ibarguren, cuyo propietario había recibido repetidas amenazas. A estos hechos han de añadirse otros atentados de menor cuantía, como los incendios registrados la pasada semana, con ayuda de neumáticos rociados de gasolina. Pero tal vez han sido las continuas llamadas telefónicas y los anónimos amenazadores los que han originado un especial clima de inseguridad.

Esta campaña de intimidación ha sido particularmente intensa en las personas de Javier Larrea y Maite Amilibia, a quienes fijaron la fecha del 13 de marzo para abandonar la ciudad, bajo riesgo de perder la vida en caso contrario. En varias ocasiones han sido acorralados en el portal y las llamadas telefónicas se cuentan por encima del centenar.

El amplio informe de la Asociación de Vecinos termina con estas palabras: «No nos queda más que desear que surtan efecto todas las gestiones encaminadas a resolver este problema y solicitar, públicamente, de las autoridades competentes, se lleven a cabo cuantas indagaciones e investigaciones ayuden a frenar definitivamente estas acciones delictivas, de claro matiz terrorista, que un grupo de enemigos de la sóciedad está perpetrando bajo la apelación de Cristo Rey contra personas indiscriminadas, con propósitos muy claros y en medio de una impunidad que, hasta el presente, resulta ciertamente alarmante.

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