G. Fauré.

Gabriel Fauré es uno de los grandes maestros de la moderna escuela francesa que arranca en Berlioz. Su papel como precursor del impresionismo es hoy considerado de primerísimo orden. La obra para piano y para voz y piano, as como la de cámara del compositor francés, han tenido amplia difusión en todo el mundo. Sin embargo, la discografía de Fauré es escasa y ha sido siempre escasa en nuestro país, sobre todo en los dos primeros apartados que hemos señalado de su producción.Este registro no viene a solucionar nada en este sentido, pues incluye dos obras no demasiado logradas ni representativas de su estilo. La Balada, que este año se pudo oír en Madrid, es obra juvenil con la que Fauré hizo su presentación oficial ante el pontífice Listz en Weimar. Pieza ciertamente poética y llena de encanto, es obra menor y su indudable valor pianístico ha sido re bajado al convertirse en una obra concertante. Más interés tiene conocer la aportación de Fauré -que nunca fue un gran orquestador- a la música escénica con su Pelleas y Melisande. Debussy Sibelius, Schönberg, entre otros, pusieron su música al servicio del drama lírico de Maeterlinck. La aportación de Fauré es un bello ejemplo de su arte sugerente y sutil, acorde con el espíritu que dimana de la tragedia del poeta simbolista belga.

Repetimos: no es este un disco para ponerse en contacto con el mejor Fauré, pero será bienvenido por cuanto contribuye al conocimiento de un músico, en cierto modo, olvidado por nuestra discografía.