Los andalucistas históricos piden que se reestructuré el reparto de tierras

«El problema andaluz», se concreta en una situación de subdesarrollo, dependencia y postración cultural, que es el resultado del colonialismo económico y político sufrido durante siglos por nuestro pueblo. Este coloníalismo no sólo se ha ejercido desde el exterior del territorio andaluz, sino que se lleva a cabo también por las altas burocracias financieras situadas en Andalucía como un apéndice de las centrales, y que colaboran así estrechamente a la explotación de Andalucía».Así comienza un manifiesto difundido por la llamada «Junta Liberalista de Andalucía» y dirigida a «Todos sus hermanos andaluces, y a todo buen andaluz». Esta junta liberalista, que aspira a la autonomia administrativa de la región, fue creada y organizada por los andalucistas «históricos» como Blas Infante, Miguel Alvarez, Escosura, y Cagigás, entre otros, la mayoría de ellos desaparecidos en trágicas circunstancias en el verano de 1936. Cuarenta años después, los viejos andalucistas, a cuyas filas se incorporaron componentes de la actual generación, vuelven a la acción política con los mismos ideales que se expusíeron en la junta soberana creada en Andújar en 1873, mantenidos por la Constitución federalista de Antequera en 1883, y los centros andaluces posteriores.

«La Junta Liberalista de Andalucía continúan los «históricos» quiere llamar la atención a todos los andaluces, ante la persistente observación de la creación de un regionalismo de tipo burocrático-financiero, que no resolvería los problemas de la descentralización administrativa, necesaria para la actuación completamente libre del pueblo andaluz. La Junta quiere para su región tierras libres para quien las sepa trabajar y hacer producir, hombre libres capaces de erigirse en sus propios administradores, municipios libres, para que todos ellos reunidos, puedan crear, sin ficción alguna, las comarcas propias y naturales de la región».