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El Rey volverá a Hispanoamérica

A las diez de la noche -cuatro de la tarde hora local-, los Reyes de España salían del aeropuerto dominicano de Las Américas con destino a la base aérea de Andrews, en el Estado de Maryland (Estados Unidos), entre los vítores y aplausos de los dominicanos que durante las treinta horas escasas que ha durado su visita a la isla antillana, no han dejado de cesar, como muestras de simpatía hacía la joven Monarquía española, que hoy inicia su primera visita oficial a los Estados Unidos.

La visita del Rey a la República Dominicana, iniciada el lunes, ha sido presentada, tanto por el séquito del Rey como por el propio Gobierno dominicano, como la oportunidad de iniciar un gran esfuerzo colectivo de los pueblos hispánicos, para participar uinidos en la tarea del desarrollo. A las intervenciones del lunes del Rey y del ministro señor Areilza en torno a la necesaria cooperación económica, entre ambos países, hay que sumar la jornada de ayer última en la isla antillana, en que el Monarca español y el presidente dominicano volvieron a expresar su deseo de ampliar y fortalecer los lazos mutuos.Peticiones al Rey

Cierta emoción entre los españoles acompaña la visita de los Reyes a la República Dominicana. La numerosa colonia española de aquí, corre diversa fortuna. Precisamente, un grupo de los peor tratados por las circunstancias han publicado un anuncio en la prensa dominicana, dirigido a los Reyes. Se trata de un grupo de 20 agricultores españoles, que son los úItimos de un grupo de unos 400 que llegaron a la República Dominicana como colonos, en tiempos de Trujillo. Esos 20 se quejan de que, después de haber sufrido la expropiación forzosa en 1961 de la mayor parte de sus tierras, lo que determinó la salida del país de los otros 380, ahora se ven amenazados de nuevas expropiaciones de sus tierras, que no tienen más de 100 hectáreas. Ahora piden que el Rey interceda para que, o bien se les dé un precio justo por las mejoras introducidas en las tierras baldías que ellos rescataron, o que se les dé el certificado que les acredite como dueños de la tierra.

En la mañana de ayer, el Rey se encontró con centenares de compatriotas, miembros de las sociedades españolas en la República Dominicana, y con numerosos puertorriqueños venidos expresamente para esta ocasión, en la Casa de España, un edificio muy nuevo inaugurado hace seis meses. El Rey dijo a los españoles que debían concentrar sus energías «en la búsqueda de fórmulas de colaboración con nuestros hermanos de América».

Don Juan Carlos dijo también: «Yo quisiera llevar a vuestro ánimo la seguridad de que en España se os recuerda y se os admira porque formáis parte de ese largo y glorioso capítulo de historia hispanoamericana del que son protagonistas descubridores, misioneros, conquistadores, maestros, científicos y colonizadores, artistas y gobernantes, trabajadoresy empresarios

Tanto a la salida de la Casa de España, como horas después ante el Altar de la Patria -monumento situado en el parque Independencia dedicado a los héroes de la República Dominicana, donde los Monarcas españoles, depositaron una corona de flores-, los Reyes rompieron el protocolo y trastornaron la circulación de vehículos por las calles de Santo Domingo durante dos horas.

Don Juan Carlos y doña Sofía, acompañados por el canciller dominicano Emilio Jiménez Reyes, tras la ofrenda de flores se dirigieron al convento de los dominicanos, donde fugron saludados por el padre Vicente Rubio y a la catedral primada, siendo recibidos por el cardenal Octavio Beras.

Tras estas visitas y, fuera de todo programa, los Reyes expresaron su deseo de conocer varios lugares de la capital, por lo que la comitiva hubo de cambiar de itinerario -con el consiguiente desvío de tráfico- para visitar el balneario de Tres Ojos, la villa olímpica, el jardín botánico y el zoológico.

El último acto al que asistieron los Reyes, antes de su partida a Estados Unidos, fue el almuerzo que ofrecieron al presidente Balaguer como despedida, en la embajada de España, y en el curso del cual, el Rey Juan Carlos impuso al jefe de Estado dominicano el collar de Isabel la Católica.

Futuros viajes del Rey a Hispanoamérica

En el acto de imposición, el Rey se refirió a la persistencia de la fe cristiana que había guiado a Isabel la Católica y que ahora guiaba la vida de los dos pueblos. «Este continente -dijo el Rey al presidente Balaguer- se ve hoy día sometido a una crisis en sus estructuras, sus costumbres, su moral, sus convicciones. España fue capaz hace cinco siglos de establecer una unidad política y administrativa. Hoy día tiene una misión más delicada y entrañable, de acercamiento e integración espiritual, cultural y ética. A ella dedicaremos nuestro esfuerzo».

La figura de la Monarquía aparece inevitablemente ligada a los problemas españoles, incluso a los ojos dominicanos. Esta mañana, el diario El Listín Diario, de Santo Domingo, publicaba un anuncio, pagado, de Santiago Carrillo, secretario del Partido Comunista de España, titulado La responsabilidad de Juan Carlos en que se decía, entre otras cosas que «es cierto que la opción a favor de la democracia no garantiza el porvenir de la Monarquía porque la solución democrática implica poner, en su día, a decisión popular, la cuestión de la forma de Gobierno y de Estado. Mas sólo un Rey capaz de correr este riesgo estaría facultado para aspirar seriamente a la legitimación democrática de la Monarquía».

El lunes, Areilza anunció un posible plan de visitas reales a Hispanoamérica, citando entre los países que han formulado invitación al Rey a Chile, Paraguay, Argentina y Venezuela. Sólo este último tiene un régimen constitucional, mientras que los dos primeros padecen dictaduras absolutamente desprestigiadas.

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