Nadine Chaval recibe orden de no hablar
Veinticuatro horas después de haber sido puesta en libertad por sus secuestradores, la hija del embajador belga en México, Nadine Chaval, afirmó que «el Gobierno mexicano le prohibió hablar». Mientras tanto, miles de policías intentan capturar a los secuestradores, pertenecientes a la Liga Comunista 23 de Septiembre, que obtuvieron un rescate de, aproximadamente, cinco millones de pesos.El Ministerio belga de Asuntos Exteriores hizo público ayer en Bruselas un comunicado oficial en el que se detallan circunstancias del secuestro de Nadine Chaval.
Según el texto del comunicado un automóvil robado bloqueó el camino al automóvil del embajador que se dirigía desde la embajada hasta el Liceo francés. El embajador belga no iba en esta ocasión en en el vehículo y el conductor fue inmovilizado mientras Nadine era trasladada a la fuerza al vehículo de los secuestradores, que desapareció inmediatamente.
«Los secuestradores eran cuatro, tres hombres y una mujer. El chófer del embajador se apresuró a denunciar el secuestro en el puesto de policía más próximo. Los padres de Nadine recibieron mensajes de los secuestradores durante la mañana del día 25, en los que se proclamaban pertenecientes a las fuerzas revolucionarias de la Liga 23 de Septiembre, y exigían un rescate de diez millones de pesos por la liberación de la hija de los embajadores».
El comunicado precisa también que los contactos entre la familia Chaval y los secuestradores se establecieron mediante mensajes escritos de estos últimos, que transmitían bien por personas interpuestas, totalmente ajenas al caso, bien mediante indicación de dónde podían ser encontrados.
«Las negociaciones establecidas entre la madre de Nadine y los secuestradores terminaron con la promesa de liberar a la joven contra la entrega de un rescate que se eleva aproximadamente a la mitad de la suma exigida inicialmente», dice también el comunicado y añade que «las operaciones que condujeron a la liberación de Nadine comenzaron con el depósito del rescate durante la noche del 28 de mayo».
«Veinticuatro horas después, Nadine Chaval fue colocada en un automóvil, con los ojos vendados y llevando gafas oscuras. Los secuestradores le preguntaron dónde deseaba ser conducida y ella eligió la embajada de Turquía, porque conocía al embajador turco desde hace tiempo, concretamente desde que él y el padre de Nadine estaban destinados en Lagos (Nigeria).
Pese a que la señora Chaval prometió conceder una rueda de prensa a los periodistas extranjeros, un hermetismo absoluto reinó durante el domingo y el lunes en la casa del embajador. Pese a la vigilancia policial, una periodista logró hablar telefónicamente con Nadine Chaval haciéndose pasar por una compañera de colegio. La joven dijo que fue tratada «bien» y que el lugar donde permaneció secuestrada era muy caluroso. Sobre sus secuestradores, aseguró que eran «jóvenes». «Ya he dicho mucho, he dicho demasiado», añadió.
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