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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Hombre joyen a la deriva

Nos hallamos en el bar de un aeropuerto. El protagonista pide un güisqui. Al otro lado de la barra, una voz grita: ¡Marchando! Pero no; no nos hallamos en Barajas. Esa respuesta castiza y algún que otro término más son alegrías del doblaje español que, a su modo, enriquece las películas. Aun que el padre de ese protagonista murió -según éste confiesa- en la guerra de España, estamos en Los Angeles, donde su hijo ejerce la vieja profesión de cuidar de los demás y su pareja femenina otra profesión más antigua todavía. Detectives y prostitutas han llenado capítulos enteros de la historia del cine americano y aquí aparecen otra vez, adaptados en costumbres, atuendo y moral, al signo de los tiempos. De aquel Kirt Douglas de Brigada 21, atormentado por el de su mujer, a este Burt Reynolds separado de la suya, unido luego a la hija de un antiguo militante político, han pasado los años, barriendo muchas ideas sobre ética y moral, hasta hace poco .consideradas intocables. Tampoco para el cine ese tiempo se fue en balde, ni para. Aldrich, bien conocido por su forma de pensar, por su serie de películas que cuenta entre sus títulos primeros con el muy significativo de Ataque.

Destino fatal

Guión: Joseph Biroc. Dirección: Richard AIdrich. Fotografía: Steve Breham. Música: Frank de Vol. Intérpretes: Bur! Reynolds, Catherine Deneuve, Ben Johnson, Paul Winfeld, Ernest Borgnine. Norteamericana. Dramática. 1975.Local de estreno: Cine Palafox.

Ataques

Sus ataques a la sociedad americana a través de sus indios perseguidos, sus detectives sin escrúpulos, su mismo cine o sus familias de gángsters, no le impedirán adaptarse a las distintas formas que en él se suceden sin llegar a borrar su estilo preciso, ni su don de narrar, a la vez seco y retórico, informal y medido. Este protagonista de hoy que ama los años treinta añora Italia y ve películas francesas, amigo de los pobres y, a la vez,de las amigas de los ricos, responde a una tipología americana que entronca en lo literario con sus últimos modelos clásicos. Este hombre a la deriva,entre un jefe que no quiere complicarse la vida y sus propias convicciones, recuerda a los protagonistas de Dos Pasos, en sus dudas, en sus ideas sobre política y sociedad, en su vida insatisfecha y en su muerte absurda.

Sexo y política

Aldrich, que ha llevado al cine numerosas novelas, reduce esta vez sus premisas literarias a signos y caracteres menos profundos que en anteriores ocasiones. Sexo, política y violencia nos llegan a través de palabras, aunque de cuando en cuando broten en acciones, si no ajenas a la historia, al menos ligadas a ella por razones un poco marginales. La sabia mano del director se evidencia en su forma de contar viva y precisa y en la exce lente labor de los actores desde Burt Reynolds, a pesar de sus tics y sus miradas a lo Brando, hasta la eterna Catherine Deneuve, menos estática que otras veces, aunque siempre estética -sí se nos permite el juego de palabras-, con una melena a lo diosa de Botticelli recién salida de las aguas. En su papel de prostituta elégante redimida en el amor verdadero siempre vestida en la cama y fuera de ella, no se sabe bien si por no robar sexy a su antagonista o por falta de encantos corporales, aparece en el polo opuesto del reparto que, como siempre en esta clase de filmes, reúne una serie de magníficos actores, tan sólo secundarios en el lugar que ocupan en los títulos de crédito.

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