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Umbero Agnelli, candidato al Senado italiano

El pianista soviético Juri Jegerov, de 22 años, ha pedido refugio político a las autoridades italianas. Por razones de seguridad, sólo esta mañana ha sido hecha pública la noticia, según declaró ayer el jefe de policía de Roma.El joven artista había desaparecido de Brescia el lunes pasado, pocas horas antes de su debut en la VIII Revista Internacional de Música Contemporánea organizada por el festival de piano de Bérgamo y Brescia. Según el organizador Agostino Orizio, Jegerov era el único de los diez artistas soviéticos invitados que fue enviado oficialmente por el Ministerio de la Cultura de la URSS para exhibirse en conciertos dedicados a Schostakovic, cuyo primer centenario se celebra este año.

Según el jefe de la policía romana, Jegerov ha sido llevado a una localidad secreta bajo custodia. Mientras la embajada de la URSS en Italia ha enviado esta mañana a Brescia al cónsul soviético para recoger informaciones, el líder del grupo liberal de la Cámara ha solicitado del Gobierno italiano una respuesta positiva a la petición de Jegerov, de acuerdo con las tradiciones democráticas de Italia y el espíritu de Helsinki.

El episodio será aprovechado, sin duda alguna, en la próxima campaña electoral por las fuerzas políticas que no creen en la sincera emancipación del partido comunista italiano de la Unión Soviética.

Ayer se cerraron las listas de los candidatos y se entra de lleno en la batalla: ¿ganará el miedo de lo nuevo o la protesta contra lo viejo?

La novedad más resonante es que el administrador delegado de LA Fiat, Umberto Agnelli, se presentará como candidato al Senado de la democracia cristiana en un colegio de Roma. El secretario de la DC, Zaccagnini, le rogó a Agnelli que aceptara «atendiendo al superior interés de la unidad de la democracia cristiana y a los objetivos de renacimiento civil, económico y social del país».

No era de este parecer el actual ministro de Industria, Carlo Donat Cattin, líder de la corriente de izquierdas «fuerzas nuevas», quien se ha opuesto con todas sus fuerzas a la candidatura de Agnelli en Turín, porque hubiera perjudicado las relaciones de la democracia cristiana con la clase obrera turinesa.

En ambientes vaticanos se espera con curiosidad el discurso con que Pablo VI clausurará hoy la Conferencia Episcopal italiana. Se cree que insistirá en su posición de condena de los seis intelectuales católicos que se presentan en las listas comunistas, aunque por otra parte las autoridades religiosas precisan muy bien que hasta ahora no se ha dado ni una excomunión ni entredicho, sino solamente una advertencia y constatación de que tal comportamiento se coloca «fuera de la lógica de la Iglesia».

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