No aceptaremos presiones
«Mi mayor obsesión en estos momentos es conseguir la inspección, ideal en su eficacia, que compruebe que las licencias de construcción se han cumplido tal como se han dado», declara a EL PAÍS Valentín Barriga, nuevo, gerente municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid.
«No creo que hasta mí lleguen presiones de ningún tipo, en razón del cargo que he pasado a ocupar. Pero si éstas llegaran en algún momento, será exactamente como si no lo hicieran», manifiesta Valentín Barriga. Y añade: «Pero soy plenamente consciente de los problemas con que me voy a encontrar.»Madrid es una ciudad que ha crecido muy rápidamente en el curso de los últimos años. Y su crecimiento ha sido, en muchas ocasiones, desordenado.
«Ese desorden urbanístico de Madrid hemos de atribuirlo al hecho de que la explosión en su crecimiento vino antes de que la Ley del Suelo entrara en vigor y que se hiciera una planificación urbanística de la capital. Pero yo creo que más que desorden en el sentido más estricto de la palabra, lo que hay es una gran serie de problemas que liemos de ir encajando paulatinamente, en función de las soluciones idóneas en cada momento.»
«Las licencias de construcción -añade- no se ha dado sin ton ni son, sino que, muy al contrario, la escrupulosidad resulta hasta exquisita. Alguna vez se peca, pero»
Los remedios, en muchas ocasiones, han de ser drásticos, para lograr que el desorden no alcance límites desorbitados.
«Los remedios se toman. Pero las soluciones drásticas precisan de un gran numero de condiciones para que puedan cumplirse al pie de la letra»
El Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, según acuerdo del Consejo de Ministros, en su reunión del día 23 de abril, ha de ser revisado. En alguna forma, la actuación de la Gerencia Municipal de Urbanismo se ha de ver alterada.
«Éste de la revisión del Plan General -dice el señor Barriga-, es un tema muy profundo y que ha de ser estudiado con mucho detenimiento. Yo todavía no he podido, dada su amplitud, estudiarlo. Pero lógicamente he de tomar conciencia de su importancia»
«Reordenar Madrid es una vieja aspiración de la capital -puntualiza- Pero creo que todo el conjunto que forma el casco antiguo de la ciudad es algo que se debe conservar. Hay en él rincones preciosos que no debemos perder. En el tratamiento urbanístico se ha de tender, más bien, al planeamiento de los distritos, muy distintos cada uno, que componen el gran Madrid. Pero en esto llevamos un lastre que nos va a ser muy difícil desprendernos de él: la circulación.»
«La posible antiestética urbana de Madrid es atribuible a todos: a los vecinos y a los órganos directores de la planificación. Se producen, muchas veces, errores de visión que, creo, no son imputables, pero sí humanos»
Madrid también ha sido presa de la especulación, cada vez más frecuente, de su suelo.
«Para combatirla, lo que queremos es que haya la mayor cantidad posible de suelo edificable, que haga decrecer la presión de la oferta. Por otra parte, las licencias se han de conceder con la máxima escrupulosidad pero con una gran rapidez. Estás dos son cosas contrapuestas y difíciles de conseguir, pero es lo que realmente necesita Madrid.»
