Crosland, mediador entre Pekín y Tokio
El ministro británico de Asuntos Exteriores, Anthony Crosland, regresa hoy a Londres de su viaje a China y Japón, el primero que hace desde que es titular del Foreing Office.
Como en China, Crosland se ha encontrado con que los nipones querían hablar de un asunto totalmente diferente del que al ministro británico le interesaba.
En sus conversaciones con los ministros del Gobierno de Mao, la pasada semana, Crosland había tratado de hablar de relaciones comerciales y se encontró casi exclusivamente con cuestiones políticas de alto nivel, a las que tuvo que responder con evasivas.
En Japón, ayer, Crosland trató de hablar de las relaciones económicas británico-niponas y vio que los ministros japoneses querían conocer, antes que nada, las impresiones que el ministro inglés sacó de su viaje a China.
Japón está muy interesado en estrechar sus relaciones diplomáticas y comerciales con el Gobierno de Mao. Las noticias que podía traer Crosland de su viaje por la República Popular deben ser importantes para las autoridades japonesas.
En cualquier caso, el propósito de Crosland, al pasar por Japón, era el dautomóviles, a causa de la presión que los fabricantes ingleses están ejerciendo sobre el gobierno actual.
Japón es uno de los mayores proveedores del Reino Unido, especialmente en aquel sector.
Para que las relaciones comerciales no se vean afectadas por estas presiones, Gran Bretaña le ha ofrecido al Gobierno japonés la posibilidad de llegar a un acuerdo recíproco, en virtud del cual Japón compraría más productos británicos, de modo que la balanza de pagos entre ambos países se equilibre.
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