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Paula Badosa: “Cuando la espalda me frenó pensé: ‘¿Quién soy?”

La tenista lidera al equipo español en la Billie Jean King Cup de Sevilla, donde charla con EL PAÍS tras medio año de parón por la fractura de una vértebra

Paula Badosa posa durante la entrevista en el estadio de la Cartuja de Sevilla.
Paula Badosa posa durante la entrevista en el estadio de la Cartuja de Sevilla.PACO PUENTES
Alejandro Ciriza

Risueña y relajada, Paula Badosa (Nueva York, 25 años) departe en la grada del estadio de La Cartuja durante el agradable mediodía que se respira en Sevilla, donde hoy comienza la gran fiesta del tenis femenino mundial, la Billie Jean King Cup. La tenista, que llegó a ascender al segundo peldaño del circuito el año pasado y el anterior se coronó en Indian Wells, reaparece por sorpresa y liderará al equipo español tras prácticamente medio año en la enfermería, debido a la fractura de una vértebra (L4) que frenó su progresión en mayo y con la que deberá convivir en adelante. Ya repuesta, aunque sin perder de vista esa espalda que en cualquier momento puede hacerse notar, la próxima temporada intentará recuperar el terreno y los meses perdidos, aunque no se impone plazos. “¿El ranking? ¡No lo quiero ni saber, me he borrado la aplicación!”, dice. El frenazo le ha relegado a la trastienda competitiva, que no mediática; es la 66ª del mundo, pero el tirón sigue intacto. Generosa en la conversación con EL PAÍS, la catalana quiere cerrar con buen poso un curso profesional para olvidar.

Pregunta. ¿Cómo se encuentra?

Respuesta. Ha sido un proceso largo y difícil, sobre todo mentalmente porque siempre tenía la esperanza de poder volver e iba haciendo pruebas, y me costaba mucho aceptar que tenía que parar. Llegó un momento en el que me dije: ‘Bueno va, tienes que estarte quieta y olvidarte de la competición este año’. Finalmente tomé la decisión en Estados Unidos [antes del US Open]. Ahora el dolor está ahí, pero las pruebas han salido bien y eso es lo más importante.

P. En Wimbledon decía que no se arrepentía de haber vuelto a jugar antes del plazo marcado, pero, visto lo sucedido, ¿mantiene la opinión?

R. No, ahora me arrepiento. No me gusta arrepentirme de las cosas, pero en este caso un poco sí, porque al final me precipité; desconocía esta lesión y, por falta de información, quizá, tomé una decisión errónea en ese momento. Es muy complicada porque un día te sientes bien y, de repente, los tres siguientes estás mal, así que te pierdes fácilmente. no podía hacer el día a día normal porque iba con una faja y tenía que estar tumbada, haciendo seis o siete horas al día de magneto, así que estaba completamente parada. Eso es durísimo para mí porque soy medio hiperactiva. Ha sido muy difícil manejarlo, la verdad.

P. Teóricamente no iba a regresar hasta enero, de nuevo se anticipa. ¿Qué le ha hecho cambiar de opinión?

R. Hace unas semanas hice una prueba y el hueso estaba soldado, así que ya podía empezar a entrenar. Obviamente, mi estado de forma estaba bastante lejos de lo que me gustaría, pero como sabía que el hueso estaba bien y esta fase final era en casa, sentía una motivación especial; me planteaba un objetivo a corto plazo y eso siempre ayuda. Aquí voy a intentar ayudar en lo que pueda.

He aprendido a ser más paciente y a que me quieren por ser solo Paula, no por ser la tenista de la tele

P. ¿Qué ha aprendido en este último proceso?

R. Ha sido un año durísimo, quizá el más duro de mi carrera. He tenido otros muy difíciles, pero en este no he tenido la opción de hacer nada porque no puedes controlar esta lesión, y eso me ha costado. He aprendido a tener mucha paciencia y a aceptar las cosas que no puedo tener bajo control, y al mismo tiempo me he dado cuenta de que pese a llevar jugando al tenis desde los siete años y de que sea mi pasión, hay cosas más allá de este deporte. Cuando paré me asustó mucho el pensar: ‘¿Quién soy?’. Porque al final a mí se me conoce por ser una tenista, y pensaba: ‘¿Valgo ahora lo mismo? ¿Qué hago?’. Te vienen todas esas inseguridades, pero poco a poco te das cuenta de que eres la misma persona y de que tienes a la misma gente a tu lado, y de que te quieren por ser Paula, no por ser la tenista de la tele. Eso me ha hecho ser feliz de otra manera, más allá de que me muera de ganas por seguir jugando muchos años si esta lesión me lo permite, porque es un poco crónica y complicada, y voy a tener que estar vigilándola siempre.

Billie Jean King y Paula Badosa se saludan en Sevilla.
Billie Jean King y Paula Badosa se saludan en Sevilla.Matt McNulty (Getty Images for ITF)

P. Hace unos años sufrió mucho, pero desde el punto de vista mental. ¿Cuándo lo ha pasado peor?

R. Son momentos diferentes. Obviamente, superar eso fue lo más duro de mi vida. Yo era muy joven y no entendía lo que estaba pasándome, me sentía muy mal. Tenía que madurar. Ahora, si tengo un mal día soy consciente de lo que está ocurriéndome y lo puedo medio controlar. Me digo: ‘Hoy estamos así, pero mañana vuelve a salir el sol’. Gestiono mejor eso.

P. Desde hace un tiempo se le percibe dolida con la prensa, ¿es así?

R. No voy a negarlo. Estoy un poco dolida porque creo que se juzga muy fácil. Es muy fácil verme desde fuera, en un partido, y decir: ‘Ya está retirada, o se dedica a hacer esto o lo otro…’, cuando no saben el esfuerzo diario que estás haciendo. He estado parada, pero he estado trabajando todos los días; la parte mental, viendo partidos, la recuperación… Todo lo que no se ve. Pero claro, como no te ven competir, la gente juzga y retira con mucha facilidad a los demás, y eso hace daño. Creo que aunque haya estado lesionada, valgo como tenista. Aparte de esto, tengo una relación con otro tenista [Stefanos Tsitsipas, seis del mundo] y todo esto puede llegar a influenciarle, así que hay que saber llevarlo y mantenerse en la burbuja.

P. ¿Ahora es más desconfiada?

R. Quizá. Voy con más cuidado, pero a la vez soy muy natural, y si tengo que decir como estoy diciéndole ahora que estoy dolida, lo hago. Intento no decir lo que la gente espera, sino ser honesta; si eso va a hacer que salga por ahí algún titular malo, pues ya está; serán unos días regulares y aprenderé de ello, ya está. Entiendo que esto es un negocio y que a la gente tal vez le interese más el último bolso que llevo cuando voy andando por Madrid, que cómo va mi recuperación. Al final, eso vende más, así que puedo llegar a entenderlo.

Estoy dolida, la gente juzga con mucha facilidad y te retira muy rápido. Y eso hace daño. Creo que valgo

P. Dicen por ahí que está perjudicando la carrera de su pareja. ¿Qué siente cuando lee o escucha ese tipo de afirmaciones?

R. Eso me ha dolido bastante, porque con todo el tema de la lesión, en realidad he podido dedicarme bastante a ayudarle. A los dos nos encanta el tenis y él también es una persona supertrabajadora, nos parecemos muchísimo en los objetivos que nos marcamos. Hablamos mucho de tenis y nos ayudamos mucho mutuamente. Como se ha podido ver, yo he ido a la pista para apoyarle o al gimnasio para acompañarle, siempre respetando los tiempos y a su gente, a su equipo; él también me ha apoyado mucho con la lesión, así que cuando leemos esas cosas nos impacta. A veces, la gente no es capaz de entender cómo eso puede llegar a afectarte, o afectar a una relación. Puedo llegar a entender que somos personajes públicos y que estamos expuestos, pero al final somos dos niños de 25 años y todo esto es delicado, porque es una relación inocente; nos hemos conocido y ha surgido, y que la gente vaya por ahí diciendo cosas es bastante grave, porque están cargándose la carrera de alguien que lleva toda su vida dedicándose a lo suyo. No creo que opinar de esta forma sea muy humano.

P. El tenis de élite de hoy consume a los y las profesionales, abundan los casos. ¿Tiene esa sensación?

R. No es casualidad. No es casual que veas a Barty [número uno] retirándose con 25 años, a Osaka [cuatro Grand Slams] pasando un periodo mentalmente difícil, luego Garbiñe [Muguruza]… No es casual. Este es un deporte muy exigente en el que cada vez nos obligan a jugar más semanas y estás muy expuesto. A mí no me sorprende. Lo de Garbiñe me da mucha pena porque para mí ha sido una referente; me encantaba cómo jugaba y quería ser como ella. Me gustaría mucho que ahora estuviese aquí, con nosotras, porque creo que podríamos optar a lo que sea con un equipo así, pero las cosas son como son. La veo muy feliz y disfrutando de sí misma, algo que cuando jugaba no ocurría; al final, es una jugadora que lo ha conseguido absolutamente todo, la mejor española junto con Arantxa y Conchita, así que se ha ganado el derecho a hacer lo que quiera. Si la entienden bien, y si no, también.

Paula Badosa, en otro instante del posado.
Paula Badosa, en otro instante del posado.PACO PUENTES

P. En Cancún, donde se ha disputado la Copa de Maestras, las tenistas han alzado la voz y han reivindicado públicamente cambios. ¿Está de acuerdo?

R. Las jugadoras no estamos contentas. Tenemos un grupo [de WhatsApp] en el que hablamos para ver si podemos cambiar cosas en la WTA, porque se puede mejorar. Están obligándonos a jugar más torneos y más largos, y al final estamos en una rueda de la que no podemos salir. Me parece muy bien que se hayan quejado, porque cuando no nos gusta algo debemos decirlo. Creo que hasta ahora faltaba unión entre nosotras, y eso ahora no es así.

P. Siempre ha expresado abiertamente su compromiso extra por competir con España. ¿Ha tenido eso algún peaje?

R. Voy a ser supersincera. Nací en Estados Unidos, toda mi familia es catalana y represento a España. Entonces, mentalmente me siento ciudadana del mundo. Me encanta conocer culturas y países, y soy muy abierta porque me han educado así. Cuando juego por España me emociono y se me pone la piel de gallina, me encanta jugar por mi gente, y mi gente es España, pero también lo es Cataluña. Yo en mi casa hablo catalán y mi familia es catalana, me he criado ahí, mis apellidos son de ahí… Y cuando pienso en el concepto de casa, es Begur; al final, tengo una mezcla y aunque sea ciudadana del mundo, mi corazón siempre va a estar en Girona. ¡Ah! ¡Y hablo catalán!

Esto es un negocio y tal vez interese más el último bolso que llevo en la calle que mi lesión. Vende más

P. Lo dice por el desliz que tuvo en su día... Al decir que no era una lengua. ¿Cuántos palos le han caído?

R. Me han caído muchísimos, y creo que en Cataluña hay demasiada tensión. Me da un poquito de pena. La gente es un poco radical y creo que están muy sensibles con ese tema, así que lo puedo llegar a entender. Pude cometer un error, pero soy humana. Me he dedicado siempre al deporte, así que se me puede escapar un detalle así; soy realista, no lo sé todo... Lo pasé tan mal que tardé un año en volver a casa, y para mí eso ha sido durísimo. Lo pasé muy mal, muy cerca de esos años en los que tuve tantos problemas [por una depresión].

P. ¿Gestiona mejor lo de las críticas en las redes sociales?

R. No quiero decir que pase completamente, pero lo llevo muy bien. Si alguna vez respondo a algo es porque se inventan muchas cosas. Pero estoy muy tranquila, lo llevo de otra manera. Con indiferencia. Me contengo mucho, porque a veces veo noticias mías que ni yo misma las sé, así que me digo: ‘¿Digo algo o no?’. Si al final lo digo es porque me he contenido previamente cinco o seis veces.

P. Para cerrar, ¿qué podemos esperar de usted de cara a 2024 y que espera de sí misma?

R. Estad tranquilos, poco a poco; esto es un proceso largo. No sé cómo va a responder esta lesión, pero yo espero mucho de mí misma porque soy muy exigente. Solo pienso en volver al nivel que estaba antes de lesionarme y a las jugadoras que tengo en mente todo el rato son las diez primeras; quiero jugar contra ellas. Quiero sentir que estoy ahí porque siempre he querido ser la mejor. Mi mentalidad siempre ha sido así.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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