Diáspora Fútbol Club: el Marruecos más Mundial

No hay por Qatar una selección más migrante que la asombrosa Marruecos. Catorce de sus 26 convocados nacieron fuera del país africano, récord entre los participantes en el Mundial. La Diáspora Fútbol Club ha fortalecido lazos hasta volar como nadie esperaba. Y va de registro en registro. No solo es la primera selección de su continente en alcanzar la cota de las semifinales. Es el tercer equipo no europeo o sudamericano que lo logra en 21 ediciones, tras Estados Unidos en 1930 y Corea del Sur en 2002. Hay más: desde el torneo alemán de 2006, cuando Italia llegó a semifinales con un solo gol en contra (de Estados Unidos en la fase de grupos) nadie se había blindado del mismo modo. Para mayor pasmo, el único tanto encajado por el conjunto de Walid Regragui fue sin intención, ya que lo marcó Aguerd en propia puerta. Por cierto, en los tres amistosos antes de Qatar 2022, ya con Regragui en el cargo desde septiembre, tampoco Chile, Paraguay y Georgia batieron a los del Atlas. En esta selección uno ha sido once y once han sido uno. El apego a la tierra de los antepasados ha encumbrado al Marruecos más mundial en su sexta participación.

El fútbol requiere perspectiva. Y es probable que el éxito marroquí sea pasajero, fruto puntual de una serie de factores. Algunos buenos jugadores a los que el devenir del campeonato ha multiplicado su fe y su autoestima. Este Marruecos remite a la impermeable Grecia de 2004, sorprendente campeona en la Eurocopa de Portugal, en la que solo recibió cuatro goles, y todos en la fase de grupos. O a la Turquía semifinalista en 2002, o al Camerún cuartofinalista de 1990.

Nada hacía presagiar el despegue marroquí tras el cisma con Vahid Halilhodzic, despedido como seleccionador el pasado 11 de agosto. El bosnio no conciliaba con Ziyech, una de las estrellas, al que acusó de trampear con lesiones falsas. “No lo convocaría ni aunque fuera Messi”, llegó a decir. El del Chelsea ganó el pulso.

Como otros 13 camaradas, Ziyech nació fuera de Marruecos, donde jamás jugó. Lo hizo hace 29 años en Dronten, un municipio de la provincia neerlandesa de Flevoland arrancada al mar a principios de los años 60. Tras un paso por el Heerenven y el Twente se formó en una de las mejores escuelas de Europa, el Ajax. Emergió con fuerza y el poderoso Chelsea le alistó en 2020. El habilidoso extremo, que ya suma 47 internacionalidades, se decantó por la selección de Marruecos por el tirón parental.

Al igual que Ziyech, Mazraoui, lateral de gran proyección, se acunó en el caladero del Ajax desde los 10 años. Nacido en Leiderdorp, Países Bajos, tiene 25 años, ha sido 18 veces internacional y tiene ficha con el Bayern Múnich.

Achraf, como Ziyech y Mazraoui, también se graduó en una academia legendaria, el Real Madrid. Nacido hace 24 años en Madrid, llegó a Valdebebas desde el Club Deportivo Colonia Ofigevi (Oficina de Gestión de Viviendas), equipo del barrio de Juan de la Cierva, en Getafe. Desde el Madrid voló al Borussia Dortmund, el Inter y el PSG. Un carrerón para uno de los mejores laterales de la actualidad, popular por el fútbol y por su relación con la actriz madrileña Hiba Abouk, Fátima en la serie El Príncipe. La efervescente y multitudinaria hinchada marroquí le adora. Él siempre tuvo claro que su selección era la de sus padres y abuelos.

Boufal, el picante extremo marroquí, 36 veces internacional, sí pidió tiempo para elegir entre Francia y Marruecos. El exjugador del Celta nació en París hace 29 años. Juega en el Angers, colista de la Ligue 1. Curioso, un colista en alza en este Mundial. Ounahi, el fenomenal volante nacido en Casablanca hace 22 años, también se alinea en el Angers.

La otra gran sensación marroquí ha sido Sofyan Amrabat, hermano de Nordin, exjugador del Málaga y el Leganés, otro con origen neerlandés (Huizen, 26 años). La Fiorentina subasta a lo grande a un jugador con siete pulmones y 44 internacionalidades.

El caso de En-Nesyri, 53 partidos ya con Marruecos, hila con el de Ounahi. El sevillista, nacido en Fez hace 25 años, también pasó por la Academia Mohamed VI, creada por la realeza marroquí en 2009, con sede en Salé, al norte de Rabat. El régimen quería dar un impulso a un fútbol que solo había hecho una gran cumbre en la Copa de África de 1976. La academia tiene un cupo de medio centenar de jugadores de entre 13 y 18 años que pasan un proceso de selección. Cuenta con ojeadores en Marruecos, España, Bélgica y Francia. La Mohamed VI recibe un dinero si el jugador llega a la élite. Por ejemplo, En-Nesyri, que continuó su formación en Málaga, se consolidó en Leganés y escaló al Sevilla.

En España también recalaron Bono, nacido en Montreal hace 31 años, y El Yamiq (Jouribga, Marruecos, 30 años). El guardameta llegó al fútbol español desde el Wydad Casablanca en 2012. Su destino fue el Atlético B, paso previo a su periplo por Zaragoza, Atlético absoluto, Girona y Sevilla. Capital en el éxito marroquí, ya ha cumplido 50 encuentros con su Marruecos. El Yamiq, jugador del Valladolid, 25.

El Yamiq compite como central con Saiss, el capitán, que llegó al mundo en Bourg de Peage, en el distrito francés de Valence hace 32 años. Jamás jugó en Marruecos, cuya selección le ha reclutado 69 veces. Profesional en la Liga francesa, en la Premier y, ahora, en la turca (Besiktas).

En el variopinto cesto de Regragui hay futbolistas de 10 Ligas: catarí, belga, italiana, francesa, española, inglesa, turca, alemana y saudí, además de la marroquí. La selección se apaña de maravilla hasta con jugadores de Segunda (Cheddira, Bari; Zaroury, Burnley). Y con solo tres de la Liga local, todos del Wydad Casablanca. El tercer portero, Tagnaouti, inédito en Qatar; Jabrane, que ha jugado 13 minutos; y Alleh, 181. Todos, los de aquí y allá, han sellado al equipo más impactante del Mundial.

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