Mariona Caldentey: “Éramos diamantes en bruto, nadie nos había enseñado”

“La gente da por hecho que vamos a ser medallistas”, admite Mariona Caldentey (Felanich, Mallorca; 28 años). La futbolista avisa de que no están acostumbradas a jugar “con tan pocos días de recuperación” [compiten cada tres], pero en las quinielas olímpicas, ese cuaderno de expectativas y obligaciones, a la selección femenina se le ha impuesto el metal. Y oro a ser posible, por su condición de campeonas del mundo. Japón, que le clavó un 4-0 en el Mundial, es el rival del estreno (17.00). Nigeria y Brasil completan el grupo. Pasan dos a cuartos más dos de las mejores terceras. La balear, que se marcha al Arsenal tras una década en el Barcelona, charla sobre su carrera, cómo se juzga a sí misma y la situación de España tras un año tan convulso.

Pregunta. De usted se dice sin parar que está infravalorada. ¿Qué opina?

Respuesta. ¿Infravalorada por quién? ¿Por la gente que da los premios? ¿Por la prensa? En la selección y en el Barça me he sentido súper valorada. Luego es verdad que a todo el mundo le gusta que le reconozcan en premios y nominaciones. Yo no he tenido esa experiencia.

P. ¿Alguna vez ha pensado que merecía un galardón concreto?

R. En alguna nominación sí me hubiese gustado estar. Ojalá las cosas sigan yendo bien y en algún momento ocurra, porque esto pasa muy rápido.

P. Comenzó como central…

R. No me gustaba nada. Le decía al entrenador que quería jugar más adelante, y solo me ponía en el medio cuando íbamos perdiendo. En la selección balear, directamente empecé de extremo, pese a que en mi equipo seguía siendo central. Después pasé a centrocampista en mi equipo. Y ya en el Barça, extremo, nueve, interior… He ido hacia adelante en el campo, cuando todo el mundo hace el proceso contrario.

P. ¿Por qué le ponían de central?

R. Creo que, con 11-12-13 años, di el cambio físico antes que los chicos. Era un equipo mixto, aunque yo era la única chica en la Liga. Supongo que sería por el físico, porque uno de mis fuertes siempre fue el balón. No sé, es una curiosidad que no puedo explicar.

P. ¿Esa experiencia de central le ha servido luego como atacante?

R. Pese a ser extremo o delantera, tengo buenos conceptos defensivos. Suelo intuir bien. No sé si es gracias a esos años, pero defensivamente entiendo las situaciones y me ha dado muchas ventajas para jugar, porque somos las primeras que presionamos y lo hacemos en inferioridad.

P. ¿Y a la hora de encarar defensas?

R. Ahí no tanto. Es el talento del momento. También nos hemos ido encontrando entrenadores que nos han dado consejos, porque nosotras éramos diamantes en bruto que podíamos ser buenas pero nadie nos había enseñado. En el Barça me decían que intentara moverle el pie a la defensa, que tuviera que cruzarse… Pero hasta que ellos me explicaron eso, yo encaraba y a lo que saliese.

P. ¿Le gusta analizar el fútbol o es más de talento natural?

R. El talento no se debe cortar ni encajonar, pero cuantas más herramientas tengas, más se puede explotar. Me gusta que alguien que me conoce me analice y me haga pensar. En el Barça nos dan los cortes individuales y ahora hemos empezado en la selección. Eso me gusta verlo sola, nunca con gente delante.

P. ¿Y cómo se ve?

R. Es distinto verse desde fuera, pero mi estilo me gusta porque es el asociativo, de muchos pases, encarar, encadenar… Todos los estilos me parecen lícitos, pero a mí me gusta el nuestro.

P. ¿Es dura juzgándose?

R. Sí. Es peligroso esa autoexigencia. El fútbol es un deporte de errores y nos tenemos que permitir fallar. Con los años aprendes a relativizar el fallo, no hay que machacarse porque la cabeza sufre. Aunque también hemos llegado tan arriba por esa obsesión de equivocarnos lo menos posible.

P. ¿Ha llegado a ese equilibrio?

R. Diría que sí, pero cuando esos fallos tienen repercusión en el resultado es duro todavía. Recuerdo la ida de semifinales de Champions contra el Chelsea, que perdimos, fue uno de los días más duros. Tenía un concierto y no fui. Iba a cenar con mi familia y no fui. Nos quedaba otro partido y terminamos ganando la Champions. Así que no se acaba el mundo por perder un partido. He mejorado, pero tengo ejemplos recientes de que debo seguir trabajando en ello.

P. Se han acostumbrado a no perder.

R. La realidad es que sí. Esa frustración, a veces, cuesta gestionarla. Pierdes en un entrenamiento y uf, cuesta. Estamos muy mal acostumbradas y la gente, también. Y luego fuera hay mucha crítica en cuanto las cosas no van bien. Es algo con lo que hay que convivir.

P. ¿Qué espera que le aporte la Liga inglesa?

R. Es un reto salir de la zona de confort. Quiero ver esa capacidad de adaptarme. Me voy a un equipo en el que la intención es tener el balón, pero al final el fútbol inglés tiene mucho más ritmo, más físico, los partidos son más igualados, te exigen estar al 100%. El otro fútbol es el que me gusta, pero hay que retarse y probar.

P. ¿Si la Liga femenina fuera más peleada, su decisión habría sido otra?

R. Son hipótesis, porque la realidad es que el Barça en España arrasa haciendo ocho cambios en la alineación y metiendo siete goles por partido. Que la Liga fuese más competida ayudaría mucho al fútbol femenino español porque ha empezado un poco esa fuga de talento. Debe empezar a preocupar que jóvenes se quieran ir. Yo he estado en la Liga 15 años, pero otras no y tampoco se quieren quedar. Es una pena que la Liga esté un poco estancada. Hemos ganado el Mundial, han pasado muchas cosas y parece que eso está en el mismo punto que hace cuatro años.

P. Parece que sí ha pesado, entonces.

R. Ha pesado, ha pesado mucho. Llevo 10 años en el Barça y la rutina cada vez cuesta más, pero uno de los motivos principales es esa falta de competencia en la Liga, que eso no quita mérito a lo bien que lo está haciendo el Barça. Es que los otros están muy lejos.

P. ¿En la selección qué les ha aportado Montse Tomé?

R. Un poco de aire fresco. Aunque sea un poco continuista, ha venido gente nueva. Ahora las concentraciones son tranquilas después de meses de revuelo, se habla mucho de fútbol, se escucha la opinión de las jugadoras, interactúas, se hacen vídeos individuales… Hoy estamos felices viniendo porque el ambiente acompaña.

P. ¿Están mejor preparadas cuando salen a jugar o todavía queda?

R. El equipo tiene margen de mejora, eso siempre. Pero nos estamos preparando bien. Sabemos a lo que queremos jugar y los planes de partido que podemos adaptar.

P. ¿Habrá un momento en que todas las heridas queden cerradas?

R. Pues no lo sé, porque han sido meses muy difíciles en los que lo hemos pasado muy mal. Ahora valoras estar bien aquí, pero hoy Mapi León todavía no ha vuelto. No sé qué pasará en el futuro, pero aún no está sanada al 100%.

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