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El Barcelona paga en Europa la nula competitividad de la Liga española

El apabullante dominio de las azulgrana en el torneo local desaparece en el continental, como se vio ante el Chelsea

Barcelona
Aitana Bonmati conduce el balón en el partido frente al Chelsea.Albert Gea (REUTERS)
Irene Guevara

Hacía cinco años que el FC Barcelona no perdía como local. El Chelsea, el pasado sábado en la ida de la semifinal de la Champions, fue un dolor de cabeza. Y también el rival más serio de toda la temporada para las azulgranas. Porque en la Liga F hace años que dominan con el monopolio de la victoria: con ocho títulos ligueros en el bolsillo, son líderes esta temporada con nueve puntos de diferencia respecto del segundo clasificado, el Real Madrid. Al tercero, el Madrid CFF, le sacan 21. Con 102 goles a favor y tan solo seis en contra, la hegemonía en España del Barça es evidente. Pero fuera, en Europa, todo se complica, y más cuando se compara con un club inglés y con una Liga —la Women’s Super League— reforzada por sus instituciones, con menos clubes en competición —16 frente a 12— y un nivel mucho más apretado.

“La derrota en casa del Barça después de cinco años es normal y no lo es, al mismo tiempo. En la Liga española tenemos un problema de competitividad. No es culpa del Barça, sino de los otros equipos. Y de la ambición y objetivos de cada club con el fútbol femenino. Todo eso viene condicionado por una Liga que probablemente aún no dé los suficientes alicientes o que no exija lo necesario”, comparte a través del teléfono Juan Carlos Amorós, exentrenador del Tottenham femenino durante casi 10 años, del Betis y actualmente al frente del banquillo del Gotham estadounidense. Amorós sintetiza el porqué de la diferencia con la inglesa: “En Inglaterra hay más clubes que hacen lo posible para ganar y el nivel de inversión y organizativo es más alto”.

Opinión que también comparte Lluís Cortés, exentrenador azulgrana: “En partidos como estos es donde podemos ver la diferencia de la competitividad entre la Liga F y la inglesa, donde se ven los resultados de un proyecto de inversión y de crecimiento”. Hace unas semanas, la presidenta de la Liga F, Beatriz Álvarez, se reunía con las capitanas del vestuario culé en una sesión rutinaria de visita a los clubes. En ese encuentro las jugadoras le manifestaron su desasosiego con el bajo nivel de la competición. “Me gustaría que la Liga fuese más competitiva, nos ayudaría a crecer aún más”, compartió recientemente la futbolista Aitana Bonmatí.

Natalia Pablos, exjugadora del Rayo Vallecano, vivió en primera persona las desigualdades entre ambas ligas cuando se marchó al Bristol Academy y al Arsenal. “Es contraproducente para el Barça una Liga con tanta diferencia. La ambición de las jugadoras del Barça es enorme. Pero inconscientemente, cuando vas 4-0 en el marcador, rebajas tu nivel. En el Chelsea eso no pueden permitírselo en su liga”, explica la exfutbolista, que aprendió allí la importancia del gimnasio. “En Inglaterra todos los partidos eran muy físicos. Aquí te tienes que automotivar para sacar los tres puntos o incluso para dar tu mejor versión”, compartía Ona Batlle, futbolista del Barça que llegó este verano procedente del Manchester United, en una entrevista a EL PAÍS. La de Vilassar de Mar también destacaba la necesidad de un producto más atractivo, en el que los campos de césped artificial empiecen a formar parte del pasado y las gradas comiencen a llenarse.

“La principal diferencia es que la federación inglesa, que da respaldo a los clubes desde los Juegos de 2012, va de la mano de los equipos, mientras que aquí se pelean”, comparte Pablos. Bonmatí, la última ganadora del Balón de Oro, premio Laureus a mejor deportista del año, comparó, ante la BBC, ambas competiciones: “[En Inglaterra] tratáis muy bien el deporte femenino, les dais poder a las jugadoras y a la liga. En España no puedo decir lo mismo. Veo también que la liga en Inglaterra es muy competitiva, cada año inyectan más dinero para desarrollarla y hacerla más atractiva”.

Según un informe de Deloitte, de los 15 clubes femeninos con ingresos más altos generados la temporada pasada, ocho son ingleses —Manchester United, Manchester City, Arsenal y Chelsea, entre otros—, mientras que tan solo dos son españoles: el Barcelona, líder con 13,4 millones de euros, y el Real Madrid, tercero. Los clubes de Inglaterra aumentaron un 60% sus ingresos en la temporada 2021-2022, alcanzando una facturación entre todos de 37,4 millones.

El acuerdo de patrocinio con Barclays permite a la liga inglesa embolsarse 11,5 millones de euros anuales hasta, como mínimo, 2025, mientras que los derechos televisivos pertenecen a Sky Sports y BBC por nueve millones anuales desde 2021.

La Liga F, por su parte, se despidió antes de iniciarse esta temporada de su principal patrocinador, Finetwork. En cuanto a los derechos televisivos, son DAZN y Mediapro quienes pagan. Llegaron a un acuerdo en 2022 por cinco temporadas a cambio de 35 millones de los que la competición ha repartido entre los clubes 5,7 millones esta temporada. Además, la Liga española cuenta este curso con una subvención de cinco millones del Consejo Superior de Deportes.

Con todo, la gran preocupación es la posible fuga de jugadoras. “El nivel en España, en cuanto a fútbol, es más elevado, pero las posibilidades de desarrollo a nivel profesional está a años luz de Inglaterra y Estados Unidos. Me da miedo la fuga de talentos”, comparte Amorós. El sábado, el Barcelona volverá a verse las caras contra el Chelsea, en Stamford Bridge. Una oportunidad única para estar en la final de la Champions de nuevo y olvidarse de una derrota que puso punto final a su imbatibilidad.

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