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Los futbolistas y las ligas denuncian a la FIFA ante Bruselas por la saturación de partidos en el calendario

El sindicato europeo de jugadores y European Leagues presentan una queja ante la Comisión Europea por el papel del organismo como regulador del fútbol y a la vez organizador de competiciones internacionales

Miembros de Fifpro y European Leagues, entre ellos Javier Tebas (cuarto desde la izquierda), este lunes en Bruselas tras la denuncia presentada ante la Comisión Europea contra la FIFA con un vídeo de De Bruyne detrás.
Miembros de Fifpro y European Leagues, entre ellos Javier Tebas (cuarto desde la izquierda), este lunes en Bruselas tras la denuncia presentada ante la Comisión Europea contra la FIFA con un vídeo de De Bruyne detrás.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)

Los futbolistas y las ligas europeas han dado este lunes un paso más en la batalla legal que llevan a cabo desde hace meses contra la FIFA por la saturación del calendario. Fifpro Europe —el sindicato continental de jugadores— y European Leagues —la asociación de las ligas europeas— han presentado una denuncia en Bruselas ante la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea, encargada de garantizar que las empresas compitan en condiciones justas y equitativas en toda la UE, contra el organismo al entender que su papel como regulador del fútbol mundial y a la vez organizador de competiciones internacionales supone un conflicto de intereses. Es decir, el sindicato y la patronal consideran que el organismo presidido por Gianni Infantino vulnera la legislación de la Unión al establecer unilateralmente el calendario, con la creación de nuevos torneos, como la Copa Mundial de Clubes, que se celebrará del 15 de junio al 13 de julio de 2025 en Estados Unidos con la participación de 32 equipos, un diseño casi idéntico al del Mundial de selecciones, que también organiza la FIFA cada cuatro años.

La Comisión ha recibido la denuncia este lunes por la mañana. Aunque esta se centra en la imposición unilateral del calendario, hace mucho hincapié en que la FIFA tiene un conflicto de intereses al ser “organizadora de competiciones y órgano regulador”. “La conducta de FIFA en relación con el calendario internacional es un ejemplo de libro de abuso de posición de dominio”, ha explicado Alfonso Lamadrid, abogado del despacho Garrigues experto en derecho de la Competencia y representante de todos los denunciantes en el caso.

El razonamiento sigue el expuesto en la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE del pasado diciembre en la que la Superliga torció la mano a la UEFA. Ese fallo señala que para diluir el potencial conflicto de intereses, la FIFA debe ejercer sus funciones de forma “transparente” y “proporcionada”. De ahí que los representantes de los clubes y los jugadores exijan negociar el calendario. A partir de ahora se abre un proceso en el que Bruselas tiene un plazo no obligatorio de cuatro meses para decidir si abre el expediente, algo de lo que se muestran seguros los denunciantes por los precedentes jurídicos. No obstante, para clubes y futbolistas lo ideal sería negociar una solución entre las tres partes —ligas, jugadores y FIFA— que después fuera validada por la Comisión Europea.

Si este escenario no se abre —y si el potente departamento de Competencia del Ejecutivo comunitario decide ir adelante con el expediente, algo que probablemente haría ya bajo la dirección de la española Teresa Ribera—, comenzaría el trámite que sigue toda denuncia y que puede acabar con la multa correspondiente.

“Es un día histórico y lo van a ver en los próximos meses”, ha señalado de forma contundente el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, presente en la rueda de prensa en la capital comunitaria. Tanto él como el resto de participantes en el acto, representantes de jugadores y ligas como la Premier League inglesa, el Calcio italiano o la Ligue 1 francesa han pedido a FIFA que negocie, ya que ese es el objetivo principal de la denuncia: forzar a Infantino a sentarse con ellos, ya que, con las últimas sentencias y las normas europeas, la ley parece estar de su parte. “Hemos mandado más de 20 cartas sin resultado alguno. Ya está bien”, se ha quejado el director de Relaciones Internacionales de la Premier League, Mathieu Moreuil.

El escrito presentado este lunes llega en plena polémica por la acumulación de partidos y las quejas de algunos futbolistas por la cantidad de lesiones que causa la sobrecarga del calendario. Fifpro y las ligas europeas, que también denuncian que la FIFA menoscaba la economía de los torneos nacionales por su falta de diálogo para crear nuevas competiciones, acusan al organismo de poner en riesgo la salud de los jugadores y su derecho al descanso al establecer nuevos torneos —o ampliarlos, como el Mundial de 2026, que tendrá por primera vez 48 selecciones— para promover sin apenas conversación con los sindicatos y las patronales sus intereses comerciales con más encuentros, más derechos televisivos, más patrocinadores y más entradas para vender. En definitiva, más dinero.

Futbolistas como Rodri (66 partidos el curso pasado) y Dani Carvajal (58), lesionados ambos de gravedad, habían alzado la voz para quejarse por la acumulación de encuentros antes de sufrir las roturas de ligamento que los van a alejar de los terrenos de juego lo que resta de temporada. Rodri es una pieza fundamental del Manchester City y de la selección española, y Carvajal lo es del Real Madrid y también de la Roja. Ambos pertenecen a clubes que disputan y han ganado competiciones europeas y juegan en el combinado nacional que este verano levantó la Eurocopa de Alemania. En resumen, forman parte de una élite que es la principal afectada por la sobrecarga del calendario: jugadores internacionales de equipos que siempre o casi siempre están en Champions y que son año tras año los que más minutos acumulan y menos tiempo de descanso tienen.

Alguno de estos futbolistas ha llegado a poner sobre la mesa la idea de una huelga para que FIFA les escuche. Tebas, en definitiva representante de la patronal española, ha señalado que “como institución” no apoyan este tipo de medidas. Sin embargo, sí que ha matizado esta opinión: “¿La comprensión del presidente de la liga ante esa situación? Sí, mi comprensión personal sí”.

Rodri (izquierda) y Carvajal, ambos con muletas, saludan a sus compañeros de selección el pasado jueves en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Comunidad de Madrid).
Rodri (izquierda) y Carvajal, ambos con muletas, saludan a sus compañeros de selección el pasado jueves en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Comunidad de Madrid).Pablo García/RFEF (RFEF EFE)

Juan José García Cota, médico jefe del Celta —y durante dos décadas de la selección española, hasta el pasado diciembre—, explicaba hace unos días a este diario que clubes como el suyo no tienen ese problema —el equipo vigués no juega en Europa— que sí afecta a otros conjuntos con plantillas plagadas de internacionales que disputan competiciones europeas, que son los de mayores presupuestos. “Si esto se mantiene así, obligará a que [estos equipos] tengan plantillas más largas, como en el fútbol americano, para competir y disminuir el peligro de lesión”, decía.

La ciencia deportiva ya ha arrojado evidencias empíricas de que en los últimos años ha crecido el número de lesiones, sobre todo las musculares, no tanto por la cantidad de partidos —en torno a 60 por temporada desde hace décadas en jugadores internacionales que llegan a las últimas fases de todos los torneos— sino por el ritmo al que se juega hoy en día, con una mayor distancia cubierta a sprint, que es el recorrido que hacen los profesionales a máxima velocidad, como explica Alejandro López, doctor en Ciencias del Deporte de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Castellón especializado en prevención de lesiones. Con todo, habrá que analizar qué ocurre esta temporada con el nuevo formato de la Champions y el Mundial de Clubes, que sí pueden incrementar la cantidad de encuentros y, por tanto, de lesiones.

Las quejas de los futbolistas y las patronales —Fifpro también presentó en junio una demanda contra la FIFA en un juzgado de lo mercantil de Bruselas por su capacidad para establecer unilateralmente en calendario— ocurre bajo un mismo telón de fondo. Por un lado, la lucha de las ligas europeas contra el organismo presidido por Infantino para conseguir más peso en la creación del calendario y el reparto de un negocio que crece desde hace décadas —Deloitte estima que este curso las cinco grandes ligas europeas ingresarán unos 20.800 millones de euros, un 38% más que hace solo un lustro—; y por otro, la explotación comercial del fútbol impulsada por unos derechos de televisión que se incrementan cuantos más partidos haya y de la que los jugadores, muchos de ellos desgastados física y mentalmente por la saturación del calendario, se benefician con mayores sueldos.

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