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Inglaterra no se encuentra y Southgate se autoinculpa

El seleccionador inglés admite que alinear a Arnold de mediocentro es un experimento y que el juego no fluye

El seleccionador inglés Gareth Southgate da la mano a Arnold tras sustituir al jugador del Liverpool en segundo tiempo del Dinamarca-Inglaterra.
El seleccionador inglés Gareth Southgate da la mano a Arnold tras sustituir al jugador del Liverpool en segundo tiempo del Dinamarca-Inglaterra.John Sibley (REUTERS)
Ladislao J. Moñino

Al ritmo de la melodía de Dancing in the dark, uno de los grandes hits de Bruce Springsteen, los 20.000 hinchas ingleses que se presentaron en el Fráncfort Arena entonaban a coro Phil Foden it’s on fire. La canción de moda entre los fanáticos de los pross retumbó optimista en sucesivas ocasiones antes de que diera comienzo el encuentro ante Dinamarca. Cuando el partido finalizó con el chasco del empate a uno y el mal juego ofrecido por su selección, la hinchada inglesa no quería saber nada de sus futbolistas y menos del seleccionador, Gareth Southgate. Se marcharon en estampida después de que todos recibieran una fuerte pitada cuando se dirigieron al fondo que coparon sus aficionados. “Necesitamos a la afición siempre. Debo decir que han estado brillantes en los estadios y puedo entender completamente su frustración por la forma en que jugamos”, se sinceró un abatido Southgate al término del partido. “La culpa es mía”, recalcó.

Inglaterra no se encuentra y en su desorientación el talento de Foden, Bellingham, Saka y la capacidad goleadora de Kane son enterrados por un juego plano y deslavazado en el que cada uno intenta hacer la guerra por su cuenta. La pobreza del juego ha rebajado el cartel de gran favorita al título con el que Inglaterra se presentó a esta Eurocopa. Los ingleses suman ya cuatro puntos y su clasificación para octavos de final no peligra porque como mínimo estarán entre los cuatro mejores terceros de grupo. Sin embargo, la inquietud y el desasosiego se han instalado en una selección que ahora mismo parece desconocer a qué juega.

En la sala de prensa del coliseo de Fráncfort, el preparador inglés echaba mano de la botella de agua mientras su rostro denotaba la angustia del entrenador que se sabe en la diana de las críticas. Southgate sorbía tragos cortos mientras escuchaba las afiladas preguntas de la prensa británica. Una de ellas fue directa al corazón de su planteamiento táctico ante Serbia y Dinamarca. Le preguntaron por la posición de Arnold, lateral derecho del Liverpool, como pivote. Este ha sido el invento con el que Southgate se ha plantado en la Eurocopa para tratar de imponer un 4-3-3 que ha fracasado en el centro del campo. “Sabemos que es un experimento, no tenemos reemplazo natural para Kalvin Phillips, pero estamos probando algunas cosas diferentes. Por el momento, no estamos fluyendo como nos gustaría, eso seguro”, admitió Southgate. La alusión a Kalvin Phillips generó sorpresa entre la prensa inglesa presente porque fue el mismo Southgate el que le dejó fuera de la lista de 26 convocados al considerar que no estaba en forma. En Inglaterra el debate de las ausencias no se centra en Phillips. La falta de creatividad mostrada ante serbios y daneses ha centrado los reproches a Southgate en los descartes de Jack Grealish, Rahim Sterling y Marcus Rashford.

Southgate, al que se le achaca que construye las alineaciones teniendo en cuenta más los nombres de los jugadores que sus prestaciones, se fustigó y se culpó en varias ocasiones. “El equipo no funcionó y esa es mi responsabilidad. Tengo el control y tengo que encontrar soluciones. Los jugadores lo están dando todo. Tenemos que aceptar la responsabilidad. No pasamos el balón con intensidad y concedimos la posesión con demasiada facilidad”, explicó sobre el mal juego de su equipo ante los daneses.

“Nuestra presión no era lo suficientemente intensa y eso nos dio un problema. Tenemos que encontrar una manera de ser más compactos”, prosiguió analizando Southgate. “A estos muchachos no les falta esfuerzo”, volvió a defender el seleccionador inglés, “pero necesitamos encontrar más calidad”. La desazón embarga a Southgate, que antes de la Eurocopa anunció que si no ganaba Inglaterra abandonaría el cargo.

“Estamos decepcionados con los niveles de rendimiento de los dos primeros partidos y ahora tenemos que analizarlos en profundidad y abordar los problemas que tenemos”, abundó. La solución que empieza a cobrar más fuerza es la de no volver a situar a Arnold como pivote. Su lugar lo ocuparían Mainoo (Manchester United) o Wharton (Crystal Palace). El invento puede pasar a mejor vida.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.
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