Dinamarca sonroja a la caótica Inglaterra con un empate merecido
Los daneses sacaron provecho de los errores tácticos de Southgate, que insiste con Arnold de mediocentro
No hay nada peor para un entrenador que convertir el talento en intrascendente. Y eso es lo que ha logrado el seleccionador inglés Gareth Southgate en los dos primeros partidos. Si el primero lo ganó raspando a Serbia, el segundo lo empató a una ante una Dinamarca a la que apenas pudo porque la cuna del fútbol está vacía de juego. Esta Inglaterra es una amalgama antinatural de futbolistas y posiciones que no sabe ni cómo ni por dónde atacar. Con cuatro puntos, lo normal que Inglaterra esté en octavos, pero una Dinamarca combativa le sacó los colores.
No pinta bien esta Inglaterra por ahora. Tiene más nombres que plan por el ataque de entrenador con el que se ha presentado Southgate en Alemania. Se ha plantado en esta Eurocopa con un invento que no le funcionó contra Serbia, pese a la victoria, y tampoco resultó . La decisión de convertir a Arnold en mediocentro porque tiene buen golpeo para los pases no solo condena a un lateral profundo, también desnaturaliza todo justo en el corazón de la creación. Arnold perdió la primera pelota que tocó y en la segunda forzó una pérdida por ejecutar una mala entrega. This is England con Arnold al timón. No se sabe si Bellingham es mediapunta, segundo delantero, armador o volante llegador. Inglaterra fue un caos individual. Foden y Xaka guerrilleaban por su cuenta, como los chicos de barrio jugaban a driblar y driblar sin mirar a nadie. Tampoco lo había, porque ni Trippier ni Walker se desdoblaban para apoyarlos. Ni siquiera el tempranero gol de Harry Kane le dio pose. Kane marcó su gol de rapiñador del área que es para lo que está. El hombre juega para tratar de rentabilizar migajas. Y le cayó una después de que Kristiansen se confiara en un control cerca del pico del área y no se percatara de que por detrás llegaba Kyle Walker a toda máquina y bufando. El pase de Walker no fue limpio para desesperación de Kane, que lo espera libre de marca. El goleador del Bayern tiró de ese instinto que hace presagiar que la pelota terminará por caerle en el lugar que ocupa en el área. Se alejó un metro de la montonera de piernas y allí fue el balón para que lo empujara.
Lo trastabillada de la jugada describió a esa Inglaterra pastosa que se había puesto por delante en el marcador sin una mueca de grandeza. Dinamarca, mejor construida, se dio cuenta de que esta Inglaterra tiene más envoltorio que juego. Sus tres centrales, el azulgrana Christensen, Andersen y Vestegaard eran un imposible para Kane y sus centrocampistas empezaron a ganar duelos y mandar a Eriksen, Wind y Hojlund señales de que había partido. El tanto del empate danés fue otro despropósito que describió a esta Inglaterra deshilachada y rota. Kane bajó a las inmediaciones del área de Pickford para descargar un saque de banda. Su pase al medio fue al vacío. No había un inglés en cinco metros a la redonda. Sí pululaba por allí Hujlmand, que soltó un disparo desde fiera del área que se coló a la derecha de Pickford tras impactar con violencia en la cepa del poste. Un golazo que no hizo más que acentuar todos los defectos de Inglaterra.
Foden maradoneó en el círculo central con éxito y salió flechado hacia el área. A su izquierda le acompañaba por delante Kane por un pasillo libre. Foden lo ignoró y optó por un complejo disparo a puerta. Su capitán le recriminó su individualismo.
No parece tener un plan sólido Inglaterra y Dinamarca, con la sencillez de saber a qué jugaba se fue al descanso sintiendo que podía salir indemne del Fráncfort Arena. Southgate tuvo que renunciar antes de la hora de juego a su cabezonada de que Arnold puede jugar de mediocentro. Lo reemplazó Gallagher y algo de orden puso el mediocentro del Chelsea. Foden se animó con otra arrancada que culminó con un disparo que repelió el poste. No hubo mucho más de Inglaterra, descapitalizada cuando Southgate sentó al propio Foden, Xaka y Kane. El capitán ingles no daba crédito. La entrada de Watkins, Bowen y Eze no hizo más que cargar el área sin sentido alguno. Pan comido para la defensa de Dinamarca. Si los daneses hubieran estados más finos en los últimos pases de sus transiciones cuando Inglaterra atacaba sin cabeza, la debacle de Southgate y sus futbolistas hubiera sido mayor.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.