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La España quebrada

Los dos empates, el bajón de juego contra Polonia, la polémica por el césped de La Cartuja y el descontento de la hinchada simbolizan el pésimo arranque de la selección de Luis Enrique

Ladislao J. Moñino
España - Polonia Eurocopa
Luis Enrique, durante el partido entre la selecciónes de España y Polonia, en el estadio de La Cartuja en Sevilla, correspondiente a la fase final de la Eurocopa 2020/ 21.ALEJANDRO RUESGAAlejandro Ruesga (EL PAÍS)

Dos partidos, dos empates, un gol a favor y otro en contra tienen a la España de Luis Enrique al borde del abismo. Solo la victoria ante Eslovaquia garantiza el pase a octavos de la Eurocopa sin tener que mirar de reojo el Suecia-Polonia. El tenso escenario en el que deben manejarse el técnico y sus internacionales antes de la trascendental cita del miércoles era impensable cuando arrancó el torneo. “Esperaba tener seis puntos ahora mismo y cero goles recibidos, pero la realidad es la que es”, admitió el preparador asturiano tras el segundo empate consecutivo. Este segundo traspié, ante la selección polaca, ha hecho saltar todas las costuras de la Roja, del césped a la grada, pasando por el seleccionador y sus futbolistas.

ESPEspaña
España
1
Unai Simón, Alba, Pau Torres, Marcos Llorente, Laporte, Pedri, Koke (Sarabia, min. 67), Rodrigo, Morata (Oyarzabal, min. 86), Gerard Moreno (Fabián, min. 67) y Dani Olmo (Ferrán Torres, min. 61)
POL Polonia
1
Polonia
Szczesny, Bereszynski, Bednarek (Dawidowicz, min. 85), Glik, Jakub Moder (Linetty, min. 85), Tymoteusz Puchacz, Jozwiak, Zielinski, Klich (Kozlowski, min. 54), Swiderski (Frankowski, min. 67) y Lewandowski
Goles 1-0 min. 25: Morata. 1-1 min. 53: Lewandowski.
Árbitro Daniele Orsato
Tarjetas amarillas Klich (min. 36), Jakub Moder (min. 57), Jozwiak (min. 58), Pau Torres (min. 80), Lewandowski (min. 93) y Rodrigo (min. 94)

El estado de la hierba ha señalado a La Cartuja como la peor de las 11 sedes de la Eurocopa. Tras el empate contra Polonia, Luis Enrique y los jugadores volvieron a cargar contra el césped, cuyas mejoras fueron perecederas con el paso de los minutos. La federación y la Junta de Andalucía, que pretende sacar del barbecho un coliseo infrautilizado durante años, andan a la gresca mientras cada vez les es más complicado explicar por qué no se eligió el Sánchez Pizjuán o el Benito Villamarín. El montacargas por el que acceden la prensa nacional e internacional a las tribunas y la alternativa al rudimentario elevador, una escalera de tubo mecano encajada entre andamios, disparan los chascarrillos en cada subida o bajada. La imagen ofrecida retrotrae a la España improvisada y gris de otros tiempos.

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Los pitos que arreciaron contra el técnico y los jugadores al término del encuentro del sábado tienen a gran parte de la hinchada a punto de proclamar el divorcio y el desenganche amenaza con producirse si contra Eslovaquia el triunfo no es solvente en el marcador y en el juego. Si contra Suecia faltó principalmente gol, contra la selección dirigida por el portugués Paulo Sousa también se ausentó el buen fútbol. Luis Enrique lo admite sin ambages: “Lo que hay que hacer es jugar mejor, marcar y ganar”.

El seleccionador explicó el empate ante Polonia transmitiendo desconcierto porque esta vez el rival no se limitara simplemente a defender en su campo como hizo Suecia. “Nos han cerrado muchas de las opciones, nos han presionado y nos han hecho transiciones”, analizó delatando cierta sorpresa por el planteamiento que vertebró Paulo Sousa. Una carrera de Lewandowski (32 años), de área a área sin que nadie le saliera al cruce hasta que Jordi Alba pudo desbaratarla a pocos metros de Unai Simón, volvió a retratar los riesgos del libreto de Luis Enrique ante los contragolpes del contrario. Retirar a Morata y Gerard Moreno también ha puesto en solfa los cambios que realizó el seleccionador para tratar de romper el empate que estableció Lewandowski. “Me hubiera gustado que los cambios hubieran aportado más, pero ellos son los primeros interesados en hacerlo bien”, disculpó el técnico.

Si algo transmitía esta selección era el brío de su juventud para presionar al rival en campo contrario hasta asfixiarle. Contra Polonia, esa seña de identidad se fue diluyendo con el paso de los minutos hasta caer en el desorden que propiciaba la sensación de que la derrota también podía asomar en cualquier contragolpe.

Toque intrascendente

Línea por línea, también saltaron todas las costuras que cuestionan la lista elaborada por Luis Enrique y sus alineaciones. La facilidad con la que Lewandowski le ganó el espacio para rematar a Laporte resucitó la añoranza de Ramos para un lance de ese tipo o el oficio relegado al banquillo de Azpilicueta. Las consecuencias de alinear a Marcos Llorente de lateral reavivaron que se pierde el peso de su presencia y de sus goles en el juego ofensivo del Atlético y de paso revivieron los lamentos por la lesión de Carvajal y el descarte de Jesús Navas.

En el medio y en los últimos 30 metros, a España no le corre la pelota y el estado de la hierba no es el único culpable. De nuevo, la abundancia de pases fáciles y al pie convirtieron a España en el rey de la posesión intrascendente del torneo. La comparativa del ritmo de pelota que impone Alemania siendo tan dominadora del balón como la selección de Luis Enrique explica dónde se ha estancado el fútbol español desde que inició su decadencia en el Mundial de Brasil de 2014. Si en el medio, Rodri, Koke y Pedri fueron los apóstoles del juego horizontal, en los últimos 30 metros volvió a aflorar el bajón de calidad experimentado tras la jubilación de los Iniesta, Xavi, Cesc, Cazorla, Silva y compañía. No hay combinaciones en las inmediaciones del área para recordar en los dos partidos disputados hasta el momento. Y Morata y Gerard Moreno, penalti y rechace incluido a puerta vacía, no concretaron las pocas ocasiones claras que les fabricaron.

Con este panorama, en la concentración de España se agarran a la lógica de las estadísticas. Argumentan el convencimiento en la victoria ante Eslovaquia asegurando que en tres partidos es imposible que no se concreten el dominio y las ocasiones de gol generados ante suecos y polacos. Pero como dice Luis Enrique, “esto es fútbol”, y a su España no le sobran ni juego ni gol.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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