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La ruleta de España no encuentra el gol en la Eurocopa femenina

Los problemas anotadores, agravados por las bajas de Putellas y Hermoso, lastran a un equipo sufriente en las dos áreas en la primera fase del torneo

Lorenzo Calonge
Lucía García falla una ocasión muy clara contra Alemania.
Lucía García falla una ocasión muy clara contra Alemania.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)

Después de derrotar sobre la campana a Dinamarca y confirmar el pase a los cuartos de la Eurocopa, España suspiró de alivio más que sonrió de alegría. Nadie de la expedición se podía permitir una eliminación tan temprana. Las caras que se vieron en el Brentford Community tras el gol de Marta Cardona evidenciaron el camino sufriente que había recorrido la selección en las dos últimas semanas, marcadas por la lesión a tres días del debut de su jugadora bandera, la Balón de Oro Alexia Putellas. Aquella fatalidad colocó sobre las muchachas de Jorge Vilda una densa nube y todo lo que se ha visto después en el campo han sido curvas y una sensación general de apuro. Este torneo es el primero en el que la Roja se presentaba con aspiraciones reales de hacer algo grande, y el percance de la azulgrana, unida a la ausencia también de Jenni Hermoso aduciendo problemas físicos, destempló la atmósfera.

Los efectos han resultado visibles en las dos áreas y en unas alineaciones que no han dejado de mutar en la zona ofensiva. Huérfana de su máxima anotadora histórica (Hermoso, 42 dianas en 82 partidos) y de la efervescencia de Putellas (fija en los últimos 33 partidos), el recurrente problema del gol se ha multiplicado. Los cinco tantos de España en la primera fase han quedado muy lejos de los 14 de su rival en cuartos, Inglaterra (ocho a Noruega), y los nueve de Alemania, que además no han encajado ninguno. Un agujero agravado por los apagones atrás, señal o consecuencia directa de los equipos que dudan. A los 50 segundos del estreno, contra Finlandia, un desajuste defensivo obligó a España a remontar y, cuatro días después, ante Alemania, un error grosero de la portera Sandra Paños en el minuto tres confirmó que la selección se movía entre sombras.

El escenario general de los tres duelos ha sido similar: la Roja domina la posesión y el rival se mete atrás a la caza de las contras. Las germanas le concedieron la pelota a la selección el 66% del tiempo, pero eso no evitó que la noche discurriera por donde querían las teutonas. Más si cabe tras el fallo de Paños nada más empezar. Y, este sábado, Dinamarca elevó la angustia de la selección durante un buen tramo con el mismo plan. “Cuesta contra equipos que salen a defender y buscan los espacios”, admitió este sábado el seleccionador, Jorge Vilda.

La táctica de las oponentes contra un conjunto que amasa tanta posesión ha sido tan conocida como dañina. En gran parte, por la falta de tino ante el marco rival. La estadística oficial revela que a la Roja no le han faltado disparos (62, frente a los 69 de Inglaterra y los 61 de Alemania), sino pericia y, por consiguiente, sensación real de amenaza.

Las vacilaciones atacantes han tenido su reflejo, o quizás también parte de la causa, en la composición de los onces. Con una meta (Paños), una defensa (Batlle, Paredes, León y Ouahabi) y dos piezas de la medular (Bonmatí y Guijarro) más Caldentey como elementos intocables, el resto ha estado en permanente cambio. Las ausencias de Hermoso y Putellas más la escasez de gol han introducido las alineaciones de Vilda en una batidora.

Tres partidos, tres ataques

Durante meses, un soniquete acompañó a la selección: España no tiene plan B más allá de un once muy marcado, apoyado en el Barça campeón de Europa. Una tesis que tomó vuelo durante la primera fase. En cada partido, las elecciones del seleccionador han ido cambiando.

Contra Finlandia fue jugadora por jugadora: Irene Guerrero por Alexia Putellas en el medio, con Esther González como nueve. Ante Alemania, situó a Laia Aleixandri en el pivote (posición que no ocupaba desde los 15 años), desplazó a Guijarro al volante y arriba optó por Sheila García. Y frente a Dinamarca, devolvió a Guijarro a su puesto natural, retrasó a Caldentey a la medular y dio pista a Athenea del Castillo en el extremo izquierdo. No obstante, el descanso dejó otro giro: González y Cardona por las dos Garcías (Lucía y Sheila), que habían repetido respecto a Alemania.

La que no ha aparecido, de momento, ha sido Amaiur Sarriegi, fuera de la lista inicial pese a los 17 goles con la Real Sociedad el curso pasado (más 12 con España desde septiembre) y reclutada de urgencia por la caída de Alexia; y de Claudia Pina, de quien el seleccionador dijo en la previa que las metía “de todos los colores”, solo hubo noticias fugaces y a la desesperada contra Alemania. Quizás consciente de las dificultades que le esperaban, Vilda incluyó en la convocatoria al elemento sorpresa de Salma Paralluelo -técnica, velocidad y desconocida para muchas rivales-, pero otra lesión la descabalgó.

Superada la angustia de la primera fase, en cuartos espera la inabordable Inglaterra, impoluta atrás y un martillo arriba. “Tendremos que mejorar si queremos plantarles cara”, advirtió Vilda. Al examen contra las anfitrionas, eso sí, las muchachas de Vilda viajarán aligeradas del estrés mental que las ha limitado hasta ahora.

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