España respira sobre la bocina contra Dinamarca y alcanza los cuartos de la Eurocopa
La Roja, a la que le valía el empate, sufre para derrotar a las nórdicas con un gol de Cardona y se cita con la anfitriona, Inglaterra
España tomó aire ante Dinamarca. No se lució la Roja ante las danesas, pero ganó. No creció el juego de la Roja, pero marcó. Un logro seguramente casi tan importante como la victoria. España superó a Dinamarca sobre la bocina y se clasificó para los cuartos de final de la Euro, donde la espera la anfitriona, Inglaterra, el próximo miércoles (21.00, La 1). Como ante las teutonas, la Roja controló el cuero, no siempre el partido. Esta vez, sin embargo, ganó en las áreas: Sandra Paños borró las dudas y Cardona firmó el 0-1 para cantar la victoria de España.
El sacrificio de Dinamarca, un equipo compacto, que defendió bien, obligó a España a sufrir hasta el final. No engañaba Dinamarca. Su carta, la única al menos desde el inicio, era Pernille Harder. Y con la delantera del Chelsea, mejor jugadora de Europa en 2018 y 2020, le bastó a la selección danesa para asustar a la Roja. En plan de Lars Sondergaard era claro, recular sin balón y buscar a Harder, en largo o en corto, cuando lo recuperaban. Así se plantaba Dinamarca en el área de Sandra Paños. Nunca sin que las manos o los pies de la portera del Barcelona regaran de tranquilidad a la zaga de España. Controló sin problemas Sandra Paños un remate cruzado de Harder como también estuvo atenta para salir a cortar fuera del área una escalada de la danesa. Golpe de seguridad, esencialmente de autoestima, para Paños después de quedar bajo los focos tras la derrota ante Alemania.
Para Jorge Vilda, en cualquier caso, era intocable Sandra Paños bajo los tres postes. En cambio, el técnico de España duda y duda sobre la encargada de tomar el testigo de Alexia Putellas, que se rompió el ligamento cruzado en la previa de la Euro. Ante Finlandia, probó con Irene Guerrero. No le convenció. Tampoco lo hizo Patri Guijarro cuando dejó su habitual demarcación de pivote para jugar de interior ante Alemania. Frente a Dinamarca, la estrategia del preparador español no solo se basaba en volver a examinar a una nueva volante para acompañar a las intocables Guijarro y Aitana (jugó Mariona Caldentey), también buscó abrir las alas, con Sheila García y Athenea del Castillo.
El problema para España fue que le costaba encontrar a Sheila y a Athenea para atacar el espacio. Y ni Mariona ni Aitana lograban romper los muros rivales. Dinamarca cerraba bien las líneas de pase a partir de cuatro defensas y cinco volantes, todas bien juntas, todas atentas para pescar balones divididos. La Roja tenía el cuero, pero lo movía sin velocidad. La Roja se asociaba en corto, pero no arriesgaba en balones largos. Aunque le bastaba con el empate para colarse en los cuartos de final, España insistía con atacar a Dinamarca. Lo hacía con las jugadas a balón parado —le funcionó frente a Finlandia—, hasta que se activó Athenea. La extremo, tan bajita como picante, comenzó a arriesgar en el uno contra uno. Nunca, sin embargo, con éxito para romper a la zaga danesa.
Y a Jorge Vilda, como no podía ser de otra manera, no le convencía el juego de sus muchachas. Y no lo disimuló. Ante Finlandia y Alemania se mostró reacio a agitar rápido el banquillo (los cambios los hizo a partir de la hora de partido), pero contra Dinamarca mandó al campo a Marta Cardona, Olga Carmona y Esther González nada más regresar del intermedio. Las danesas, mientras tanto, no se movían de su guion de partido, ni siquiera cuando España comenzó a tomar el control, ya no solo del cuero, sino también de las ocasiones. Era la Roja, en el segundo tiempo, la que merodeaba el área de Lene Christensen. Lo intentó Carmona, también Mapi León.
Entonces, llegó la segunda parte de la idea de partido del técnico danés. Nadia Nadim y Larsen. Y Dinamarca, al fin, abrigó a Harder. Y lo primero que hizo la 10 danesa fue encontrar a Nadim en el área. Respiró la Roja. De nuevo, apareció Sandra Paños. Y de área a área, Marta Cardona, en el cierre del partido, cuando las danesas ya se habían quedado sin piernas, selló de cabeza la victoria. Respiró España.
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