
Aulas cerradas, estudiantes al frente y un pulso político (y económico) que escala en la universidad madrileña
Las universidades públicas de Madrid han vivido una jornada atípica. Aulas vacías, bibliotecas cerradas y campus casi desiertos han marcado el inicio de la huelga convocada contra la falta de financiación y el deterioro económico del sistema universitario madrileño.
- El paro, previsto para dos jornadas consecutivas, ha tenido un impacto mucho mayor que la huelga de abril, que pasó casi inadvertida por coincidir con el gran apagón eléctrico.
El protagonismo ha sido claramente estudiantil. Las delegaciones de alumnos de los seis campus públicos respaldaron la protesta por unanimidad y en varias universidades se activó el paro académico, una figura que impide examinar, pasar lista o sancionar la ausencia.
El origen de la protesta es económico. Pese a los compromisos del Gobierno regional de reforzar la inversión a medio plazo, algunas universidades han tenido que pedir créditos para pagar nóminas y otras reconocen estar en una situación límite.
- El aumento presupuestario aplicado no ha compensado los recortes de la crisis anterior.
- Y los campus calculan que necesitarían cientos de millones de euros adicionales para recuperar el nivel real de financiación de hace 15 años.
La jornada también ha evidenciado el choque político:
- Desde el Ejecutivo madrileño se ha cuestionado la legitimidad de la huelga y se ha desviado el foco hacia otros debates.
- Mientras que desde el Gobierno central se ha señalado directamente a las comunidades gobernadas por el Partido Popular, con Madrid como principal ejemplo, por no haber revertido los recortes.
©Foto: Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)