Anfield, el paraíso de los entrenadores
En sus 129 años de historia, por el banquillo del Liverpool solo han pasado 20 técnicos. En la etapa de Jesús Gil, en el Atlético hubo 40
Peculiaridades del destino. En el primer banquillo del Liverpool, allá por 1892, se sentaban dos técnicos irlandeses, William Edward Barclay, mánager-secretario y John McKenna, mánager-entrenador. Desde entonces, en 129 años, ese prestigioso cargo solo ha tenido 19 inquilinos más, con la particularidad de que Kenny Dalglish lo hizo en dos periodos distintos. El mosaico de nacionalidades, desde esa doble pareja irlandesa, también es reducido: 11 ingleses, cuatro escoceses, un francés, un español, un norirlandés y un alemán.
Una profesión de alto riesgo convertida en un trabajo más o menos seguro y duradero. Una silla eléctrica transformada en un paraíso. Y más si se le compara con su inmediato rival en la Champions, el Atlético de Madrid, cuya nómina de técnicos desde 1921 (primer curso con entrenador profesional) asciende a 76 y solo en la época de Jesús Gil como presidente (1987-2003) se contabilizaron una cuarentena, algunos con varias etapas de mínima duración. Como simple dato comparativo, desde 1920 por el banquillo del Real Madrid pasaron 49 entrenadores y, desde 1912, por el del Barcelona, 47.
Aunque en la historia del Liverpool siempre existirá un antes y un después de la llegada del escocés Bill Shankly, que revolucionó el rumbo de la entidad con su peculiar forma de mezclar y agitar su interpretación de la vida y el fútbol, la realidad es que antes de su firma el 1 de diciembre de 1959, el club ya había dado muestras de su fidelidad y confianza en los diferentes especialistas que fueron pasando por el puesto. En sus primeros 67 años solo tuvo nueve entrenadores. Pocos si se tiene en cuenta que el equipo viajaba entre Primera y Segunda y apenas había conquistado cinco y tres Ligas respectivamente, por ninguna Copa, la competición por excelencia en el fútbol inglés.
Shankly se inventó otro club. Implantó un modelo de vida y de juego. Con sus palabras en forma de sentencias y con sus hechos. “Creo en el socialismo, pero no como ideología política, sino como estilo de vida y humano. El verdadero significado surge del empeño colectivo, del trabajo y de la ayuda recíproca con una distribución igual de los beneficios. Esos son los principios en los que me inspiro en la vida diaria y en el fútbol”.
Posesión, movilidad y distracción
Futbolísticamente rasgó con el estilo puramente inglés que incluso recomendaba la propia Federación a los clubes. Apostó por el juego de pases hasta que el contrario se derrumbara. Posesión, movilidad y distracción. Hasta 1974, que dimitió de forma inesperada, bajo su mandato el Liverpool ascendió a Primera para encadenar tres Ligas, dos Copas y la Copa de la UEFA de 1973. Tan importante como su trabajo en esos tres lustros fue su legado. Sus ayudantes de la Boot-room, la sala de las botas, donde se reunían para crear doctrina, salieron alumnos aventajados. Bob Paisley (1974-83), Joe Fagan (1983-85), Ronnie Moran (1991) y Roy Evans (1994-98) mantuvieron viva su semilla plasmada en una libreta en la que Shankly escribía sus sensaciones todos los días.
Su mano derecha y heredero directo en el banquillo en los siguientes nueve años, Paisley, mejoró el palmarés del maestro: tres Copas de Europa, seis Ligas, una Copa de la UEFA, una Supercopa de Europa y tres Copas de la Liga. Joe Fagan ganó la cuarta orejona, además de una Liga y una Copa de la Liga, y decidió retirarse tras la trágica final de Heysel (1985). Antes, dio la alternativa a una de las leyendas del club, Kenny Dalglish, fichado por Paisley en 1977 y que ejerció de jugador-entrenador (1985-91) con tres Ligas, una Copa y una Copa de la Liga, en una etapa en la que el club, sancionado, no podía competir en Europa.
La única experiencia que le salió mal al club, desde el punto de vista técnico, fue la elección de Graeme Souness (abril 91-enero 94), otro jugador con pedigrí en el club, como recambio de Dalglish. Aún así le dieron casi tres años de confianza antes de recurrir a Roy Evans, la última semilla del Shanklysmo y que en el antaño reparto de papeles de la brigada, siempre había sido el poli bueno y había pasado más inadvertido.
Además, Evans se convirtió durante tres meses en el guía del primer técnico no británico que llegó a Anfield, el francés Gerard Houllier. Ambos compartieron banquillo hasta dejarle volar solo (1998-2004). Profesor de Escuela con una larga carrera como entrenador en Francia, Houllier había soñado toda la vida con sentarse en el banquillo del Liverpool y finalmente lo consiguió. Se rodeó de gente de la casa (Thompson, Heighway y Lee) y sufrió el susto de su vida en el descanso de un Liverpool-Leeds (2001). Después de ser atendido en la enfermería del estadio y ser internado en el hospital se le diagnosticó una “disección en la aorta” y tuvo que ser intervenido a corazón abierto. Operación que duró 11 horas y de la que se restableció totalmente hasta el punto de volver a los banquillos.
Klopp, al más puro estilo Shankly
Su recambio fue el español Rafa Benítez (2004-10), que además de ganar en Estambul ante el Milan la quinta Copa de Europa (2005) de la historia del club, perdió otra final dos años después en Atenas ante el mismo rival. Con 350 partidos es el quinto técnico con más presencias en el banquillo rojo por detrás de Shankly (783), Tom Watson (742, desde 1892 a 1915), Paisley (535) y George Patterson (366 entre 1928 y 1936).
Curiosamente desde su marcha, el cargo ha sentido más turbulencias de lo habitual. Su sustituto, Roy Hodgson, duró seis meses y se recurrió a Kenny Dalglish, que formaba parte de la dirección deportiva, como bombero de emergencia. Mejoró a su antecesor, acabó esa temporada, pero el octavo puesto en la siguiente (2011-12) supuso su destitución fulminante. El elegido fue entonces Brendan Rodgers, 39 años y con el aval de un buen trabajo en el Swansea. Tres temporadas en las que a punto estuvo de ganar la Premier en la segunda (2013-14), pero un resbalón de Gerrard... resultó fatal. Su mal comienzo en el cuarto curso le costó el cargo y la llegada de Jürgen Klopp en octubre de 2015.
El alemán ha encontrado en Anfield la horma de su zapato y el Liverpool ha encontrado en el técnico otro iluminado futbolístico al más puro estilo Shankly. Ha ganado la sexta Copa de Europa, acompañada de la Supercopa y el Mundial de clubes (2019) y la Premier (2020) después de 20 años sin ganar el título liguero. Con 330 encuentros en su haber, antes de finalizar la temporada superará a Rafa Benítez, mejorando por ahora su porcentaje de victorias, 60% por el 55% del español.
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