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Un informe revela que la desastrosa investigación del FBI permitió a Larry Nassar abusar de más atletas

Un documento del Departamento de Justicia señala que hubo retrasos de meses y diversas fallas en el proceso después de la denuncia de tres gimnastas

Luis Pablo Beauregard
Larry Nassar escuchó su sentencia el 5 de febrero de 2018 en un tribunal de Michigan.
Larry Nassar escuchó su sentencia el 5 de febrero de 2018 en un tribunal de Michigan.Cory Morse (AP)

Un muy esperado informe publicado este miércoles ha dado un duro golpe a la reputación del Buró Federal de Investigaciones, el FBI. La oficina del inspector general del Departamento de Justicia (OIG) ha señalado las muchas deficiencias que los agentes cometieron en la investigación de los abusos sexuales cometidos por Larry Nassar, el médico del equipo de gimnasia de Estados Unidos. Aunque Nassar se encuentra hoy en prisión cumpliendo una cadena perpetua, los autores del informe consideran que las graves fallas de los agentes adscritos a la oficina de Indianápolis (Indiana) permitieron que el depredador de más de 330 mujeres siguiera actuando. “El FBI no condujo ninguna actividad en la investigación por más de ocho meses siguiendo una entrevista en septiembre de 2015 [a una de las atletas que denunciaron]. Durante ese periodo, como se ha afirmado a detalle en muchas demandas civiles, los abusos sexuales de Nassar continuaron”, señala el documento en una de sus demoledoras conclusiones.

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“La OIG halló que, a pesar de la extraordinaria seriedad de las acusaciones y la posibilidad de que la conducta de Nassar continuara, agentes del FBI en Indianápolis fracasaron en responder a las acusaciones con la seriedad y urgencia que estas merecían y necesitaban”, indica la revisión a la actividad policial, que subraya que la conducta violó varias políticas internas del Buró. La oficina del investigador general habló en más de una ocasión con 60 testigos, entre ellos varias víctimas y agentes del FBI, para elaborar este documento.

Alrededor de 70 mujeres fueron abusadas por Nassar desde que el FBI conoció por primera vez las acusaciones contra el médico, en julio de 2015, y su arresto, en noviembre de 2016, acusado de varios cargos de violación. El reporte realizado por el departamento de Justicia encuentra en la oficina del FBI en Indianápolis el origen del problema. Los agentes de esa jurisdicción, bajo las órdenes de Jay Abbott, fueron los primeros que oyeron de Steve Penny, el presidente de la Federación de Gimnasia, los señalamientos en contra de Nassar. Era julio de 2015. Penny dijo a los investigadores que había tres atletas dispuestas a hablar con ellos para relatar las vejaciones. También les dio a los agentes un USB con fotos y vídeos de supuestos tratamientos que el médico realizaba a sus pacientes, la mayoría de ellas menores de edad.

Los agentes, sin embargo, no se interesaron en el caso, señala el informe. A lo largo de las seis semanas posteriores el esfuerzo para investigar estos señalamientos fue mínimo: solo una entrevista telefónica con una de las víctimas, hecha el dos de septiembre; la revisión del USB y una discusión del caso con la Fiscalía local y con colegas de la oficina de Detroit (Michigan), el Estado donde Nassar trabajaba para un club de gimnasia y para una secundaria. El poco interés de los agentes se notaba en la escasa documentación que habían hecho. Solo cinco páginas escritas a mano tras la charla con Penny, otras tres hojas de la entrevista a la atleta y unos 45 correos intercambiados con fiscales y agentes.

Los investigadores y fiscales no entendían por qué el caso debía originarse en Indiana. Ningún dato de la entrevista hecha en septiembre ataba los delitos a este Estado. Los agentes no hablaron nunca con las otras dos atletas que estaban dispuestas a testificar. “Ambas oficinas [el FBI y la Fiscalía] tenían serias dudas de que las acusaciones contra Nassar fueran suficientes para soportar una acusación federal”, señala el documento. El caso de Nassar, quien fue detenido a petición de la Fiscalía de Michigan, se convirtió en el del mayor depredador sexual en la historia de Estados Unidos. Los fiscales incluso recomendaron pasar el caso a agentes del FBI en Detroit.

La investigación estuvo ocho meses en punto muerto. La revivió cuando, de nueva cuenta, empleados de la Federación de atletismo contactaron a la oficina del FBI en Los Ángeles para hacer nuevos señalamientos. Era mayo de 2016. En esa reunión, los agentes escucharon acusaciones que se habían hecho en julio de 2015 al otro lado del país. El teléfono sonó entonces en la oficina de Indianápolis. Los angelinos preguntaron a sus colegas qué habían hecho con la información que les habían dado las víctimas. La respuesta fue que habían creado una petición formal para transferir el caso. Mentían. “La oficina de Los Ángeles y otros empleados del FBI señalaron que buscaron esa forma FD-71 en los sistemas del FBI, pero no la hallaron”, señala la oficina del inspector general, quien también buscó por sus propios medios el documento sin encontrarlo.

Jay Abbott, el jefe de la oficina del FBI en Indianápolis, se retiró en enero de 2018 sin sanción alguna. Su salida coincidió con la primera sentencia de Nassar, de 40 a 175 años de cárcel. Los investigadores de la OIG hallaron en algunos correos que el agente Abbott intentó convertirse en dirigente de la Federación de Gimnasia, un cargo que quedó vacante cuando Penny, a quién había entrevistado varias veces y actualmente enfrenta un juicio por destruir pruebas, renunció presionado por el caso Nassar. Abbott negó esto cuando el Departamento de Justicia se lo preguntó. “No lo recuerdo”, dijo. “El comportamiento descrito en el reporte no representa al FBI ni a nuestras decenas de miles de agentes en retiro y activos”, ha señalado el Buró en una respuesta oficial al informe.

Los agentes de Los Ángeles comenzaron la investigación. Fue en ese momento que el caso comenzó a construirse. Después, en agosto de 2016, The Indianapolis Star publicó una investigación en la que varias atletas narraban sus experiencias. La policía de la Universidad de Michigan, que había empleado a Nassar, también había recibido denuncias de una mujer que fue víctima del médico a los 16 años. Después de un cúmulo de acusaciones, el FBI de Detroit descubrió 30.000 imágenes de pornografía infantil en computadoras incautadas en la residencia de Nassar. Las ruedas de la justicia comenzaban a moverse finalmente. Pero pudieron haberlo hecho mucho antes.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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