Márquez, o cómo marcar época en la era Rossi
El piloto de Honda, ganador de su séptimo título mundial, representa el inicio de un nuevo tiempo en MotoGP como sucesor del nueve veces campeón del mundo
Valentino Rossi no se cree aquella historia, pero en casa del campeón del mundo certifican que Marc Márquez creció en una habitación empapelada de pósters del Doctor. En su primera temporada en MotoGP, el chaval de Cervera se convirtió en el mejor imitador de su ídolo. Desde la admiración, con picardía y a veces, incluso, temeridad –quedarán en el recuerdo sus duelos en Laguna Seca, Termas, Assen y, claro, Sepang–, se esforzó por ganarle como fuera. Y lo hizo.
El aprendizaje de Márquez, 25 años, a la sombra de Rossi, de 39, ha terminado por alumbrar una nueva era. Y hoy a la era de Rossi le sigue ya la era Márquez. “Está claro que Rossi ha marcado una época. Y también que su sucesor ya, y por un tiempo, es Márquez”, indica Alberto Puig, expiloto y director del equipo Honda. El español es el sucesor no solo porque ya haya ganado su séptimo título –el italiano cuenta nueve–, sino por la incidencia que uno y otro han tenido en el Mundial de Motociclismo.
La era Rossi se explica por su longevidad, porque todavía es competitivo –“con 39 años sigue siendo candidato al título”, apunta Sito Pons, campeón de 250cc–, por cómo y cuánto ganó, y porque popularizó el deporte. “Está corriendo con generaciones muy anteriores a la suya. Por eso se ha convertido en lo que es. Un piloto no es leyenda por ser simpático o saludar, sino por sus actos”, señala Puig. “MotoGP vivió un antes y un después de Rossi, ha sido capaz de amalgamar en torno a las carreras a un montón de gente que antes no estaba”, indica Pons.
La era Márquez se define por cómo ha cambiado la percepción de los peligros en la pista y porque ha marcado tendencia con su pilotaje. “Ha traído a MotoGP un estilo mucho más arriesgado, al límite. Antes había una serie de reglas no escritas que marcaban lo que era aceptable y lo que no en la pista; ahora se considera incluso normal que dos pilotos se toquen en una carrera”, explica Pons, que cree que el piloto de Honda corre sin miedo. Sin miedo a hacerse daño, sin miedo a los otros rivales.
Todos los pilotos jóvenes que llegan al Mundial tratan de imitar el estilo de Márquez Loris Capirossi
Además, ha propiciado una evolución en el pilotaje. “Ahora, todos los pilotos jóvenes que llegan al Mundial tratan de imitar su estilo”, señala Loris Capirossi, campeón del mundo y hoy miembro de Dirección de carrera, en referencia a cómo se descuelga de la moto, a cómo ha llevado a los de su generación a buscar los pianos con los codos como años antes Kenny Roberts fue el primero en tocar con la rodilla al suelo. “Salva las caídas. En unos 10 años la mayoría de los pilotos serán capaces de hacer eso”, opina el italiano. “Utiliza mucho la rueda de delante y por eso es capaz de levantar la moto cuando ya está en tierra. Eso no lo ha hecho nadie antes, ni hay nadie capaz todavía de hacer algo así”, apunta Pons.
Tanto Rossi como Márquez se asemejan en que “los dos quieren ganar, a toda costa; sí o sí. Además, los dos son muy hábiles con la moto”, dice Puig. “Son muy parecidos, por carácter, por su actitud respecto a la carrera, a su trabajo y a sus adversarios. Y por eso no se soportan”, señala Davide Tardozzi, también expiloto y hoy director del equipo Ducati. También se parecen en el modo en que han logrado dominar la categoría reina: el italiano encadenó cinco títulos de la categoría reina de manera consecutiva entre el 2001 y el 2005, el español ha ganado cinco campeonatos de los últimos seis. “Y llega un punto en que quedar segundo es un éxito para el que no gana. Que uno piense que es un éxito acabar segundo es tergiversar la realidad de las cosas”, añade Pons.
Además, Rossi revolucionó Yamaha y la llegada de Márquez tuvo un impacto enorme en Honda. “Valentino ayudó a Yamaha a crecer técnicamente. Marc ha conseguido maquillar con su velocidad natural, con el instinto de su pilotaje, ciertos problemas de la Honda que, poco a poco, la fábrica ha sido capaz de resolver”, argumenta Tardozzi.
“Hoy los más pequeños conocen ya más a Marc que a Valentino. Hace años las gradas eran totalmente amarillas, ahora hay también mucho rojo”, señala Capirossi sobre la repercusión del 93. Aunque el calor incondicional del público todavía tiene que ganárselo. “Valentino no es un piloto de una nacionalidad, es querido en todos los países”, señala Pons, que cree que la imagen del catalán se ha visto perjudicada por su comportamiento en la pista. “Las polémicas que ha protagonizado con Rossi solo le han hecho daño a él, se las podría haber ahorrado; porque hubiera ganado lo mismo, es el mejor”, añade.
Queda solo la duda de si el aprendiz superará al maestro. Ya está a solo dos títulos mundiales de los nueve de Rossi. “Creo que Marc puede conseguir ese décimo título para el que tanto ha trabajado Valentino”, afirma Capirossi. “Tiene muchas posibilidades de ganar la décima, cosa para la que creo que Valentino se ha quedado sin tiempo”, opina Tardozzi. “Superará a Rossi y eso es algo que hace unos años parecía imposible”, cierra Pons.
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