El día que Bale sacó de quicio a Zidane
El entrenador francés pidió el traspaso del galés, pero el Madrid cambió su estrategia después de la final de la Champions
La federación de Gales y el representante de Gareth Bale confirmaron que el jugador se incorporó este domingo a su selección nacional para enfrentarse a España el próximo jueves en Cardiff. La embarcada resulta llamativa después de que Bale pidiera el cambio en Mendizorroza este sábado, en el minuto 80 de un partido atascado, dejando al Real Madrid más desorientado de la década sin el hombre llamado a ser su goleador bandera. La razón que inspiró al galés a abandonar el campo — “fatiga”, según el portavoz del club— fue tan rara como las circunstancias que le convirtieron en un jugador estratégico tras la final de la última Champions, en Kiev.
El júbilo por la conquista de la Decimotercera recorría las gradas en la noche del 26 de mayo y en la comitiva presidencial que se acomodaba en el palco del estadio Olímpico circulaban las palabras de Florentino Pérez. El presidente repetía ufano que él ya sabía que con Bale no se equivocó cuando le fichó por 100 millones de euros en 2013, contra la opinión predominante. Afirmaba, según los testigos, que Bale era “mejor que Cristiano” porque marcaba “las diferencias” en las grandes citas, y que así lo había demostrado metiéndole dos goles al Liverpool. El dictamen del presidente en Ucrania fue tajante, tal y como recuerdan en su séquito: “¡Bale es un incomprendido!”.
El que menos le comprendía era Zinedine Zidane, el entrenador que acababa de conquistar tres Champions consecutivas. Zidane había dejado a Bale en el banquillo en Kiev siguiendo con una pauta clara. Bale solo fue titular en un partido de eliminatorias de la última Champions, ante la Juve en el Bernabéu en la vuelta de los cuartos, y fue cambiado en el descanso. El técnico pidió que lo traspasaran.
Después de mucho insistir, y tras una baja por lesión del galés que se prolongó desde el 20 de septiembre al 23 de diciembre de 2017, los reclamos de Zidane fueron escuchados. En enero Florentino Pérez acordó que venderían a Bale y que con los 100 millones que obtendrían reforzarían al equipo con una gran estrella.
Los dirigentes parlamentaron con Zidane en repetidas ocasiones sobre la delantera que diseñarían para el curso 2018-19. Florentino Pérez le informó de que su intención era fichar a Neymar. Según fuentes próximas a la directiva, el técnico lo aceptó tras advertir de que sus amigos en Francia —Deschamps a la cabeza— le prevenían sobre la falta de profesionalismo del brasileño. Puesto a ofrecer alternativas, Zidane propuso a Hazard y se mostró favorable cuando le pidieron su opinión de Harry Kane y Mo Salah.
De lo que no tuvo dudas Zidane fue de una cosa: Bale debía irse. El técnico alegó que era tácticamente disperso, irregular y demasiado individualista. Zidane se expresó en la línea de su predecesor, Carlo Ancelotti, avalado por los líderes del vestuario en lo referente a considerar a Bale como a un hombre tan difícil de descifrar como sus tomografías. Los médicos del club no consiguieron detectar lesión muscular alguna tras el derbi de hace una semana, del que Bale se retiró por problemas físicos.
Dupla con Neymar
Tras la recogida del trofeo en Kiev, una televisión inglesa preguntó a Bale a pie de campo si volvería a la Premier en julio: “Necesito jugar todas las semanas y eso no ha sucedido. Tengo que sentarme con mi agente y ver qué hago (...). Estoy muy decepcionado por no haber sido titular. Creo que lo merecía”.
Florentino Pérez, que percibió la actuación de Bale en Kiev como una reafirmación de su política de fichajes, se alarmó ante el tono lastimero del muchacho. Cuentan en su entorno que fue el presidente quien llamó por teléfono al futbolista para decirle que tuviera paciencia, que debía seguir en el Madrid y que le darían un papel importante. El lunes siguiente, según uno de sus colaboradores, el mandatario dijo confidencialmente que no le importaba que Cristiano quisiera marcharse porque su dupla ideal de atacantes era la que conformarían Neymar y Bale. Solo había que decirle a Zidane que hiciera un esfuerzo y le diera otra oportunidad al galés, de 29 años.
Una de las personas que convivieron con Zidane en esos días aseguró que el técnico se sintió ofendido al enterarse de que el club había cambiado de estrategia sin informárselo primero a él. Según esta fuente, cuando el miércoles 30 de mayo acudió a reunirse con Florentino Pérez a la sede de ACS para planificar la próxima temporada, su decisión ya estaba tomada: presentaría la dimisión.
Cuatro meses después, Gareth Bale es la principal figura de un Madrid que da bandazos. Desde la temporada 2005-06, el equipo no perdía cuatro de sus primeros 11 partidos oficiales.
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