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Sergio Ramos: “Sería una locura un cambio de entrenador”

Lopetegui se agarra al infortunio, las dinámicas y las bajas para explicar la derrota en Vitoria de un equipo que ya acumula casi siete horas sin marcar

Lorenzo Calonge
Lopetegui, durante el partido contra el Alavés.
Lopetegui, durante el partido contra el Alavés.Álvaro Barrientos (AP)

No había marcado primero el Alavés en Mendizorroza en lo que va de Liga, y fue a lograrlo contra el Madrid en el último minuto del descuento. El éxtasis en la Bombonera, que dejó pasmado al equipo de Lopetegui, que ya acumula seis horas y 49 minutos sin meter un gol. Desde el 22 de septiembre que no lo hace: cuatro partidos completos (Sevilla, Atlético, CSKA y Alavés) y media parte ante el Espanyol. Una bola que se hace más grande, y con el trauma añadido esta vez de haber caído con el gol de oro del conjunto de Abelardo. Diez puntos de 24 posibles se ha dejado en este inicio de competición y apenas 12 tantos anotados. Ni la vuelta de Bale, que fue relevado por molestias, ni el recurso de Mariano (sustituto del también lastimado Benzema), ni la alternativa final de Vinicius le alcanzaron nunca a los visitantes.

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Las dinámicas, el infortunio de las lesiones y la falta de acierto ante la portería contraria fueron las razones de Lopetegui en los siete minutos que duró su rueda de prensa. "Se han juntado todas las situaciones negativas. Hemos hecho una buena primera parte, con llegadas y remates, pero no se ha visto refrendada con el gol. Las lesiones nos han condicionado en exceso, no es normal lo que nos está pasando", se lamentó el técnico vasco, que recordó varias veces que todavía es octubre y que, "en el peor de los casos", su equipo quedaría "a tres puntos del líder" al final de esta jornada.

Los números empiezan a pesar en su hoja de servicios a estas alturas del curso. En los 11 encuentros dirigidos, ha obtenido cinco victorias, dos empates y cuatro derrotas, con 17 goles a favor y 12 en contra. Un balance sensiblemente peor que sus antecesores. Benítez consiguió siete victorias, cuatro empates y ninguna derrota (24 tantos metidos y dos encajados); y Zidane, ocho victorias, dos empates y una derrota (36 goles anotados y 9 recibidos). Así las cosas, el técnico se agarró a este parón de selecciones "para recuperar sensaciones" y "jugadores importantes que no están". Benzema y Bale fueron los últimos en caer, y se unen a las bajas de Isco, Carvajal y Marcelo. "Para que salgan las cosas es importante que estemos todos", subrayó.

La pregunta sobre su futuro en el caso de que se prolongue esta tendencia negativa ya se le formuló en la comparecencia del pasado viernes en Valdebebas, y se repitió en Vitoria. "No es una cuestión mía. Sabemos cómo es la vida del entrenador. Es un momento duro. La responsabilidad es siempre mía, por encima de los jugadores", respondió con tranquilidad. En zona mixta, Sergio Ramos intervino para hacer una defensa explícita de Lopetegui: "No me parece bien que ahora haya un cambio de entrenador, sería una locura. Esto es un problema de todos, no señalemos a nadie". No obstante, añadió que "no es una decisión que esté en manos de los jugadores" y que "son otros los que deben asumir eso". El capitán lamentó la falta de definición, pidió "calma" y recordó que en otros momentos también ha vivido "crisis de gol con Cristiano".

Asensio, suplente por primera vez

Al técnico blanco no le funcionó ni el plan inicial ni las variaciones posteriores. Apeló de partida a la memoria de Ceballos (decisivo la temporada pasada en Mendizorroza en su única actuación trascendente del año), y a su presente, clave como fue de la mejora del Madrid en la segunda parte del derbi. El damnificado resultó Asensio, el único junto a Benzema que había sido titular en todos los partidos anteriores de Liga, aunque al cuarto de hora de la segunda parte el balear fue llamado a filas en lugar de Casemiro. Por lo demás, lo previsto: volvió a alistar a Ramos y Bale, recuperó a su portero doméstico (Courtois), dio pista a Odriozola (segunda titularidad del año) y apostó por Nacho en el costado izquierdo en lugar de Reguilón, cumplidor en el gatillazo de Moscú.

El gordo se quedó en Vitoria, que vivió el duelo desde varias horas antes en el centro de la ciudad. Con esa alegría en calma y, a menudo, poco expresiva de las gentes del norte, las cuadrillas adelantaron el encuentro con la ilusión de pegarle un mordisco al Madrid e igualarle a puntos. A la salida de los conjuntos, una gran pancarta en el fondo más agitador del estadio, con el lema "Juntos somos más fuertes" ("Elkarrekin indartsuagoak gara"), alimentó las esperanzas. La fiesta creció mientras el reloj avanzaba sin que nada se moviera en favor de los visitantes y se terminó de desbordar en el 94:39. "La victoria soñada", celebró Abelardo, que es la primera vez que derrota al equipo blanco desde los banquillos. "Mi idea era que no subiesen los dos centrales [en el córner origen del gol] y se lo dije a Javi Cabello, que estaba cagado". Pero Manu García cantó bingo. El Madrid casi ni sacó de centro y la explosión en la grada esta vez no fue nada contenida. No era para menos, es la tercera victoria de la historia del Alavés ante el Madrid, y de la anterior habían pasado casi dos décadas.

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