Quino Colom y Sebas Saiz abruman a Eslovenia
España continúa invicta en la clasificación para el Mundial de China 2019 tras derrotar a la campeona de Europa con un ejercicio de contundente aplicación (72-83)
Práctica y diligente, la selección española de baloncesto camina con paso firme en la clasificación para el Mundial de China 2019. Con cinco victorias en otras tantas jornadas, los de Scariolo batieron por segunda vez a Eslovenia, esta vez a domicilio, con un ejercicio de contundente aplicación (72-83). De nuevo Quino Colom (16 puntos y 5 asistencias) y, por primera vez, Sebas Saiz (10 puntos y 11 rebotes) lideraron un sólido triunfo ante la campeona de Europa cimentado en el rebote, la estadística del hambre (39-53).
Recibió el Stozice Arena de Ljubljana a dos equipos tan intensos y entusiastas que se pasaron de frenada en un inicio trepidante pero embarullado. Eslovenos y españoles abrieron la tercera ventana maquillando con sacos de motivación el destemple competitivo; corriendo mucho pero enfocando poco. Al final de la noche, solo España escapó del laberinto, con la aportación gremial de todos los que pisaron la pista.
Los acb’s Blazic y Cançar (18 y 17 puntos respectivamente) dieron las primeras alegrías a la parroquia local, encabezada por un aficionado de excepción: el flamante número 3 del draft de la NBA, Luka Doncic. Sin embargo, fue Quino Colom el que encontró la partitura que necesitaba el partido y otorgó a los de Scariolo el mando definitivo de las operaciones (30-40, m. 18).
El tempo y la pausa del base andorrano sirvieron a España para descubrir las costuras de la defensa rival y, al tiempo, para poner en valor la pujanza de Oriol Paulí y Juancho Hernangómez. El jugador de los Denver Nuggets fue el único de los nueve nba españoles que se alistó para los últimos compromisos de la primera fase de la clasificación, siguiendo una media desalentadora para el controvertido formato. De los 61 europeos que juegan en la meca estadounidense y podían sumarse esta vez a las ventanas, solo 17 lo hicieron. Habrá que esperar a septiembre para que las selecciones recuperen más piezas de su primer armazón.
Mientras, la mezcla de Scariolo funciona porque la profundidad de banquillo del baloncesto español supera el nivel de los segundos o terceros escalafones de media Europa, incluida la campeona. Sin Dragic, Doncic, Randolph y Vidmar, Eslovenia lo fió todo a tres jugadores de perfil similar —Blazic, Cançar y, el próximo jugador madridista, Prepelic (1 de 10 en tiros de campo y lesionado en el tramo final)— que, en el mejor caso, producen de manera consecutiva pero nunca simultánea. Más ancha y larga fue España, que reboteó con Paulí, intimidó con Vázquez, taponó con Juancho, bregó con Saiz, dominó con Colom y defendió con todos. Solo se demoró el demarraje español porque Colom acaparó, para bien y para mal, la intendencia de puntos. Cuando el base del Unics escapaba de los grilletes enemigos se desataba España; cuando se tomaba un respiro o caía en alguna emboscada se acercaba Eslovenia. Así se pasó del 37-49 al 45-49 y, acto seguido al 45-60. Ahí dimitieron los locales.
España fue una oda al compromiso y al pragmatismo. Eslovenia fue un quiero y no puedo, incapaz de gestionar la escarapela de campeón de Europa con su actual repertorio. El domingo, en el Martín Carpena de Málaga, España cerrará la primera fase de clasificación ante Bielorrusia. De momento, cinco de cinco. En el horizonte, Turquía, Ucrania y Letonia como rivales.
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