_
_
_
_

Sergio Scariolo: “Todos quieren vivir la épica de la selección”

Las 'ventanas' de la FIBA han obligado al técnico a ampliar la profundidad de banquillo de España y a modificar el relevo generacional. De momento, tres victorias en tres partidos. Espera Montenegro

Faustino Sáez
Sergio Scariolo, durante la entrevista
Sergio Scariolo, durante la entrevistaClaudio Álvarez

En siete campeonatos como seleccionador, Sergio Scariolo (Brescia, 56 años) ha logrado seis medallas: tres oros y un bronce europeos y una plata y un bronce olímpicos. Un memorable camino, de la mano de la generación dorada del baloncesto español, que ahora se enfrenta a un reto institucional y deportivo. El nuevo calendario de la FIBA, con las ventanas de clasificación para el Mundial de 2019 en las que no participan los jugadores de la NBA y la Euroliga, ha obligado al técnico a ampliar la profundidad de banquillo de la selección, a modificar la hoja de ruta del relevo generacional y a hacer equilibrismo entre las apuestas de futuro y la competitividad para asegurar la plaza en el que puede ser el último torneo de Pau Gasol con España. De momento, tres victorias en tres partidos. Mañana, en Zaragoza, espera Montenegro.

Pregunta. Tras ganar a Eslovenia en Burgos se le vio emocionado. ¿Cómo fueron aquellos días?

Respuesta. Se extendió una sensación de preocupación y negatividad. Aquella especie de menosprecio generó luego una satisfacción muy grande cuando se resolvieron tan bien esos dos primeros partidos de clasificación. Salió todo por encima de nuestras expectativas. Fue emocionante ver la disposición y la generosidad del grupo; sin condiciones, sin exigencias. Se generó un ambiente muy emotivo. Me llenó mucho.

Más información
España supera a Bielorrusia entre sudores fríos
La mili de Quino Colom
España impone su orgullo ante Eslovenia
Scariolo: “Es como si hubiéramos ganado una medalla”
El extraño caso del ‘novato’ Albert Oliver
Fran Vázquez: “Nos hemos estudiado las jugadas por el móvil”

P. Lo equiparó incluso a ganar una medalla.

R. La emoción del momento quizá me llevó a exagerar, pero es que pasaron cosas extraordinarias. Habiendo ganado varias medallas, ningún periódico me había dedicado una portada, porque el protagonista siempre es el equipo. Pero, en esas circunstancias, me vi en muchas páginas como en Solo ante el peligro. Me preocupé, pero desde dentro se veía todo mejor. Veía la respuesta del equipo y sus ganas de reivindicar al jugador español.

P. ¿Se pecó de alarmismo?

R. Desde fuera del grupo, incluso en nuestra casa, se percibía cierta alarma, sí. Ahora todo se ha relajado al ver que el equipo se ha conjuntado, ha competido muy bien y ha mostrado cierta calidad. España tiene muchos jugadores en los que se puede confiar. Gente que merece recibir nuestro aprecio por cómo han afrontado esta situación. Pero tampoco deberíamos ir al extremo opuesto de pensar que ya todo va a ir rodado.

P. ¿La clave está en la 'profundidad de banquillo' o en la inercia ganadora de la camiseta?

R. Hay posiciones en las que hay mucha calidad y cantidad, pero lo que ha enseñado este grupo es algo que nos ha salido mejor que al resto de países: seguir siendo un equipo, no una selección. La atención al juego sobre el lucimiento individual, el esfuerzo defensivo…Nuestro rasgo distintivo es haber trasladado todo eso a los escalones que hay por detrás de los nba y euroliga. Sentir como un equipo es nuestro gran valor. En todos los jugadores españoles hay una gran respeto por los que han disputado Europeos, Mundiales o Juegos estos años. Todos formamos parte de una familia. La camiseta es la referencia. Es un privilegio y un orgullo pertenecer a un grupo que ha marcado la historia de este deporte. Es una meta, un vínculo familiar que en algunos casos va de padres a hijos. Todos quieren vivir la épica de la selección.

Scariolo, durante la entrevista
Scariolo, durante la entrevistaclaudio álvarez

P. Salvadas las primeras ventanas, ¿la situación corre el riesgo de enquistarse? ¿Tiene esperanza de que esto cambie?

R. Ojalá el baloncesto encuentre la fórmula de repartir esfuerzos y competencias de forma armónica. La esperanza no puede morir porque eso sería pensar que los que nos gobiernan no buscan el bien común sino sus propios intereses. Dicho esto, no soy optimista a corto plazo. Es una situación que está teniendo un gran efecto negativo. La guerra de superpotencias está paralizando los esfuerzos y la inversión en el campo de la formación. Estamos más pendientes de utilizar las normas para sacar rendimiento rápido que de mejorar la inversión, la calidad del trabajo y la pasión que ponemos en buscar talento en nuestras canteras. Es un problema global. Hay una desregulación en la importación de jugadores, en los pasaportes… y estamos poniendo más energía en buscar los atajos que en construir el camino. La NBA se llevará a nuestros jugadores cada vez más jóvenes y pagaremos las consecuencias a medio y corto plazo.

P. ¿El nuevo calendario ha trastocado el relevo generacional?

R. Como cosa buena, nos ha permitido ampliar el círculo de jugadores y tener más datos para ese recambio generacional. Nuestra constitución física no es la de los países del este y el norte de Europa, el margen de mejora es más reducido y tenemos que rentabilizar muy bien nuestros recursos. Por eso queremos que los jugadores crezcan en una línea única de las categorías de formación al primer equipo. Tenemos que ser valientes en las apuestas, pero también respetar el sentido común. Hay que llegar con un equipo competitivo al Mundial. No seremos irrespetuosos con los que están aquí, pero les hemos explicado la situación con honestidad; de una forma sincera y hasta cruda, mirándoles a los ojos. Pero los que están fuera no tienen el puesto por decreto.

P. Se ha hablado muchas veces de fin de ciclo. Ahora, con Pau Gasol como único referente de los júniors de oro, ¿se puede decir que los mejores días de la selección española ya han pasado?

R. Los mejores días de ese grupo histórico ya pasaron. Los mejores días de la selección, ya veremos. Hemos gozado de un par de generaciones enlazadas irrepetibles y ahora la competencia ha crecido. Letonia y Eslovenia hace cinco años eran rivales sencillos y ahora son caballos ganadores. El objetivo real, y alcanzable creo, es que no nos pase lo que les pasó a otros países cuando se retiraron sus referentes históricos. Italia, Croacia, Rusia, Francia, Alemania… tuvieron una caída en picado. Nuestra idea es mantener un nivel de competitividad alto. Aquí no debe haber caída en picado y si tenemos la evolución de algún jugador podremos seguir arriba.

Scariolo, durante un entrenamiento
Scariolo, durante un entrenamientoClaudio Álvarez

P. ¿Cómo se va a llenar el vacío que deje Pau?

R. Eso no tiene respuesta. Es imposible llenar ese vacío. Igual que cuando se vaya Marc. Son únicos. Tendremos que buscar otra forma de competir. No es que sin Pau no se pueda competir. Será más difícil, pero tendremos que encontrar la manera. No se acaba el mundo. De momento, hay que disfrutar al máximo de él, aunque cada año tiene un año más. Si ojalá está en el Mundial de 2019 su participación no podrá ser como la de 2012 o 2015, por ejemplo.

P. Aunque físicamente no sea el mismo, su permanencia en el grupo prolonga el legado.

R. Pau tiene la capacidad de enseñar con el ejemplo. Es un profesional de 360 grados. Ha demostrado que un jugador de baloncesto puede ser una persona culta, reflexiva, con inquietudes…, algo que parece que las nuevas generaciones no lo tienen del todo claro. Pau demuestra que se puede ser una leyenda y a la vez liderar un grupo con generosidad hacia sus compañeros y con absoluta dedicación al equipo. También ha sabido mostrar el compromiso y la capacidad para decir y sentirse de donde es y expresar el orgullo de vestir la camiseta que viste. Es un ejemplo histórico.

P. ¿Dónde ha residido el mérito para estirar tantos años la edad de oro del baloncesto español?

R. Se han hecho las cosas bien. Hemos contado con talento y compromiso y, desde la Federación, se ha sabido cuidar el talento y alimentar el compromiso. Armonizando talento y esfuerzo se ha construido un sentimiento de equipo que nos ha distinguido del resto. Los egos siempre han estado al margen. El mérito ha sido mantener el deseo de estar aquí.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_