Un juez desclasifica la petición de visado de Enrique de Inglaterra tras admitir que consumió drogas
La fundación conservadora Heritage lleva meses exigiendo que los documentos se hagan públicos para ver si el hijo de Carlos III mintió en su visado o si obtuvo trato de favor. Ahora, esos más de 80 folios no demuestran nada


Cinco años después de mudarse a Estados Unidos, la residencia del príncipe Enrique de Inglaterra (Londres, 40 años) en el país parecía estar en la cuerda floja. Una asociación conservadora llamada Heritage había exigido al Gobierno y ante un juez revisar su petición de visado, después de que el hijo de Carlos III de Inglaterra admitiera haber consumido drogas en el pasado, algo que podría poner en peligro su estatus migratorio. Tras meses de tiras y aflojas, este martes el juez finalmente ha decidido hacer públicos esos documentos. El resultado: poca cosa. Pero no parece que, por el momento, Enrique tenga que marcharse del país deprisa y corriendo.
Los documentos desclasificados por el Departamento de Seguridad Nacional por petición del juez Carl Nichols resultan tibios y no dan demasiadas pistas ni aclaran la situación. De hecho, en los folios ni siquiera aparece la clásica petición de visado que Enrique (o alguien de su confianza) tuvo que rellenar para vivir en Estados Unidos, la que cada persona que quiere entrar al país se ve obligada a presentar. No hay nada de valor en la desclasificación. Eso hace ver que la postura del juez Nichols, que ya dijo hace seis meses que no había interés público en la cuestión (pero la insistencia de dicha fundación le ha hecho desclasificarlos), se mantiene firme.
En total, los documentos ocupan 82 folios, de los que más de la mitad están tachados, con los renglones negros, uno tras otro. Lo que se pueden leer son conversaciones entre abogados y la corte que apenas aportan nada. Por ejemplo, en unas páginas el juez precisamente insiste ante la abogada de la fundación en que esa información no es relevante y que todo eran hipótesis por parte de Heritage, la que lleva insistiendo dos años en que ese caso migratorio se conozca por su “enorme interés público”. Pero en los documentos no hay nada de interés.
En la mayoría de los casos, cuando se rellena el visado para residir temporalmente en Estados Unidos, el peticionario tiene que explicar su consumo de drogas, presente o pasado. Se supone que, si alguien es consumidor de drogas, no se le concede dicho visado. Eso es lo que Heritage buscaba saber, porque en su libro autobiográfico de enero de 2023, En la sombra (Spare, en el original), Enrique hablaba de cómo había consumido tanto cocaína como marihuana. Con respecto a la primera, explicaba que la había tomado de manera ocasional y que “no era ran divertida”, ni le hacía “especialmente feliz, pero sí diferente, como si fuera el objetivo principal”. Pero la segunda, en cambio, sí le gustaba, y la consumía con asiduidad: “La marihuana es diferente. Me ayuda, la verdad”. En las memorias, también afirmaba haber probado los hongos alucinógenos. Por tanto, o Enrique habría mentido en la petición (lo que puede ser motivo de retirada del visado) o habría sido sincero al decir que consumía drogas y, por tanto, habría logrado el visado con un supuesto trato de favor por la administración de Joe Biden, que es lo que trata de demostrar Heritage. Pero también hay otras alternativas, como un visado diplomático o más sencillo, que no requiera esos pasos.

En los documentos desclasificados este martes, los funcionarios de inmigración explican que “las especulaciones de los demandantes”, es decir, la fundación, “alegan que los registros deberían revelarse porque la confianza pública en el Gobierno se resentiría, o para establecer si se concedió al duque un trato preferente. Esta especulación de los demandantes no apunta a ninguna prueba de mala conducta del Gobierno”. Desde el principio el Gobierno estadounidense ha afirmado que los documentos “no contarían toda la historia. El público no tiene interés en conocerla”. De hecho, han ido incluso más allá, explicando que el hecho de hacer públicos todos los documentos sin el consentimiento del británico “podría someterse a previsibles daños en forma de acoso, así como a contactos no deseados por parte de los medios de comunicación”.
Con los papeles desclasificados, es imposible saber nada, porque nada se ve. Además, el propio Enrique —que, por otra parte, está casado con una ciudadana estadounidense, lo que también beneficia a su estatus migratorio— nunca ha respondido a Heritage. Únicamente su equipo legal ha afirmado que siempre fue “sincero” y que nunca tuvo trato de favor. Por el momento, no tiene intención de dejar de vivir con su familia en Montecito, en California.
El que sí ha hablado del caso es el actual presidente, Donald Trump. En febrero fue preguntado por la cuestión, y ya explicó que no iba a ir tras él y que le dejaría “tranquilo”: “Bastantes problemas tiene ya con su mujer”, afirmó, en referencia a Meghan Markle. “Es terrible”, aseguró sobre la duquesa, que ha sido abiertamente crítica con el republicano.
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