Con Nadal, todo pinta mejor
El número uno reaparece con una victoria sobre Kohlschreiber (6-2, 6-2 y 6-3) e iguala la serie entre España y Alemania (1-1), convirtiéndose en el tenista con más triunfos consecutivos (23) de la Davis
Entre las gélidas rachas de viento que circulaban en Valencia, llegó al mediodía un soplo de calor muy agradecido. Rafael Nadal pisó la arena de la Plaza de toros, 72 días después de su último partido, y el gentío recuperó el buen temple después del constipado que se agarró en la apertura, decantada claramente a favor de Alexander Zverev. Sin embargo, volvió Nadal al ruedo, la atmósfera emocional adquirió temperatura y lo que comenzó torcido se enderezó gracias a la victoria del número uno contra Philippe Kohlschreiber: 6-2, 6-2 y 6-3, en 2h 32m. En consecuencia, equilibrio al término de la primera jornada de los cuartos de la Copa Davis: uno a uno entre España y Alemania. Es decir, todo por resolver entre sábado y domingo.
Se le esperaba a Nadal con ansia, porque no se le veía sobre una pista desde el pasado 23 de enero. El aficionado tenía ganas de Nadal, de rock n’ roll, de los decibelios tenísticos que se disparan cuando el de Manacor se ajusta la bandana y pone la directa, de modo que cuando él salió a la pista la sensación de frío fue menor, y cuando abrochó el triunfo los valencianos desfilaron con un optimismo reconfortante porque con el ganador de 16 grandes sobre la pista todo es distinto. Con Nadal en juego, todo pinta mejor, menos oscuro y, desde luego, hace mucho menos frío en el ambiente.
También, con Nadal llegan la revisión obligada, nuevas condecoraciones casi siempre que vence. Ahora, después del punto logrado este viernes, ya es el tenista con más victorias consecutivas (23, combinando singles y dobles) en la historia de la competición, desmarcándose del sudafricano Wayne Ferreira y el irlandés Owen Casey; solo perdió contra el checo Jiri Novak en 2004, el año de su debut. Su balance global es de 23-1 en solitario y 5-4 acompañado.
“La verdad es que no tenía ni la más mínima idea de este récord. Para mí significa poco”, expresó de entrada Nadal, al que se le escapó un ligero bostezo justo antes de comenzar su comparecencia ante los periodistas; “lo importante es haber puesto el 1-1 en el marcador, que era lo que necesitábamos en estos momentos”.
“La preparación es justa, pero me he sentido cómodo”
Enfrente estaba Kohlschreiber, un veterano resabiado de 34 años (y 34º del ranking) que se las sabe todas y al que le gusta enredar y meter el dedo en la llaga, por más el histórico solo hiciera constar una sola victoria en los 15 precedentes contra el español, datada además hace seis años y sobre la hierba de Halle. No parecía el alemán la mayor amenaza, sino que la incógnita estaba sobre todo en Nadal, en cómo reaccionarían su cuerpo y su juego al verse de repente en un compromiso serio, otra vez, después de más de dos meses al margen y una buena parte de ellos paralizado por culpa de la doble punzada en el psoas.
“De la lesión no he sentido absolutamente nada. Siempre hay un pequeño riesgo cuando uno vuelve, hasta que uno no lleva una serie de partidos y coge la confianza, pero no he tenido problemas”, valoró. “He estado mucho tiempo parado y la lesión no me ha permitido trabajar mucho, así que la preparación es justa. Esta semana me va a servir de mucho y las sensaciones están siendo positivas. He entrenado bien toda la semana, aunque competir es otra historia y me he sentido cómodo dentro de la pista. He jugado un poco peor de lo que he entrenado, pero aun así el resultado ha sido amplio”, prolongó.
La formación del dobles, en el aire
La incertidumbre giraba en torno a cómo regresaría, pero la conclusión fue satisfactoria. Sin necesidad de activar el turbo ni exigirse de más, y con algunos errores (47) propios de la readaptación, Nadal respondió con fiabilidad sobre su mejor terreno y batió a un jugador de buen gusto y con las buenas maneras de antaño, de los que ya no abundan y de los que hay que desconfiar en cualquier circunstancia. No hay premios de alta categoría en la ficha de Kohlschreiber –únicamente ocho títulos, aunque cinco de ellos sobre tierra–, pero el alemán siempre lía y regala detalles. En esta ocasión también lo hizo, pero ya se sabe: Nadal. Ya se sabe: el ogro de la arcilla. Y ya se sabe: cinco sets por delante…
Arropado por sus padres, su hermana y su novia, apostados en un palco cercano al banquillo local, el mallorquín redondeó una buena faena, muy práctica, y devolvió la igualdad a la eliminatoria. Sin embargo, España sigue alerta y el dobles de mañana se antoja trascendental para unos y otros, porque el equipo que se lo lleve afrontará el desenlace de una forma bien distinta. Del pulso por parejas (14.00, Teledeporte) dependerá encarar la resolución con urgencias, o bien con algo de margen para rectificar. En un principio serán Feliciano y Marc quienes intervengan frente a los avezados Tim Puetz y Jan-Lennard Struff. No obstante, no es descartable que en la ecuación pueda entrar Nadal, si así lo decide Sergi Bruguera.
“Esta noche valoraremos todas las opciones, incluida la suya”, trasladó el capitán. “Todavía no lo hemos hablado”, continuó Nadal, ataviado con el chándal oficial de la expedición. Hace frío en Valencia este fin de semana, pero España reencontró su mejor abrigo. Made in Manacor.
PIQUÉ ALBOROTA LA PLAZA DE TOROS
El futbolista Gerard Piqué, aficionado al tenis, asistió este viernes al primer partido disputado en la Plaza de toros de Valencia. El zaguero del Barça presenció el pulso entre David Ferrer y Alexander Zverev y a continuación abandonó el recinto en dirección a Barcelona, ya que por la tarde tenía que ponerse a las órdenes de Ernesto Valverde en el entrenamiento azulgrana.
A la salida, el internacional fue guiado por la seguridad por una zona reservada, al igual que otros jugadores de Primera División que asistieron al evento como los del Valencia (Parejo, Gallá, Carlos Soler y Zaza), el Villarreal (Jaume Costa) o el Levante (José Luis Morales, José Campaña y Coke). También acudieron personalidades como el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, o el empresario Juan Roig.
Todo transcurrió en un ambiente festivo, de absoluta normalidad. El 3 del Barça se hizo selfies y firmó autógrafos, y disfrutó de la mañana. Solo se produjo un incidente asilado cuando al salir de la plaza coincidió con algunos aficionados y un par de ellos le increparon directamente. "¡Sin vergüenza, fuera de aquí sin vergüenza!", le profirió uno por primera vez. "¡Vete a tu país!", insistió inmediatamente después.
Perseguido por las cámaras de televisión, Piqué rechazó hacer declaraciones después de lo sucedido. "Prefiero no hablar", respondió con disgusto el central, de 31 años y que se ha dejado ver en varias ocasiones por torneos tenísticos de relevancia. Cabe recordar, además, que el catalán es ideólogo e impulsor del futuro proyecto de un Mundial de Tenis, a partir de 2019.
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