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Así vivió Zidane los meses más complicados en el Real Madrid

El técnico francés incrementó las reuniones con el vestuario y las charlas individuales con los jugadores, empezó a meditar si seguir o salir en verano después de la eliminación en Copa. Aún no ha decidido su futuro

Eleonora Giovio
Zidane gritando instrucciones durante el partido contra el Getafe.
Zidane gritando instrucciones durante el partido contra el Getafe. SUSANA VERA (REUTERS)

“Parecía que se iba a terminar el bajón en el siguiente partido, pero nunca se acababa. Había buen rollo entre los jugadores, buen rollo entre los jugadores y Zidane, buenas intenciones, pero malos resultados…”, resumen en el club al recordar las peores semanas del Madrid que este martes busca salvar la temporada buscando el pase a cuartos de Champions contra el PSG. La victoria por 3-1 en la ida (con remontada incluida) cambió la dinámica de un equipo que se despidió de la Liga en Navidades y que en enero llegó a perder siete puntos más y a caer eliminado en Copa contra el Leganés después de un 0-1 en la ida.

Zidane, que llegó al banquillo del Madrid en enero de 2016, que ha ganado 8 títulos de 10 posibles, que consiguió lo que nunca nadie desde el nuevo formato de la Liga de Campeones (ganar dos seguidas), que estaba acostumbrado al éxito y a épocas de bonanzas, se encontró con la cara de la derrota y con múltiples críticas. Se encontró con una plantilla que, de repente, parecía haberse olvidado de jugar al fútbol. El técnico francés pedía regularidad y no había manera ya no sólo de enlazar 3-4 partidos buenos seguidos, sino de mantener ritmo y concentración durante 90 minutos. La pelota no entraba y los rivales encontraban autopistas. El Madrid había perdido energía.

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“Nunca terminó de identificar bien el problema que tenía, estaba desconcertado. Zizou se pone la presión él solo. Se ha echado la culpa a él mismo, siempre se hizo responsable de la eliminación en Copa. Protegió a los jugadores sin excepción y ahora le están respondiendo. Esta experiencia le ha madurado mucho. El club le manifestó apoyo y relativizó los resultados de la temporada y eso nos ha hecho más fuertes”, explican desde el club. Zidane siempre dice que el banquillo del Madrid desgasta más que cualquier otro –aunque es de los pocos al que no se le han multiplicado las arrugas a los pocos meses- y que él no mira más allá del día a día.

Amplió contrato hasta 2020 por lo que, hasta que no diga lo contrario, en el club creen que seguirá. Se sentaron con él para planear la gira de verano y la pretemporada (algo que suele cerrarse siempre entre noviembre y diciembre), pero no para hablar de la temporada que viene. Creen que después de la eliminatoria contra el PSG, el francés decidirá su futuro y comunicará qué pretende hacer. Ya ha dado señales de querer reforzar al equipo. Mucho dependerá, sin embargo, de si el Madrid se clasifica para cuartos.

Las dudas sobre si seguir o meditar su salida en verano, cuentan desde Valdebebas, empezó a planteárselas Zidane después de la eliminación en Copa contra el Leganés. “Ese y los días siguientes fueron los momentos más delicados y más duro para él porque se sintió responsable al cien por cien del batacazo”, sostienen.

No cambió su forma de trabajar. Ni sus rutinas –llega entre los primeros a la Ciudad Deportiva para reunirse todas las mañanas con sus ayudantes para planear los entrenamientos y se marcha sobre las 16, 16.30-. Sí incrementó las reuniones en el vestuario y también las entrevistas individuales con cada jugador. Una costumbre que tuvo desde que se sentó en el banquillo cuando empezó a recibir a los jugadores durante 10-15 minutos en su despacho. Por lo demás, los que le ven trabajar a diario dicen que aunque estuvo dándole vuelta a las cosas más de lo normal, nunca se vino abajo y mantuvo el optimismo que siempre manifiesta en las ruedas de prensa. El técnico francés siempre ha sostenido que su mensaje no había dejado de tener efecto y que los jugadores estaban con él porque, de no ser así, se habría marchado.

Aparte de la victoria contra el PSG, hubo un antes y un después en el vestuario del Madrid: la charla que dio el técnico en el descanso del Benito Villamarín. Los blancos, que se habían adelantado, se fueron al descanso con 2-1. Cuenta un testigo que Zidane dejó reflexionar a la plantilla en silencio durante los primeros 7-8 minutos –igual que hizo en Cardiff cuando dejó solos a los jugadores durante un buen rato- y que cuando tomó la palabra les recordó la importancia que implica lucir el escudo del Madrid y las exigencias que comporta ante la afición. Luego le dijo a cada jugador lo que se esperaba de él en la segunda parte. El Madrid marcó tres goles en 15 minutos y remontó hasta ganar por 3-5. Desde la victoria contra el PSG y esa remontada en el campo del Betis, los blancos han disputado seis encuentros y ganado cinco.

¿Qué aprendió de los meses más complicados?, le preguntaron a Zizou el sábado. “Que hay que tener tranquilidad. Yo siempre aprendo, estén bien las cosas o estén mal, lo único que hago es estar tranquilo cuando las cosas se ponen feas y no ponerme eufórico cuando son buenas. Hay que estar en el medio”, respondió. La eliminatoria contra el PSG marcará el devenir de su futuro. Sin euforias y sin agobios.

 

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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