Di María marca ante el Troyes y espera al Madrid en ebullición

La lesión de Neymar Júnior ha revuelto el orden establecido en el PSG. En vísperas del partido que los propietarios cataríes consideran como una bisagra entre el pasado y el futuro, entre el fracaso y el éxito de su proyecto, el movimiento es generalizado en todos los aspectos que definen al equipo. La visita al Troyes, este sábado, ofreció algunas pistas sobre los cambios que emprenderá el técnico, Unai Emery, para intentar remontar el 3-1 contra el Madrid el próximo martes en el Parque de los Príncipes. Para empezar, una noticia anunciada: Ángel di María está pletórico.

Di María, exmadridista, deseoso de revancha, ávido de reivindicación, ha alcanzado a sus 30 años su punto de madurez. Sin perder el despliegue que tanto agrada a los entrenadores ni elevar su lucidez para combinar en los metros finales, el hombre ha ganado en aplomo, en convicción, en seguridad. Suma 15 goles en los últimos 17 partidos en todos los torneos, y metió el último al Troyes, el 0-1, haciendo algo que se le da muy bien. Moviéndose sin parar hasta dar con el compañero que lo habilita y con el espacio que deja el rival que no llega, o que no le ve, o que se despista. Así batió dos veces al Marsella en la Copa, el miércoles, y así inauguró el mercador este sábado en la Liga. Un error pasmoso de la defensa del Troyes, en lucha por la permanencia, abrió las puertas al Fideo, listo para recibir desmarcado el pase de Draxler y fundir al portero en su salida con una cucharilla.

La posición que deja baldía Neymar parece consagrada a Di María, que no jugó ni un minuto en la ida de los octavos de la Champions (1-3) a pesar de ser uno de los futbolistas más queridos por Emery. Pesaron las imposiciones de la directiva, que dictaminó el tridente de Mbappé, Cavani y Neymar. Pero una vez que Neymar ha sido baja, el técnico no ha dejado de alinearle. Contra el Troyes le sustituyó en el minuto 57 para dar entrada a Alves. Señal de que le quiere con las pilas cargadas dentro de dos días.

Sin Neymar el PSG perderá a uno de los futbolistas más desequilibrantes del planeta, pero es probable que lo compense con entusiasmo y sentido coral. Los jugadores se muestran más enérgicos que hace un par de semanas. Emery está decidido a sustituir a Lo Celso en el mediocentro por un especialista. Si contra el Marsella en Copa jugó Motta; contra el Troyes alineó a Lass. Cualquiera de los dos ha demostrado en estos días que sabe darle consistencia al centro del campo, y esto se traduce en una administración ordenada tanto del inicio de las jugadas como de las transiciones defensivas cuando el equipo pierde el balón. Di María, a diferencia de Neymar, es solidario en las ayudas y puede asegurar una distribución más equilibrada de los espacios en el mediocampo.

Kurzawa ocupó el lateral izquierdo contra el Troyes en una tarde anodina. Sin competencia apenas, Yuri Berchite permaneció en el banquillo. Pero, dada su presencia contra el Marsella en el difícil trance de la Copa, es probable que Emery esté reservando al vasco para darle la titularidad del lateral izquierdo en Champions. Resta la duda de si Marquinhos se recuperará de su lesión muscular. Marquinhos es el central de referencia en París y si vuelve contra el Madrid le abrirán hueco. En tal caso, Kimpembe y Thiago Silva se disputarán la plaza restante.

Kylian Mbappé, al igual que Cavani, no viajó a Troyes. El entrenador prefirió reservarlos. Mbappé sufrió un golpe en un tobillo contra el Marsella pero, según Emery, no tendrá problemas para llegar en perfectas condiciones al martes.